CRISIS ELÉCTRICA SIN PRECEDENTES EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

¿Sabes qué es el ‘cero energético’ que ha provocado el Gran Apagón y sumido a España en el caos?

Un fallo masivo en el sistema eléctrico paralizó España y Portugal el 28 de abril, provocando el mayor apagón de la historia reciente

El Gran Apagón eléctrico (2)
El Gran Apagón eléctrico. PD

España amaneció el 28 de abril de 2025 como cualquier otro lunes, pero a las 12:30 horas el país entero se sumió en una oscuridad inesperada.

Un apagón eléctrico masivo, técnicamente conocido como «cero energético», dejó sin suministro a toda la península ibérica, afectando también a Portugal y parte de Francia.

Lo que parecía un simple corte de luz se convirtió rápidamente en la mayor crisis energética de la historia reciente española.

El fenómeno, lejos de ser un simple fallo localizado, representó un colapso total del sistema eléctrico, una interrupción masiva y generalizada que afectó simultáneamente a millones de personas.

Las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao quedaron paralizadas, mientras los ciudadanos contemplaban atónitos cómo España retrocedía súbitamente a la era preindustrial.

La causa real del Gran Apagón.

¿Qué es exactamente un cero energético?

Un cero energético no es un simple corte de luz localizado, sino el colapso completo de la red eléctrica de un país o región. Se trata de una interrupción masiva donde el sistema deja de suministrar energía de manera generalizada. La recuperación tras este tipo de incidentes no es sencilla: requiere procedimientos especiales para reactivar las centrales de generación sin depender de la red, un proceso que puede llevar desde varias horas hasta días enteros.

Según Red Eléctrica Española, el incidente comenzó alrededor de las 12:30 horas cuando se detectó «una oscilación muy fuerte en los flujos de potencia» que provocó la desconexión del sistema. El director de Servicios a la Operación de Red Eléctrica, Eduardo Prieto, explicó posteriormente que el origen del colapso fue la «desconexión del sistema de interconexión europeo por Francia».

Un país paralizado

Las consecuencias del apagón fueron inmediatas y dramáticas. Los semáforos dejaron de funcionar, provocando atascos kilométricos. Los peatones deambulaban haciendo señas a los conductores para poder cruzar las calles. Los transportes públicos quedaron inutilizados, con rescates en metros y ascensores. Las comunicaciones móviles colapsaron, imposibilitando las llamadas y mensajes. Hospitales funcionando a medio gas, comercios cerrados, y frigoríficos descongelándose completaban el insólito paisaje de un país tecnológicamente avanzado devuelto de golpe al siglo XIX.

Las únicas zonas que se salvaron del apagón fueron las islas Canarias, Baleares y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, gracias a sus sistemas eléctricos independientes.

Las posibles causas: entre la técnica y la especulación

La incertidumbre sobre el origen del apagón desató todo tipo de especulaciones. Red Eléctrica informó inicialmente que estaban «analizando las causas» mientras activaban los «planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector».

Entre las hipótesis que circularon destacaron:

  • Fenómeno meteorológico: REN (Redes Energéticas Nacionais), el operador portugués, atribuyó inicialmente la interrupción a «oscilaciones anómalas en las líneas de muy alta tensión», causadas por un raro fenómeno conocido como «vibración atmosférica inducida» provocada por bruscas variaciones de temperatura en el interior peninsular. Sin embargo, esta información fue posteriormente desmentida.
  • Ciberataque: El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, fue el primero en sugerir firmemente esta posibilidad, afirmando que «todo apunta a que un apagón de esta magnitud solo puede deberse a un ciberataque». Sin embargo, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, señaló que no había «indicios de que haya sido provocado».
  • Fallo en infraestructuras críticas: Un problema en plantas de generación eléctrica, subestaciones o líneas de transmisión de alta tensión podría haber desencadenado el colapso. La desconexión del sistema de interconexión con Francia, señalada por Red Eléctrica, apunta en esta dirección.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció tras una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional afirmando que «todavía no tenemos información concluyente sobre los motivos del apagón y no descartamos ninguna hipótesis», haciendo un llamamiento a la ciudadanía para evitar especulaciones y seguir únicamente fuentes oficiales.

La recuperación: un proceso lento y complejo

Red Eléctrica informó que la recuperación total del sistema podría tardar entre seis y diez horas. El proceso comenzó por el norte y sur peninsular, recuperando progresivamente la tensión en subestaciones de varias zonas. Hacia las 18:00 horas, ya había «suministro eléctrico en áreas de Cataluña, Aragón, País Vasco, Galicia, Asturias, Navarra, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y La Rioja», sumándose posteriormente Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha.

La complejidad de este proceso radica en que, tras un cero energético, las centrales eléctricas deben reiniciarse sin apoyo de la red, un procedimiento conocido como «arranque en negro» que requiere protocolos especiales y una secuencia precisa de reactivación para evitar nuevos colapsos.

Curiosidades científicas sobre los grandes apagones

Los grandes apagones son fenómenos fascinantes desde una perspectiva científica, con peculiaridades que van más allá de la simple interrupción del suministro:

  • El efecto dominó eléctrico: Los sistemas eléctricos interconectados funcionan como un gigantesco dominó. Cuando una pieza cae (una central o línea importante falla), puede desencadenar una reacción en cadena que afecta a todo el sistema. Este fenómeno, conocido como «cascada de fallos», explica por qué un problema localizado puede extenderse rápidamente a toda una región.
  • Impacto astronómico: Durante los grandes apagones, la contaminación lumínica desaparece repentinamente, permitiendo observaciones astronómicas excepcionales incluso en grandes ciudades. Tras el gran apagón de Nueva York en 1977, muchos ciudadanos pudieron contemplar por primera vez la Vía Láctea desde Manhattan.
  • El fenómeno de los bebés del apagón: Históricamente, nueve meses después de grandes apagones se ha documentado un ligero aumento en la tasa de natalidad. El famoso «Northeast blackout» de 1965 en Estados Unidos fue seguido por un incremento de nacimientos en hospitales de Nueva York, aunque estudios posteriores han cuestionado la significancia estadística de este fenómeno.
  • La vulnerabilidad ante tormentas solares: Las eyecciones de masa coronal del Sol pueden generar tormentas geomagnéticas capaces de inducir corrientes en las líneas eléctricas y provocar apagones masivos. El evento Carrington de 1859, la tormenta solar más potente registrada, causó fallos en los sistemas telegráficos de la época. Un evento similar hoy podría provocar un apagón continental durante semanas o meses.
  • Resiliencia de la red: Los sistemas eléctricos modernos están diseñados con redundancias para evitar colapsos totales. Sin embargo, paradójicamente, la creciente interconexión que aporta estabilidad también puede facilitar la propagación de fallos a gran escala, como demostró el apagón del noreste de Estados Unidos en 2003, que afectó a 55 millones de personas.
  • El efecto en la fauna urbana: Durante los grandes apagones, los animales urbanos modifican drásticamente su comportamiento. Las aves migratorias, que suelen desorientarse por la iluminación nocturna de las ciudades, recuperan temporalmente sus patrones naturales de vuelo, mientras que animales nocturnos como murciélagos amplían sus zonas de caza.

El gran apagón del 28 de abril de 2025 quedará grabado en la memoria colectiva española como un recordatorio de nuestra dependencia de la electricidad y la fragilidad de los sistemas complejos que sostienen nuestra civilización moderna. A medida que avanza la investigación sobre sus causas, este incidente sin precedentes probablemente impulsará mejoras en la resiliencia de nuestra red eléctrica y en los protocolos de respuesta ante emergencias similares en el futuro.

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