La madrugada del domingo 23 de marzo de 2025 quedará grabada en la memoria de los talaveranos como una de las más tristes de su historia reciente.
El emblemático puente romano de Talavera de la Reina, también conocido como Puente Viejo o de Santa Catalina, no pudo resistir la brutal embestida del río Tajo y colapsó parcialmente ante la mirada atónita de los vecinos.
Pasada la una de la madrugada, el alcalde de Talavera, José Julián Gregorio, compartía la devastadora noticia a través de sus redes sociales:
«Esta noche es un día terrible para la historia de Talavera. Nuestro puente viejo o ‘romano’ acaba de derrumbarse una parte. Una avenida de agua terrible para la ciudad».
Las palabras del edil iban acompañadas de un estremecedor vídeo que mostraba el momento exacto en que uno de los arcos del puente se desplomaba, engullido por la fuerza del agua.
La crecida del Tajo, que alcanzó un caudal superior a los 1.000 metros cúbicos por segundo, fue implacable con esta joya arquitectónica que llevaba siglos desafiando al río.
El puente, de origen romano y reconstruido en el siglo XV, era el más antiguo de la ciudad y un Bien de Interés Cultural que conectaba el centro urbano con la vega sur.
Medidas preventivas insuficientes
A pesar de que las autoridades habían tomado precauciones, cerrando el paso por el puente días antes debido a la alerta por lluvias, nada pudo evitar el desastre. La borrasca Martinho, que ha azotado gran parte de España en los últimos días, descargó con especial virulencia sobre la cuenca del Tajo, provocando un aumento del caudal sin precedentes en la historia reciente.
La Policía Municipal estableció un segundo perímetro de seguridad tras el derrumbe y desaconsejó a la población acercarse a la zona por motivos de seguridad. Sin embargo, muchos talaveranos, desafiando las recomendaciones, se acercaron a las inmediaciones para ser testigos de la tragedia y documentar con sus dispositivos móviles la pérdida de este símbolo de la ciudad.
El derrumbe del puente romano no solo supone una pérdida patrimonial incalculable, sino que también afecta profundamente al sentir de los talaveranos. Este puente era mucho más que una vía de comunicación; era un testigo silencioso de la historia de la ciudad, un lugar de encuentro y paseo, y un símbolo de la resistencia de Talavera frente a las adversidades.
José Julián Gregorio expresó el sentir general de la población: «Hoy mi corazón como alcalde sufre por esta pérdida patrimonial». Las palabras del regidor reflejan el dolor de una ciudad que ve cómo parte de su historia se desmorona ante la fuerza imparable de la naturaleza.
Mirando al futuro
Mientras la ciudad aún digiere la noticia, las autoridades ya han comenzado a planificar los próximos pasos. El alcalde ha anunciado que se realizará una evaluación exhaustiva de los daños a la luz del día y ha prometido luchar por la reconstrucción del puente.
«Vamos a pedir ayuda a todas las instituciones, sea diputación, sea la Junta o sea el Estado, para su reconstrucción».
La tragedia del puente romano de Talavera nos recuerda la fragilidad de nuestro patrimonio frente a las fuerzas de la naturaleza.
Sin embargo, también pone de manifiesto la resiliencia de una ciudad que, a lo largo de su historia, ha sabido sobreponerse a las adversidades.
El desafío ahora será reconstruir no solo el puente, sino también el espíritu de una comunidad golpeada pero no vencida.
Mientras tanto, el Tajo sigue su curso, ajeno al dolor que ha causado, recordándonos que la convivencia entre el hombre y la naturaleza es un equilibrio delicado que requiere respeto, previsión y, sobre todo, humildad ante las fuerzas que nos superan.
Un golpe al corazón de Talavera
El Puente Romano de Talavera de la Reina, también conocido como Puente Viejo o Puente de Santa Catalina, es una estructura fascinante con una rica historia y numerosas curiosidades que lo hacen único:
- Origen romano y transformaciones medievales: Aunque se le llama «romano», los restos más antiguos, de la época de Caesarobriga (siglo I d.C.), están bajo el nivel del agua y corresponden a los cimientos del primer tramo. El puente actual, con su característico quiebro, fue reconstruido en la Edad Media (siglo XIII) y remodelado significativamente a finales del siglo XV bajo la dirección de Fray Pedro de los Molinos.
- El «Puente de los Remiendos»: Debido a las constantes crecidas del río Tajo, que han dañado la estructura a lo largo de los siglos, el poeta e historiador Ángel Ballesteros lo apodó «puente de los remiendos». Sus numerosos arreglos han dejado un mosaico de estilos arquitectónicos, con arcos de medio punto, apuntados y rebajados que reflejan distintas épocas.
- Curva peculiar: Una de sus peculiaridades más notables es su trazado curvo, resultado de una reconstrucción financiada por la Orden de los Jerónimos en el siglo XV. Cambiaron la dirección del puente para que conectara con sus molinos, lo que le dio esa forma distintiva.
- Representación en el Louvre: El puente aparece en dos cuadros del pintor holandés Brueghel el Viejo, titulados “De oude Brug van Talavera”, que se exhiben en el Museo del Louvre en París. Estas obras son un testimonio de su importancia histórica y artística.
- Escudos históricos: En el puente se encuentran el escudo del Cardenal Mendoza, quien impulsó una de sus reconstrucciones en el siglo XV, y el de la Orden de los Jerónimos, reflejando el mecenazgo de estas figuras en su historia.
- Leyendas locales: Una leyenda dice que bajo el puente hay un pasadizo secreto que lleva al otro lado del río, donde se esconde un tesoro de la Atlántida custodiado por seres míticos. Otra historia cuenta que, en las noches de luna llena de noviembre, aparece el fantasma de Carmen, una costurera del siglo XVI condenada injustamente por brujería, reflejándose en las aguas del Tajo.
- Suicidio y remolinos: Durante siglos, el puente fue un lugar elegido por suicidas debido a los grandes remolinos que se formaban bajo sus arcos cuando el río llevaba un cauce fuerte, lo que añadía un aura trágica a su historia.
- Pérdida de un arco: Originalmente, el puente tenía más arcos (se estima que 22 o 23 según cronistas como J. Münzer en 1493), pero uno fue eliminado en el siglo XX al ampliar la Ronda Sur, alterando su diseño primitivo.
- Testigo de la historia: La primera referencia documental del puente data de 1227, cuando Fernando III el Santo ordenó controlar el paso de personas y ganado por los puentes del Tajo, posiblemente para cobrar peajes. Ha sido escenario de eventos desde la trashumancia medieval hasta conflictos bélicos.
- Derrumbe reciente: El 23 de marzo de 2025 (hoy, según la fecha actual), una crecida excepcional del Tajo, con caudales de 1,000 m³/s, provocó el colapso de dos tramos del puente. Este evento ha reavivado el debate sobre su conservación y reconstrucción, siendo un recordatorio de su vulnerabilidad a las fuerzas de la naturaleza.