En un nuevo capítulo de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el gobierno chino ha anunciado que reducirá de manera «moderada» la cantidad de películas estadounidenses que se proyectan en su territorio.
Esta medida, presentada como una represalia directa a los recientes aranceles del 125% impuestos por la administración de Donald Trump, subraya cómo la cultura también puede convertirse en un campo de batalla económico.
El mercado cinematográfico chino es el segundo más grande del mundo, solo por detrás del estadounidense, y ha sido clave para el éxito global de las superproducciones de Hollywood.
Sin embargo, en los últimos años, las películas nacionales han ganado terreno, representando aproximadamente el 80% de los ingresos anuales de taquilla en el país.
Esta tendencia, unida a las nuevas restricciones, plantea un desafío significativo para los estudios estadounidenses.
Un golpe estratégico contra Hollywood
Desde 1994, China ha permitido la importación limitada de películas extranjeras bajo un sistema de cuotas. Actualmente, se proyectan unas 34 películas extranjeras al año bajo acuerdos de reparto de ingresos, donde los estudios estadounidenses obtienen solo el 25% de las ganancias generadas en la taquilla china. Este porcentaje es considerablemente inferior al que obtienen en otros mercados internacionales.
Las nuevas restricciones anunciadas no solo reducen aún más las oportunidades para Hollywood, sino que también fortalecen el mensaje político y económico que Pekín busca transmitir: China está dispuesta a «luchar hasta el final» en esta guerra comercial. Según Chris Fenton, experto en relaciones entre Hollywood y China, esta medida tiene un impacto simbólico poderoso pero limitado en términos económicos para Pekín, dado que las películas estadounidenses representan solo el 5% de la taquilla china.
¿Qué dicen los medios y redes chinas sobre Trump?
La respuesta mediática en China ha sido contundente. Los editoriales en medios estatales y las publicaciones en redes sociales critican duramente las políticas comerciales de Trump. En plataformas como Weibo, se han viralizado memes y vídeos satíricos que ridiculizan al expresidente estadounidense. Algunos muestran a superhéroes estadounidenses trabajando en fábricas chinas o productos cotidianos diseñados para burlarse del mandatario.
El mensaje oficial también ha sido claro: Pekín acusa a Washington de adoptar medidas «intimidatorias» y asegura que no cederá ante estas presiones. La frase «China luchará hasta el final» se ha convertido en un lema recurrente tanto en declaraciones oficiales como entre los usuarios chinos.
¿Quién gana y quién pierde?
Aunque el impacto directo sobre Hollywood es innegable, algunos analistas señalan que esta decisión podría beneficiar a otras industrias cinematográficas. Países europeos y regiones como América Latina podrían ver incrementada su presencia en el mercado chino si Pekín decide diversificar sus importaciones culturales.
Sin embargo, para los grandes estudios estadounidenses como Disney, Warner Bros. o Universal, este es otro golpe tras años complicados marcados por la pandemia y cambios en los hábitos de consumo audiovisual globales.
Ranking: Las medidas más polémicas entre ambas potencias
- Aranceles recíprocos: Estados Unidos inició con tarifas del 20%, elevándolas progresivamente hasta alcanzar un 125%, mientras China respondió con incrementos del 84%.
- Restricciones culturales: La reducción del número de películas estadounidenses importadas por China es uno de los movimientos más simbólicos.
- Limitación tecnológica: Ambos países han restringido exportaciones clave relacionadas con semiconductores y tecnología avanzada.
- Impuestos al entretenimiento: Además del cine, China grava con altos porcentajes otros productos culturales provenientes de Estados Unidos.
Una puerta entreabierta
A pesar del endurecimiento del conflicto comercial, ambas partes han insinuado estar abiertas al diálogo bajo condiciones específicas. Trump declaró recientemente su deseo de alcanzar un acuerdo si se cumplen ciertas demandas económicas y políticas. Por su parte, Pekín afirmó que mantiene «la puerta abierta» a negociaciones basadas en respeto mutuo e igualdad.
Mientras tanto, la guerra comercial sigue escalando y afectando no solo a sectores estratégicos como la tecnología o la agricultura, sino también a áreas inesperadas como el entretenimiento. Para Hollywood, este nuevo frente plantea preguntas difíciles sobre su futuro en uno de sus mercados más importantes fuera de casa.