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La falsificación de libros genera una pérdida de 10 millones de dólares en Argentina

Agencia EFE, Domingo, 31 de mayo 2009
Un total de 1.200.000 libros correspondientes a 800 títulos se falsifican en Argentina cada año, lo que genera un perjuicio de 10 millones de dólares anuales, según cifras divulgadas hoy por el sector literario.

Se trata del 5 por ciento del total de ejemplares editados en el país, donde el mercado ilegal de producción y ventas de ejemplares ha crecido en los últimos años, según advirtió la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP).

El perjuicio económico se produce porque la existencia de textos apócrifos, que son más baratos, obliga a los editores a bajar el precio de los libros en un 30 por ciento, añadió la entidad.

"Es un fenómeno abrumador. Los cincuenta títulos más vendidos están todos pirateados. De ahí para adelante debe haber un montón más. Lo que más se falsifica son best sellers y se consiguen a un treinta por ciento más baratos", afirmó al diario Clarín Rodolfo Blanco, presidente de la Comisión de Antipiratería de la CAP.

En la última década, este fenómeno "ha crecido a unos límites que están causándole un daño enorme al sector", sostuvo Blanco.

En algunas ocasiones, el libro es copiado del original en una imprenta y, en otras, los ejemplares son robados cuando se realiza el traslado de los textos originales, después de haber sido impresos.

"A veces las diferencias entre un ejemplar original y otro falso están dadas por el tipo de papel o la impresión de tapas. Generalmente, las personas que trabajan en el sector son las que pueden darse cuenta de que no es el verdadero", explicó recientemente a Efe el vicepresidente de la Fundación El Libro, Carlos Pazos.

En abril pasado, la editorial Alfaguara presentó una denuncia judicial contra un puesto de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, tras detectar allí ejemplares falsos de la serie Crepúsculo, de Stephenie Meyer, que ocupa los primeros lugares en los ránking de ventas.

Personal de la editorial, responsable de la comercialización de la obra de Meyer en español, descubrió los textos apócrifos durante el desarrollo de la feria, una de las más importantes de América Latina.