El humo blanco ha salido finalmente de la Capilla Sixtina. Tras un cónclave que mantuvo en vilo a millones de católicos en todo el mundo, los 135 cardenales electores han elegido al estadounidense Robert Francis Prevost como nuevo líder de la Iglesia Católica. El hasta ahora Prefecto del Dicasterio para los Obispos y arzobispo-obispo emérito de Chiclayo (Perú) ha decidido adoptar el nombre de León XVI, recuperando una denominación papal con profundo significado histórico y simbólico.
A sus 79 años, Prevost era considerado uno de los «papables» más destacados por su perfil moderado y su estrecha relación con el papa Francisco, quien lo nombró cardenal. Nacido en Chicago pero con fuertes vínculos con América Latina, el nuevo pontífice representa un puente entre diferentes sensibilidades dentro de la Iglesia, algo que podría resultar crucial en un momento de profundas divisiones internas.
León XIV: El Papa americano que rompe moldes
El 8 de mayo de 2025, cuando el humo blanco se alzó sobre la Capilla Sixtina, el mundo contuvo el aliento. Desde el balcón de San Pedro, un nombre resonó como un trueno: Robert Francis Prevost, el cardenal estadounidense de 69 años, se convirtió en León XIV, el primer papa nacido en América. ¿Quién es este hombre que, desde las calles de Chicago hasta las misiones de Perú, ha escalado hasta el trono de Pedro? Con una vida marcada por la humildad, la diplomacia y un toque de pragmatismo, este agustino de raíces multiculturales promete un pontificado que equilibre tradición y apertura en una Iglesia en constante cambio.
De Chicago a la vocación global
Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, Robert Francis Prevost creció en el seno de una familia de ascendencia francesa, italiana y española. Su padre, Louis, un exmilitar y catequista, y su madre, Mildred, de origen español, le inculcaron una fe profunda en la parroquia de Santa María de la Asunción, en el sur de la ciudad. “Ya de adolescente sabía lo que quería”, recuerda un compañero de escuela. A los 17 años, Prevost ingresó al seminario menor de los agustinos, y en 1977 se graduó en Matemáticas por la Universidad de Villanova, antes de obtener un máster en Teología y un doctorado en Derecho Canónico en Roma. Ordenado sacerdote en 1982, su destino no estaba en las aulas, sino en el mundo.
Un misionero en tierras peruanas
En 1985, Prevost llegó a Perú como misionero agustino, una experiencia que marcó su vida. Durante casi dos décadas, sirvió como párroco, profesor de seminario y juez eclesiástico en Trujillo y Chulucanas. “Caminaba con los pobres, comía con ellos, sufría con ellos”, dice un sacerdote que lo conoció en Chiclayo. Su labor lo llevó a convertirse en ciudadano peruano, un gesto que mitigó las reservas sobre su nacionalidad estadounidense en un cónclave reacio a un “papa de superpotencia”. En 2014, Francisco lo nombró administrador apostólico de Chiclayo, y un año después, obispo de la diócesis, donde destacó por su cercanía pastoral y su trabajo en la protección de menores.
El cerebro detrás de los obispos
El ascenso de Prevost al corazón del Vaticano comenzó en 2023, cuando el papa Francisco lo llamó a Roma como prefecto del Dicasterio para los Obispos, un puesto clave que lo puso a cargo de seleccionar obispos para todo el mundo. “Un obispo debe proclamar a Cristo, no ser un príncipe”, afirmó en una rara entrevista. Su estilo reservado, pero efectivo, le ganó el respeto de los cardenales. En septiembre de 2023, Francisco lo creó cardenal, y en febrero de 2025, lo elevó al exclusivo rango de cardenal-obispo, una señal clara de confianza. Como presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, Prevost tejió lazos con la región que alberga a la mayoría de los católicos del mundo.
Su gestión no estuvo exenta de controversias. Acusaciones de mal manejo de casos de abuso sexual en Chicago (1999-2001) y Chiclayo (2022) han perseguido su carrera. En el primer caso, permitió que un sacerdote acusado residiera cerca de una escuela, aunque sus defensores argumentan que actuó según las normas de la época. En Perú, tres mujeres alegaron que encubrió abusos, pero la diócesis afirmó que Prevost abrió investigaciones canónicas y remitió los casos a las autoridades civiles. “La percepción de integridad es crucial”, señalaron activistas, aunque sus partidarios ven estas críticas como intentos de desacreditar a un candidato alineado con Francisco.
León XIV: Un nombre con historia
Al elegir el nombre León XIV, Prevost rinde homenaje a los trece papas León de la historia, especialmente a León XIII (1878-1903), conocido por su encíclica Rerum Novarum, que sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia. “Es un guiño a la justicia social y a la modernización dentro de la tradición”, comentó un vaticanista. El nombre también evoca fuerza y liderazgo, cualidades que Prevost, con su perfil discreto pero firme, parece dispuesto a encarnar. Su elección rompe con siglos de papas europeos o latinoamericanos, llevando a un estadounidense con corazón peruano al frente de la Iglesia.
Un papa sinodal y pastoral
Teológicamente, León XIV es un moderado que abraza la visión sinodal de Francisco. “La Iglesia debe escuchar a todos”, dijo en el Sínodo sobre la Sinodalidad, donde defendió una Iglesia inclusiva y participativa. Apoya las prioridades de Francisco: los pobres, los migrantes y el cuidado de la creación. Sin embargo, en temas como la ordenación de mujeres o las bendiciones a uniones del mismo sexo, se mantiene en la línea tradicional, aunque con un tono pastoral. “No se trata de cambiar la doctrina, sino de comunicar la alegría de Cristo”, afirmó alguna vez. Su experiencia global lo prepara para dialogar con líderes mundiales, mientras su formación agustina le da un enfoque espiritual centrado en la humildad.
El desafío de un pontificado
Como León XIV, Prevost enfrenta retos colosales: una Iglesia polarizada, crisis financieras en el Vaticano y la necesidad de abordar el abuso sexual con transparencia. Su juventud relativa (cumplirá 70 en septiembre) sugiere un papado de una década o más, suficiente para consolidar reformas. “Es un puente entre continentes y generaciones”, dice un cardenal anónimo. Su doble nacionalidad y su trayectoria misionera lo convierten en un papa universal, capaz de hablar inglés, español, italiano y algo de quechua, conectando con fieles de todo el mundo.
Un hombre de fe y buen humor
Quienes lo conocen destacan su calma y su sentido del humor. “No importa cuántos problemas tenga, siempre está sonriendo”, recuerda un sacerdote de Chiclayo. Amante del tenis y de la cocina peruana, Prevost es descrito como un líder que prefiere escuchar antes que imponer. En su primera aparición como León XIV, su mensaje fue claro: “Caminemos juntos como pueblo de Dios, con humildad y esperanza”. El mundo, expectante, observa a este papa que, desde Chicago hasta Roma, ha tejido un camino improbable hacia la cima de la Iglesia.
Un nombre con historia y simbolismo
La elección del nombre León no es casual y revela mucho sobre las intenciones del nuevo pontífice. Este nombre, que significa «misericordioso» o «gentil» en su etimología, ha sido utilizado por 13 papas a lo largo de la historia, siendo el último León XIII, cuyo pontificado concluyó en 1903.
La dinastía de los «León» incluye figuras tan destacadas como León I el Magno (440-461), quien enfrentó a Atila y salvó a Roma de la destrucción, o León XIII (1878-1903), conocido por su encíclica Rerum Novarum que sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia. Al elegir este nombre, Prevost parece querer evocar un liderazgo fuerte pero compasivo, capaz de defender la tradición mientras se adapta a los desafíos contemporáneos.
La tradición de cambiar el nombre al asumir el pontificado se remonta al siglo VI, cuando el Papa Juan II decidió abandonar su nombre de nacimiento, Mercurio, por considerarlo inapropiado al ser el de un dios pagano. Desde entonces, esta práctica simboliza un «nuevo nacimiento» y una dedicación total a la misión papal.
Un cónclave marcado por las divisiones
El cónclave que ha elegido a León XVI ha estado caracterizado por las tensiones entre diferentes facciones dentro del Colegio Cardenalicio. Por un lado, los cardenales creados por Francisco, que representan aproximadamente el 80% de los electores, y por otro, los nombrados por sus predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II.
«Francisco quería que el futuro papa estuviera alineado con él. Y esto no es un deseo personal, sino el deseo de una tendencia», declaraba recientemente un teólogo a BBC News, reflejando las expectativas sobre la continuidad del legado reformista del pontífice argentino.
La elección de Prevost parece responder a este deseo de continuidad, aunque con matices propios. Su perfil como «ojeador» de obispos desde su llegada al Vaticano en 2023 le ha permitido mantener un estrecho contacto con la Iglesia en todo el mundo, dándole una visión global que será fundamental para su pontificado.
Curiosidades sobre el nuevo Papa
El nuevo León XVI presenta un perfil fascinante que combina experiencia internacional con una sensibilidad especial hacia los más desfavorecidos:
- Es estadounidense de nacimiento pero ha desarrollado gran parte de su carrera eclesiástica en Perú, lo que le ha dado una perspectiva única sobre los desafíos de la Iglesia en América Latina.
- A pesar de su edad (79 años), goza de buena salud y ha mantenido una intensa actividad como Prefecto del Dicasterio para los Obispos.
- Habla con fluidez inglés y español, lo que facilitará su comunicación con una gran parte de los fieles católicos del mundo.
- En febrero de 2025, participó junto a otros cardenales en un rosario especial por la salud del papa Francisco, mostrando su cercanía al pontífice argentino.
- Su experiencia como «ojeador» de obispos le ha permitido conocer en profundidad las realidades locales de la Iglesia en diferentes continentes.
Los nombres papales más populares
La elección del nombre León sitúa al nuevo pontífice en una tradición rica pero no tan frecuente como otros nombres papales. A lo largo de la historia, ciertos nombres han sido especialmente populares entre los papas:
- Juan: Ha sido el nombre más utilizado, con 22 papas a lo largo de la historia. El último fue San Juan Pablo II.
- Gregorio: Con 16 pontífices, es el segundo nombre más común. El último fue Gregorio XVI, cuyo papado finalizó en 1846.
- Benedicto: Ha sido elegido por 16 papas, siendo Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) el más reciente.
- Clemente: 14 papas han llevado este nombre a lo largo de la historia.
- León: Con la elección de Prevost, serán 14 los papas que han llevado este nombre.
- Inocencio: Ha sido utilizado por 13 pontífices.
- Pío: 12 papas han elegido este nombre, siendo Pío XII el último.
El significado de León en el contexto actual
La elección del nombre León XVI adquiere un significado especial en el contexto actual de la Iglesia. El león, como símbolo, representa fortaleza, coraje y realeza, cualidades que podrían indicar la intención del nuevo papa de liderar con firmeza en tiempos difíciles.
Los papas León han sido históricamente reformadores y defensores de la doctrina, pero también han mostrado apertura al diálogo con el mundo. León XIII, por ejemplo, modernizó la postura de la Iglesia frente a los desafíos de la revolución industrial y las nuevas ideologías políticas.
En un momento en que la Iglesia Católica enfrenta desafíos como la secularización, los escándalos de abusos y las divisiones internas entre conservadores y progresistas, la elección de este nombre podría indicar un deseo de fortalecer la institución sin renunciar al diálogo con la modernidad.
Un cónclave histórico
El cónclave que ha elegido a León XVI ha sido el más grande e internacional de la historia, con cardenales procedentes de 70 países diferentes. Esta diversidad refleja la naturaleza global de la Iglesia Católica contemporánea y los esfuerzos de Francisco por descentralizar el poder de Roma.
Entre los cardenales electores destacaban figuras como Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y uno de los principales impulsores de la reforma eclesial promovida por Bergoglio; Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Iglesia Romana; o Anthony Poola, arzobispo de Hyderabad (India) y proveniente de la casta de los intocables (dhalit).
La elección de Prevost como León XVI marca el inicio de una nueva era para la Iglesia Católica. Su pontificado deberá enfrentar retos como la continuidad de las reformas iniciadas por Francisco, la respuesta a los escándalos de abusos sexuales, el diálogo interreligioso y la posición de la Iglesia ante temas controvertidos como la inclusión de mujeres y personas LGTB.
El mundo católico mira ahora con expectación hacia este estadounidense con corazón latinoamericano que, bajo el nombre de un león, deberá guiar a la barca de Pedro en aguas turbulentas pero llenas de esperanza.