El gato montés es uno de esos animales que parecen sacados de un cuento, pero que se encuentran en la realidad más cruda.
Con su pelaje moteado y su porte elegante, este felino ha sido testigo del paso del tiempo en las cordilleras españolas.
Sin embargo, a pesar de ser un cazador astuto y un símbolo del ecosistema ibérico, hoy se enfrenta a una amenaza silenciosa: la extinción.
En el norte y noreste de España, especialmente en la cordillera Cantábrica y los Pirineos, aún existen poblaciones saludables.
Pero si nos movemos hacia el centro y sur del país, la situación cambia drásticamente. En regiones como Extremadura o Andalucía, el gato montés ha desaparecido casi por completo debido a factores como la escasez de conejos —su principal fuente alimenticia— así como los atropellos y la caza furtiva. La reintroducción del lince ibérico también ha tenido un impacto negativo sobre esta especie; al ser competidores directos por recursos alimentarios y hábitats.
La falta de estudios científicos completos sobre el estado demográfico del gato montés complica aún más su situación. Aunque actualmente está catalogado como «de menor preocupación» por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), muchos expertos advierten que esto podría cambiar rápidamente si no se toman medidas adecuadas para protegerlo. En particular, José María Gil, biólogo e investigador especializado en estos felinos salvajes, señala que debería considerarse vulnerable o incluso en peligro debido a su alarmante declive poblacional.
Uno podría pensar que con tantos problemas acechando al gato montés sería fácil perderle pista entre otros animales más carismáticos como el lince ibérico o los osos pardos; sin embargo, este pequeño gran cazador tiene sus propias peculiaridades fascinantes. Por ejemplo:
- Tamaño: Es mayor que un gato doméstico pero mantiene esa agilidad característica.
- Hábitos nocturnos: Prefiere salir durante las horas crepusculares para cazar pequeños mamíferos e insectos.
- Adaptabilidad: Aunque prefiere áreas boscosas densas o matorrales espinosos donde puede esconderse fácilmente mientras acecha a sus presas.
A pesar del panorama sombrío para esta especie emblemática en muchas zonas peninsulares —donde ya no se han encontrado huellas ni rastros durante años— hay lugares donde todavía brilla con fuerza. En Cataluña se han realizado esfuerzos significativos para estudiar sus poblaciones mediante fototrampeo e investigación genética; aquí parece estar menos amenazado gracias a una menor competencia con otros depredadores grandes.
Sin embargo, no todo son malas noticias ni cifras desalentadoras; hay iniciativas emergentes centradas en aumentar nuestra comprensión sobre esta especie tan esquiva. Proyectos liderados por investigadores están buscando establecer corredores ecológicos seguros donde estos gatos puedan moverse libremente sin temor a ser atropellados o cazados ilegalmente.
La pregunta persiste: ¿están realmente al borde de desaparecer? La respuesta es compleja porque depende tanto del lugar específico dentro España como también del compromiso colectivo hacia su conservación. Mientras algunas áreas muestran signos preocupantes —como lo evidencian estudios recientes realizados entre 2018 y 2023— otras presentan datos alentadores gracias al trabajo conjunto entre administraciones públicas y organizaciones conservacionistas.
Para aquellos interesados en conocer más sobre este intrigante animal salvaje:
- Se estima que pueden vivir hasta 15 años en libertad.
- Su dieta incluye principalmente roedores pero también aves pequeñas cuando están disponibles.
- A menudo son confundidos con gatos domésticos debido a sus similitudes físicas; sin embargo tienen comportamientos muy distintos.
El futuro del gato montés dependerá mucho más allá solo de estadísticas frías; requerirá acción concertada desde todos los niveles sociales hasta políticos para asegurar que estas criaturas sigan siendo parte integral no solo nuestras cordilleras sino también nuestro patrimonio natural compartido.
