Estar como un hospital de campaña a la intemperie, al lado de los heridos de la vida, para reivindicar con obras y palabras la dignidad de toda persona
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La catedral de Palencia ha acogido hoy la ordenación episcopal de Manuel Herrero como nuevo obispo de Palencia, quien ha pedido la ayuda de todos los fieles para estar «al lado de los heridos de la vida» y reivindicar con obras y palabras «la dignidad de toda persona».
El agustino Manuel Herrero ha sido ordenado durante una celebración que ha reunido en la catedral a más de treinta obispos y ha presidido el nuncio del Papa en España, Renzo Fratini.
Ante más de 4.000 fieles, muchos procedentes de Cantabria, tierra en la que Manuel Herrero ha sido vicario general diecisiete años, y de Madrid, donde también ejerció su ministerio, ha pronunciado su primera alocución como obispo de Palencia, cargo que le encomendó el papa Francisco el pasado 26 de abril y que convierte a este fraile de 69 años en el obispo número 101 de la Diócesis.
Se ha referido al momento en que conoció la noticia al hablar del «mar de dudas y zozobra» que le invadió en un principio y la alegría posterior de saber que sería obispo de Palencia, ciudad donde se formó en el Seminario Menor de los Agustinos, y donde años después se estrenó como sacerdote tras ser ordenado por el entonces obispo Anastasio Granados.
Regresa ahora a la diócesis para «ayudar en el parto santo de engendrar hijos», y de «hacer hombres nuevos que sean sal, levadura y luz para una nueva sociedad».
En este cometido que ha pedido ayuda a todos los fieles de la Diócesis «para estar como un hospital de campaña a la intemperie, al lado de los heridos de la vida, para reivindicar con obras y palabras la dignidad de toda persona».
El nuncio del papa, Renzo Fratini, se ha referido a la labor de los obispos como «guardianes de lo que ya está fundado por el Señor», de pastores cuya virtud es la de «implicarse a fondo con su rebaño, afrontando las dificultades pero sabiendo que no es nada nuestro».
Revestido con el hábito agustino, Manuel Herrero ha tenido un momento de oración ante la patrona de Palencia, la Virgen de la Calle, antes de dirigirse a la catedral, acompañado por el nuncio y por el obispo de Santander, Manuel Sánchez.
Durante la ceremonia de consagración, con las imágenes de San Antolín, patrón de la diócesis, y de la Virgen del Brezo ante el altar, se ha dado lectura al nombramiento del papa Francisco, y posteriormente Manuel Herrero se ha postrado en el suelo.
El Nuncio ha procedido a la imposición de manos, acto que han repetido todos y cada uno de los obispos presentes, y le ha entregado el Evangelio y las insignias episcopales: la mitra, el anillo y el báculo.
Le han acompañado en esta ceremonia los últimos obispos de la Diócesis de Palencia, Nicolás Castellanos -presidente de la Fundación Hombres Nuevos-; Ricardo Blázquez -presidente de la Conferencia Episcopal Española- y arzobispo de Valladolid; Rafael Palmero, Jose Ignacio Munilla y Esteban Escudero.
Han asistido también el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, uno de los ordenantes de la ceremonia, y otros prelados que tienen una vinculación especial con Palencia, como el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Javier Argüello, y los responsables de las diócesis de Santander, Manuel Sánchez; Ciudad Real, Gerardo Melgar; y Tarija (Bolivia), Javier del Río Sendino.
Otros asistentes han sido el ministro en funciones de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.
(RD/Agencias)