LITERATURA CON MAYUSCULAS

Vargas Llosa y García Márquez: la brutal amistad y la feroz rivalidad de los dos colosos de las letras latinoamericanas

Los dos escritores compartieron amistad, admiración y una amarga ruptura marcada por un misterioso puñetazo en 1976

García Márquez y Vargas Llosa
García Márquez y Vargas Llosa. PD

En el panorama literario del siglo XX, pocos nombres brillan tanto como los de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.

Ambos, galardonados con el Premio Nobel de Literatura, fueron pilares del «boom latinoamericano», un movimiento que revolucionó la narrativa en español.

Sin embargo, detrás de sus obras inmortales se esconde una relación marcada por la amistad, la admiración mutua y una ruptura tan dramática como literaria.

Su primer encuentro tuvo lugar en 1967, en el Congreso de Intelectuales Latinoamericanos celebrado en Caracas.

Vargas Llosa, entonces un joven autor peruano admirador de la obra de García Márquez, quedó deslumbrado por el colombiano, quien acababa de publicar Cien años de soledad.

En ese momento comenzó una relación que se consolidó a través de cartas y reuniones en ciudades como París y Barcelona. En este último destino, mientras ambos vivían en el barrio de Sarrià, su amistad alcanzó su punto más alto.

Durante estos años de cercanía, Vargas Llosa dedicó su tesis doctoral a la obra de García Márquez, que más tarde se publicaría bajo el título Historia de un deicidio.

Este extenso análisis literario no solo reflejó la admiración del peruano por su colega colombiano, sino que selló una etapa en la que compartían debates sobre política y literatura, además de eventos familiares.

Incluso García Márquez fue padrino del hijo menor de Vargas Llosa.

El fatídico golpe: Ciudad de México, 1976

El 12 de febrero de 1976, en el Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México, ocurrió el incidente que marcó el fin de esta ilustre amistad. Durante el estreno del documental La odisea de los Andes, Vargas Llosa lanzó un inesperado puñetazo a García Márquez frente a numerosos testigos. La imagen del colombiano con un ojo morado quedó inmortalizada por el fotógrafo Rodrigo Moya y pasó a ser símbolo del distanciamiento entre los dos escritores.

Las razones detrás del altercado han sido objeto de especulación durante décadas. Una teoría apunta a diferencias ideológicas: mientras García Márquez apoyaba abiertamente a Fidel Castro y la Revolución Cubana, Vargas Llosa había comenzado a tomar distancia del comunismo y adoptaba posturas liberales. Otra hipótesis más personal sugiere problemas relacionados con Patricia Llosa, esposa del peruano en ese entonces. Se dice que García Márquez habría intervenido en una crisis matrimonial entre los Llosa, algo que Vargas Llosa interpretó como una traición.

Ninguno de los dos protagonistas reveló jamás qué motivó exactamente aquel golpe. “No voy a hablar sobre eso”, declaró Vargas Llosa en diversas ocasiones; mientras tanto, García Márquez optó por guardar silencio hasta su muerte en 2014.

Dos premios Nobel y un legado compartido

A pesar del distanciamiento personal, ambos escritores continuaron cosechando éxitos literarios que consolidaron sus lugares como íconos universales. En 1982, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel por su capacidad para combinar lo fantástico con lo real en obras como Cien años de soledad. Mario Vargas Llosa obtuvo este galardón casi tres décadas después, en 2010, reconociendo su “cartografía de las estructuras del poder”.

Junto a otros autores como Octavio Paz, Pablo Neruda y Miguel Ángel Asturias, forman parte del exclusivo grupo de seis hispanoamericanos galardonados con el Nobel. Estas figuras no solo transformaron la literatura latinoamericana sino también llevaron sus historias al escenario global.

Un distanciamiento irreconciliable

Aunque nunca volvieron a cruzar palabra tras aquel episodio en México, sus trayectorias permanecieron entrelazadas por la admiración mutua que alguna vez compartieron y por las inevitables comparaciones entre sus obras. Vargas Llosa prohibió durante 50 años la reedición de Historia de un deicidio, quizás para evitar reavivar las tensiones con el autor colombiano o sus seguidores.

El reciente fallecimiento del escritor peruano el pasado 13 de abril ha traído nuevamente a la luz los detalles sobre esta relación única en la historia literaria moderna. Su rivalidad no solo fue un enfrentamiento personal; también simbolizó las tensiones políticas e ideológicas que atravesaron América Latina durante gran parte del siglo XX.

Más allá del conflicto: su impacto cultural

La rivalidad entre Vargas Llosa y García Márquez no logró opacar sus legados individuales ni colectivos dentro del «boom latinoamericano». Ambos lograron plasmar las complejidades sociales, políticas y culturales del continente a través de sus obras maestras.

Si bien nunca hubo reconciliación pública entre ellos, su influencia conjunta sigue siendo motivo de análisis y celebración en círculos académicos y literarios alrededor del mundo. La historia detrás del golpe no deja de ser fascinante: un episodio que parece sacado directamente del realismo mágico o las estructuras narrativas complejas que ambos dominaban tan bien.

En última instancia, más allá del misterio que rodea aquel fatídico momento en Ciudad de México, lo cierto es que tanto Mario Vargas Llosa como Gabriel García Márquez serán recordados como dos gigantes indiscutibles cuya obra continúa inspirando generaciones enteras.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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