El periodista Luis Ventoso titula hoy su columna en El Debate como «Apagón en las calles y en la Moncloa».
En este artículo, publicado el 28 de abril de 2025, el autor conecta el reciente gran apagón eléctrico sufrido en España con una grave crítica a la gestión y comunicación del Gobierno central, subrayando cómo este episodio revela carencias tanto técnicas como políticas.
La tesis principal de Ventoso se articula en torno a la idea de que la falta de preparación y reacción institucional ante situaciones extraordinarias es síntoma de un Estado debilitado y una dirección política desconectada de la realidad.
En los primeros compases del artículo, Ventoso describe el ambiente insólito que se vivió durante las horas sin electricidad, subrayando el regreso forzoso a lo analógico y el protagonismo recuperado por la radio frente al silencio informativo gubernamental. El periodista expone así una escena cotidiana trastocada por la falta de comunicación institucional:
«De repente volvimos a ser analógicos, el Gobierno desapareció, nos dejó solos varias horas y reparamos en que no hemos volao los viejos transistores, porque la radio volvía a emerger como el medio que no falla cuando todo falla. Y las tiendas de informática de barrio hacían su agosto vendiendo baterías para cargar móviles.»
Este retrato inicial no solo sitúa al lector en la atmósfera del apagón, sino que anticipa el núcleo crítico del texto: la ausencia del Ejecutivo cuando más se le necesitaba. Ventoso introduce un encuentro casual con una diputada del Partido Popular, quien ironiza sobre la escasa información proporcionada por Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. A partir de ahí, el autor señala el retraso y la insuficiencia de la respuesta oficial ante la crisis:
«En efecto, lo sucedido requiere también un apunte político. Nadie puede hacer frente con éxito de manera inmediata a un desafío como el del apagón de ayer. Pero aún así resultó lastimoso el silencio del Ejecutivo, que tardó hora y media en aparecer, y solo para emitir un comunicado informando de que se iban a reunir en su comité de emergencia. Sánchez, el rey del plasma, no asomó su augusta efigie hasta pasadas seis horas.»
A través de esta cita literal, Ventoso cuestiona no solo los tiempos sino también las formas empleadas por el Gobierno para gestionar la comunicación en momentos críticos. El periodista va más allá y utiliza el episodio para ilustrar lo que percibe como un proceso prolongado de debilitamiento institucional:
«Llevamos muchos años desguazando el Estado y como se vio ya en la pandemia, y se remachó en la dana, este modelo no funciona cuando España tiene que enfrentar desafíos absolutamente extraordinarios. Y menos con un impostor al frente de la nave.»
Aquí, Ventoso conecta con dos acontecimientos recientes —la pandemia y los temporales— para reforzar su argumento sobre la ineficacia del modelo político actual ante crisis imprevistas. El uso de términos como «desguazando el Estado» o «impostor al frente» evidencia una visión muy crítica hacia los responsables políticos actuales.
Otro aspecto relevante que aborda el autor es la vulnerabilidad estructural española, tanto a nivel energético como digital. En uno de los pasajes más duros del texto, relaciona directamente el apagón físico con lo que denomina apagón político:
«El tiempo aclarará qué ha pasado exactamente (los portugueses hablan de una avería en el servicio español). Pero ver la Península ibérica a oscuras y paralizada supone una bofetada que refleja que algo se ha hecho mal. No se han reforzado las infraestructuras eléctricas y de soporte de datos del modo debido y no han sido protegidas de manera adecuada.»
Con esta reflexión, Ventoso apunta a una dejadez prolongada respecto a inversiones estratégicas esenciales para cualquier país moderno. Critica además las prioridades políticas europeas recientes:
«Pagamos la idiocia de muchos años en que Europa se ha dedicado a exagerar hasta la histeria un posible problema del futuro –los daños del clima– mientras descuidaba los problemas reales del presente, como proteger lo más básico…. Hemos tenido un gran apagón en las calles y tenemos también otro en la Moncloa.»
La conclusión del artículo es contundente y refleja sin ambages la posición editorial del autor: hay que exigir responsabilidades políticas inmediatas.
«Hay que echarlos. Y ya.»
A lo largo del artículo, Ventoso logra entrelazar hechos recientes con una lectura política más amplia sobre los déficits estructurales y comunicativos actuales. Utiliza fragmentos descriptivos para situar al lector en lo vivido durante el apagón; aporta testimonios personales para mostrar el sentir ciudadano; recurre al análisis crítico para denunciar carencias institucionales; e incorpora valoraciones tajantes para cerrar su argumentario.
En definitiva, «Apagón en las calles y en la Moncloa» es una pieza periodística donde Luis Ventoso ofrece tanto una crónica social inmediata como una reflexión política incisiva sobre los riesgos de infraestructuras desatendidas y gobiernos ausentes ante situaciones límite. El artículo destaca por su tono directo, su capacidad para conectar hechos con tesis críticas claras y su empleo inteligente del testimonio personal como anclaje narrativo para llamar a una reacción ciudadana ante lo que considera un doble “apagón”: técnico e institucional.