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En el árido desierto de Ica, Perú, un equipo de paleontólogos descubrió en 2023 los impresionantes restos de Perucetus colossus, un cetáceo que vivió hace unos 39 millones de años.
Este hallazgo ha sacudido la comunidad científica, no solo por su magnitud física sino también por las preguntas que plantea sobre el desarrollo del gigantismo en los océanos.
El nombre Perucetus colossus no es casual; este animal podría haber sido el más pesado que jamás haya existido, con un peso estimado que oscila entre las 85 y las 340 toneladas, superando incluso a la imponente ballena azul.
El descubrimiento incluye 13 vértebras gigantescas, cuatro costillas y parte de una pelvis. Aunque no se ha encontrado su cráneo, estos restos permiten deducir una longitud cercana a los 20 metros.
Lo curioso es que, a pesar de ser más corto que una ballena azul (que puede alcanzar los 30 metros), su masa corporal era significativamente mayor debido a la densidad extrema de sus huesos.
El peso que desafía lo conocido
Para poner en perspectiva las dimensiones del Perucetus colossus, basta con compararlo con la ballena azul (Balaenoptera musculus), considerada hasta ahora el animal más grande conocido. Mientras que una ballena azul puede pesar entre 150 y 200 toneladas, este cetáceo prehistórico podría haber duplicado esa cifra. Su esqueleto por sí solo pesaba entre cinco y ocho toneladas, lo que sugiere un estilo de vida adaptado a un entorno marino costero, posiblemente habitando aguas poco profundas y turbulentas.
La densidad ósea de este animal indica que probablemente vivía cerca del fondo marino. Algunos científicos especulan que podría haber sido carroñero, alimentándose de cadáveres de otros animales marinos. Sin embargo, la falta de cráneo y dientes deja abierta la posibilidad de que tuviera una dieta completamente diferente, quizá herbívora como los manatíes actuales.
El Eoceno: un mar lleno de gigantes
El periodo Eoceno, en el que vivió Perucetus colossus, fue una época de transición para los cetáceos. Los ancestros de estos mamíferos marinos estaban dejando atrás la vida terrestre para adaptarse completamente al medio acuático. Este contexto evolutivo explica por qué algunos desarrollaron tamaños colosales: mayor tamaño corporal les proporcionaba ventajas como conservar el calor en aguas frías y escapar de depredadores.
El descubrimiento del Perucetus colossus también adelanta el pico del gigantismo en los cetáceos en unos 30 millones de años antes de lo que se pensaba previamente. Hasta ahora, se creía que este fenómeno surgió en nadadores pelágicos y activos como la ballena azul; sin embargo, Perucetus demuestra que ya había gigantes adaptados a entornos costeros mucho antes.
Excavaciones y retos científicos
El proceso para desenterrar los fósiles no fue fácil. Los paleontólogos tuvieron que romper capas de roca compacta en una región remota y árida. Además, transportar vértebras individuales que pesaban más de 100 kilos cada una representó un desafío logístico. A pesar de estas dificultades, los restos ahora descansan en el Museo de Historia Natural de Lima, donde continúan siendo estudiados.
Un equipo internacional liderado por científicos italianos y peruanos ha regresado recientemente al sitio con la esperanza de encontrar más partes del esqueleto. La gran incógnita sigue siendo si podrán localizar el cráneo, ya que esto permitiría entender mejor la dieta y comportamiento de este gigante prehistórico.
Gigantes históricos: ¿cómo se compara?
Aunque Perucetus colossus ostenta el título del animal más pesado conocido hasta ahora, no es el único gigante marino ni terrestre en la historia evolutiva:
- Ballena azul: Hasta 30 metros de largo y 200 toneladas.
- Argentinosaurus (dinosaurio): Entre 70 y 100 toneladas.
- Megalodon: Un tiburón prehistórico con dientes gigantescos.
- Basilosaurus: Un cetáceo fósil contemporáneo al Perucetus, aunque menos masivo.
Estas comparaciones resaltan lo extraordinario del descubrimiento peruano, situando al Perucetus colossus como una anomalía evolutiva tanto por su peso como por su adaptación a entornos costeros.
Curiosidades sobre Perucetus colossus
- Sus vértebras son tan densas que inicialmente fueron confundidas con rocas.
- Podría haber sido uno de los primeros cetáceos completamente acuáticos.
- Los científicos creen que sus huesos pesados le proporcionaban estabilidad para moverse en aguas turbulentas.
- A pesar de sus dimensiones monstruosas, su longitud era similar a la del actual cachalote (Physeter macrocephalus).
El hallazgo del Perucetus colossus no solo amplía nuestro conocimiento sobre los gigantes marinos prehistóricos sino que también nos recuerda cuánto queda por descubrir sobre las profundidades del pasado oceánico. ¿Qué otros secretos guardará el desierto peruano? Solo futuras expediciones tendrán la respuesta.
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