Impacto ambiental y supervivencia: guardianes del océano bajo amenaza humana

La dramática escena de una madre delfín intentando revivir a su cría muerta

Varias especies de delfines están en peligro de extinción debido a la acción humana y la degradación de su hábitat

En la idílica Bahía de las Islas, en Nueva Zelanda, una hembra de delfín nariz de botella ha captado la atención de todos con un comportamiento que rompe el corazón.

Desde hace semanas, esta madre nada sin descanso, empujando con su morro el cuerpo sin vida de su cría, probablemente nacida muerta.

“Se niega a soltarla”, explican desde el Departamento de Conservación de la Naturaleza, que describe este acto como una muestra de duelo maternal. La delfín, que vocaliza sonidos para llamar a su pequeña y la carga en su espalda, refleja un vínculo tan profundo como el de cualquier mamífero, incluido el ser humano.

Con la llegada del verano austral, la bahía se llena de turistas y deportes acuáticos, pero las autoridades piden respeto absoluto.

La madre, rezagada de su grupo por recuperar el cuerpo de su cría, está en una situación de “extrema vulnerabilidad”.

La doctora Catherine Peters ha instado a evitar cualquier contacto con los delfines de la zona para no perturbarla. El Departamento patrulla regularmente para proteger a estos cetáceos, especialmente ahora, cuando las hembras, tras dar a luz, son más sensibles a las molestias humanas.

Un gesto de empatía colectiva es lo que se necesita para dejarla enfrentar su pérdida en paz.

La ciencia confirma: los delfines también lloran

Este caso no es aislado. Estudios recientes, como el liderado por el biólogo italiano Giovanni Bearzi, han demostrado que los delfines y otras especies de cetáceos exhiben conductas de duelo.

Entre 1970 y 2016, se documentaron 78 casos que muestran cómo 20 de las 88 especies estudiadas reaccionan ante la muerte con comportamientos que denotan dolor y conexión emocional. En la Bahía de las Islas, esta madre delfín no solo nos recuerda la complejidad emocional de estos animales, sino también la importancia de protegerlos. Su lamento silencioso es un grito que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza.

Pocas criaturas despiertan tanta simpatía como los delfines. Si alguna vez has visto a uno saltar cerca de una embarcación o has escuchado su característico silbido, entenderás por qué este mamífero marino es el protagonista favorito en acuarios, películas y hasta en camisetas veraniegas. No es para menos: detrás de esa sonrisa eterna se esconde un animal inteligente, sociable y dotado de habilidades sorprendentes. Pero también, y esto es menos conocido, una especie que enfrenta graves peligros en varias partes del mundo.

Quien haya tenido la oportunidad de observar un grupo de delfines nadando en libertad sabe que su presencia aporta alegría y energía al océano. Sin embargo, la vida para ellos no es tan sencilla como podría parecer. Más allá del espectáculo, los delfines deben lidiar diariamente con un entorno cada vez más hostil. Contaminación, pesca indiscriminada y destrucción del hábitat son solo algunos de los desafíos que ponen en jaque su futuro.

¿Están los delfines en peligro de extinción?

La respuesta corta es: depende de la especie y del lugar. Los delfines forman una familia numerosa con más de 40 especies repartidas por mares y ríos de todo el planeta. Algunas gozan aún de poblaciones estables, pero otras están en la cuerda floja.

Según los criterios internacionales más recientes, varias especies presentan riesgos elevados. Por ejemplo:

  • El delfín rosado del Amazonas (Inia geoffrensis), símbolo cultural y ecológico en Sudamérica, está catalogado como “en peligro” por la UICN debido a la caza ilegal, la contaminación y la pérdida acelerada de hábitat fluvial.
  • El delfín del río Ganges (Platanista gangetica), considerado un “fósil viviente”, enfrenta amenazas críticas por captura accidental en redes de pesca y el impacto directo de embarcaciones en India.
  • Otras especies con áreas muy restringidas, como Cephalorhynchus hectori u Orcaella brevirostris, figuran también entre las más amenazadas por el rápido descenso poblacional registrado en las últimas décadas.

La situación varía mucho dependiendo del ecosistema. Mientras los delfines marinos suelen tener áreas de distribución más amplias y mejor capacidad para adaptarse, los que viven en aguas dulces —como ríos sudamericanos o asiáticos— son especialmente vulnerables por el reducido tamaño de sus hábitats y su exposición a actividades humanas intensivas.

Principales amenazas para los delfines

El principal enemigo del delfín no tiene aletas ni dientes afilados: es el ser humano. Las causas detrás del declive poblacional son diversas:

  • Captura accidental (bycatch): Las redes de pesca comercial atrapan cada año miles de ejemplares. Muchas veces mueren ahogados al no poder salir a respirar.
  • Contaminación: Metales pesados, plásticos y sustancias tóxicas se acumulan en sus cuerpos, afectando su salud reproductiva y aumentando la mortalidad juvenil.
  • Destrucción del hábitat: La construcción de presas y represas altera el flujo natural de ríos donde viven especies fluviales como el delfín rosado o el delfín del Ganges.
  • Caza directa e ilegal: En algunos países aún se cazan delfines por su carne o para usar partes del cuerpo con supuestos fines medicinales.
  • Cambio climático: La alteración de temperaturas y corrientes afecta la disponibilidad de presas, obligando a los delfines a desplazarse o enfrentarse a periodos prolongados sin alimento suficiente.

Especies emblemáticas bajo presión

Veamos algunos ejemplos concretos:

EspecieEstado actual según UICNPrincipales amenazas
Delfín rosado (Inia geoffrensis)En peligroCaza, contaminación, represas
Delfín del GangesEn peligroRedes pesqueras, caza furtiva
Cephalorhynchus hectoriEn peligroPesca accidental
Orcaella brevirostrisEn peligroPérdida de hábitat
Sousa teusziPeligro críticoContaminación costera

En todos estos casos, la tendencia poblacional apunta al descenso si no se toman medidas urgentes para proteger sus hábitats y reducir las capturas accidentales.

¿Por qué debemos preocuparnos por los delfines?

Los delfines no solo son carismáticos; cumplen funciones ecológicas clave:

  • Son indicadores de la salud marina o fluvial (“especies paraguas”), ya que dependen directamente del equilibrio ecológico.
  • Controlan poblaciones de peces pequeños e invertebrados.
  • Su presencia favorece el turismo sostenible en muchas regiones costeras.

Salvar a los delfines implica proteger ecosistemas enteros y garantizar recursos para miles de comunidades humanas que viven cerca del mar o los grandes ríos.

Curiosidades sorprendentes sobre los delfines

Para cerrar con una nota más ligera (y porque estos animales nunca dejan de sorprendernos):

  • Los delfines tienen nombres propios: cada uno emite un silbido único que funciona como “identificador personal”.
  • Poseen una inteligencia comparable a la de algunos primates; pueden resolver problemas complejos e incluso reconocerse frente a un espejo.
  • Tienen comportamientos altruistas: se han documentado casos donde ayudan a otros animales e incluso a humanos en apuros.
  • El récord mundial de salto fuera del agua lo ostenta un delfín mular con 6 metros… ¡más alto que una jirafa adulta!
  • Algunas culturas indígenas consideran al delfín rosado un espíritu protector del río; según la leyenda amazónica puede transformarse en humano durante la noche.

En definitiva, hablar hoy sobre delfines es mucho más que contar historias simpáticas: es alertar sobre una crisis ambiental silenciosa que afecta tanto a estos animales extraordinarios como al resto del planeta azul. Mantener viva su sonrisa depende —en gran parte— de nuestra capacidad para convivir con ellos respetando su mundo natural.

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