Hablar de orcas es meterse en un mundo fascinante. Estos mamíferos marinos, conocidos como las reinas del océano, combinan fuerza, inteligencia y un toque de misterio que no para de enganchar a científicos y curiosos. Hoy, en marzo de 2025, las orcas están en el foco gracias a investigaciones recientes que nos acercan más a su vida bajo el agua. Desde herramientas de inteligencia artificial que descifran sus charlas hasta modas raras como llevar salmones en la cabeza, estos animales no dejan de darnos titulares. Vamos a sumergirnos en su mundo, con datos frescos y un poco de humor, que nunca viene mal.
Empecemos por lo básico. Las orcas, o Orcinus orca, son los delfines más grandes del planeta. Pueden medir hasta 9 metros y pesar 10 toneladas. Viven en todos los océanos, desde las aguas heladas de la Antártida hasta los mares templados de California. Pero no son un solo grupo: hay distintos “ecotipos” con dietas y costumbres propias. Algunas prefieren focas, otras van a por tiburones, y las hay que se pirran por el salmón. Esta variedad las hace únicas, y los expertos aún debaten si estamos ante una sola especie o varias.
Lo que sí está claro es que son listas, muy listas. Un estudio reciente de la Universidad de La Laguna, en España, ha usado inteligencia artificial para analizar sus vocalizaciones en tiempo real. “Ahora sabemos cuándo hablan, qué dicen y cómo lo dicen”, cuentan los investigadores. Resulta que las orcas tienen dialectos, como si fueran vecinos de distintos barrios. Cada grupo tiene su propio “acento”, y lo usan para coordinarse en equipo, ya sea para cazar o simplemente charlar.
Hablando de caza, aquí va un dato que impresiona: las orcas son estrategas natas. En California, se las ha visto tumbando tiburones blancos para comerse sus hígados, un manjar para ellas. En Patagonia, perfeccionan el arte de varar a propósito para atrapar leones marinos en la orilla. Y en el Pacífico Noroeste, las familias residentes trabajan en equipo para rodear bancos de peces. Cada técnica se pasa de generación en generación, como una receta familiar bien guardada.
Pero no todo es trabajo. Las orcas también tienen su lado juguetón. Esta semana, un artículo en National Geographic nos trajo de vuelta una moda loca: algunas en Washington han vuelto a ponerse salmones muertos en la cabeza. Este “sombrero” empezó en los 80, se apagó y ahora resurge. Nadie sabe bien por qué lo hacen. ¿Moda? ¿Juego? ¿Un mensaje secreto? Los científicos se ríen y especulan, pero las orcas no sueltan prenda.
En el lado social, son un ejemplo. Viven en grupos liderados por hembras, las matriarcas, que pueden llegar a los 90 años. Los lazos familiares son tan fuertes que los machos rara vez se van de casa. Si la abuela dice “a cazar”, todos obedecen. Este sistema les ha funcionado durante miles de años, y lo demuestran con su éxito como superdepredadores.
Sin embargo, no todo es perfecto en su mundo. Las orcas enfrentan amenazas serias: contaminación, falta de comida y el ruido de los barcos que les complica comunicarse. En el Mediterráneo, por ejemplo, han protagonizado encuentros con veleros, chocando contra ellos. Algunos creen que es curiosidad; otros, que están hartas de nosotros. Sea como sea, nos recuerdan que compartimos el planeta.
Aquí van unas curiosidades para cerrar:
- Las orcas duermen con medio cerebro despierto para seguir nadando y respirando.
- En 1997, una pareja de orcas devoró un tiburón blanco frente a las Islas Farallones, y lo grabaron en vídeo.
- Pueden imitar sonidos de otras especies, como un loro marino.
- Una orca llamada Keiko, famosa por Liberen a Willy, volvió al mar tras años en cautiverio.
- En Nueva Zelanda, un grupo usa esponjas marinas como “herramientas” para protegerse la nariz mientras busca comida.
Las orcas no dejan de sorprendernos. Son fuerza, cerebro y un poco de locura, todo en un paquete negro y blanco. Así que la próxima vez que mires al mar, piensa en ellas: podrían estar planeando su próxima jugada… o eligiendo un nuevo sombrero.