Una de cal... y otra de cal. Ambas en El Mundo. La primera, el miércoles, de David Gistau, desde la columna que escribe a diario desde este periódico. La segunda, en respuesta a aquella, de Carlos Hernández, jefe de prensa del PSOE, que recurre este jueves a las cartas al director para justificarse ante los ataques del primero y, de paso, lanzarle otras cuantas "puyas". Y aún recuerdan con cierta nostalgia cuando se conocieron en Pakistán, ambos -uno más que otro- reporteros de guerra, tomando unas cervezas.

Gistau situa al lector en el contexto del ahora jefe de prensa del PSOE, acusado de enviar material contra la COPE a medios afines al Gobierno. Cuénta cómo se conocieron en Pakistán tomando unas cervezas, y elogia lo recto e independiente que era Hernández, al que hasta defendió desde su columna de La Razón cuando fue despedido injustamente de la televisión para la que trabajaba.

"Él se consideró un perseguido político, un ejemplo intolerable de libertad de expresión cercenada por la corrupción del periodismo a manos de la política", escribe Gistau. Tras compararle con Zapata "que se convirtió en todo aquello que combatió", se pregunta si "ya se está avergonzando de sí mismo, pero algo semejante le ha ocurrido a Carlos Hernández ahora que, desde Ferraz, sirve al poder. Porque olvidada la indignación genérica de su propia purga, se ha convertido en cómplice e inductor de la persecución política a otro periodista".

Tras una defensa de Federico Jiménez Losantos, acaba diciendo de Hernández que "él sabrá qué coño hace escribiendo nombres d eperiodistas en las listas. Pero decepciona comprobar que se ha convertido en aquello que escandalizaba, en lo mismo de lo que se proclamó víctima en incluso mártir. Cuando le ocurrió a él, era intolerable. Ahora, también".{ladillo}Hernández contesta y no se queda corto{/ladillo}
La respuesta del aludido no se ha hecho esperar, y este mismo jueves El Mundo publica en su sección de Cartas al Director las líneas enviadas por este en defensa propia y ataque ajeno. "Desprovisto de vanidad", elogio que ya le dedicaba Gistau en su columna, Carlos Hernández se defiende con mesura y templanza, y pasa "al ataque" con algo más de inquina.

"Te confesaré -dice hablando de tú a tú a David Gistau- que tuve muchas dudas cuando me ofrecieron ocupar el puesto de jefe de prensa del PSOE", confesándose algo temeroso por pasarse "al otro lado de la barrera informativa". Y continúa reconociendo que "ahora no soy independiente, David, yo no engaño a nadie. Los que sí lo hacen son aquellos que utilizan su puesto en un medio de comunicación para servir a los intereses de un determinado partido político".

Seguidamente, Hernández aprovecha para "pedir perdón si alguna vez he actuado incorrectamente, pero te seguro que, si lo hice, no fue de forma intencionada".

Niega, además, dedicarse a hacer listas negras de periodistas, algo de lo que le acusaba Gistau en su columna, y dice que esos tiempos acabaron en 2004, "si no me crees no tienes más que sintonizar TVE. Encontrarás al director de tu periódico, a periodistas de la COPE o de La Razón, criticando en la televisión pública al presidente del Gobierno".{ladillo}Y Hernández pasa "al ataque"{/ladillo}
A partir de ahí, considerándose defendido, el jefe de prensa del PSOE le devuelve las "lindezas" que Gistau le dedicara en su columna del día anterior:

"No diré yo que echo de menos al David Gistau que conocí en Pakistán. Aquel periodista que despreciaba las tertulias en que ahora participa, los panfletos en Internet que ahora usa como fuente para dictar mi condena y que renegaba de los tele o radiopredicadores a los que en este momento defiende.

No te pregunto tampoco si te avergüenzas de haber justificado desde tu columna a los soldados norteamericanos que acabaron con la vida de José Couso en Bagdad o de haber acusado a un presidente democrático como es Zapatero de crear un régimen nacional-socialista en España.

David, no diré yo que por ello me has defraudado y que te has vendido al amo que te paga. No soy quién para juzgarte".

 

{ladillo}Se limitan al periódico, y no quieren hablar{/ladillo}
Puestos en contacto con ambos periodistas, ninguno de ellos quiso explicar por qué optaron por la crítica pública, en lugar de escribirse en privado siendo, como dicen que eran, conocidos y hasta antiguos amigos. Mientras Hernández se limitó a colgar el teléfono directamente sin decir nada, Gistau... la conversación fue la siguiente:

-¿David? Te llamo de Periodista Digital, me gustaría que me dijera por qué recurrió a su columna de El Mundo para criticar al que fuera su compañero y, al parecer, amigo, Carlos Hernández.

-¿Qué? No te escucho bien. No te oigo.

-¿No me quieres contestar?

-No, es que no te escucho.

-Decía que si puedes explicarme por qué recurriste a tu columna de El Mundo para criticar Carlos Hernández. ¿Qué sentido tienen estas "peleas" periodísticas?

-La anterior vez que me llamasteis para hacer una entrevista -que se negó a hacer alegando que lo que salía publicado de él era porque lo cobraba- pusisteis en mi boca cosas que no dije. Así que ahora puedes hacer lo mismo e inventarte lo que quieras.

-Diré sólo lo que me has dicho.

Pero él colgó mientras se le decía esto último.