En los últimos días, el nombre de Carlo Acutis ha resonado con fuerza en medios y redes sociales. Este joven, nacido en Londres en 1991 y criado en Italia, estaba a punto de convertirse en el primer santo millennial de la Iglesia católica, un hito que reflejaba tanto su profunda fe como su singular capacidad para conectar el mensaje religioso con el mundo digital. Conocido como “el influencer de Dios” o “el ciberapóstol”, su vida breve pero intensa ha inspirado a millones, especialmente a los jóvenes que ven en él un modelo de espiritualidad moderna y compromiso social.
La historia tomó un giro inesperado cuando, tras meses de preparativos y expectativa global, la canonización prevista para el 27 de abril se pospuso debido al fallecimiento del papa Francisco. Aun así, el proceso está avanzado y todo apunta a que será el próximo pontífice quien oficialice su santidad.
De jugar a la PlayStation a programar para la fe
La biografía de Carlo Acutis parece salida de una novela contemporánea: hijo único de padres italianos residentes en Londres, se mudó pronto a Milán, donde desde pequeño mostró dos grandes pasiones: la informática y la fe católica. Le encantaba el fútbol y los videojuegos —su consola favorita era una PlayStation, aunque solo jugaba una hora a la semana por disciplina personal—.
Sin embargo, lo que realmente le diferenciaba era su interés por las computadoras. Aprendió programación desde niño y pronto canalizó esa habilidad creando páginas web para difundir historias de santos y milagros eucarísticos. El proyecto más ambicioso fue una exposición virtual que documenta 136 milagros eucarísticos alrededor del mundo, disponible online y traducida a numerosos idiomas. Así demostró que espiritualidad y tecnología no son enemigos, sino aliados poderosos.
Resulta sorprendente que en una familia poco practicante fuera él quien arrastrara a sus padres al compromiso religioso. Desde los tres años pedía visitar iglesias; a los siete recibió la Primera Comunión y desde entonces asistía a misa diaria cuando podía. También practicaba la confesión semanal y promovía las Horas Santas antes o después de comulgar.
Su madre ha declarado públicamente: “Carlo me acercó a Dios”, testimoniando cómo la coherencia vital del joven le transformó incluso a ella. Además, según diversos relatos, Carlo defendía siempre a los compañeros más vulnerables en el colegio y dedicaba tiempo a quienes sufrían acoso o soledad.
Milagros atribuidos al «ciberapóstol»
La Iglesia católica exige pruebas extraordinarias para declarar santo a alguien; en el caso de Carlo Acutis se han documentado dos milagros reconocidos oficialmente:
- El primero fue la curación inexplicable de un niño brasileño con un defecto congénito pancreático tras entrar en contacto con una camiseta del joven italiano.
- El segundo, más reciente, es la recuperación total de una joven costarricense tras un grave traumatismo craneal sufrido en Italia; la familia pidió la intercesión directa del beato.
Estos hechos fueron determinantes para avanzar en su proceso de beatificación (que se celebró en 2020) y para dar luz verde, este mismo año, al decreto papal que abría paso a su canonización.
Un legado que no entiende de fronteras
El caso Acutis demuestra cómo las nuevas generaciones pueden integrar valores tradicionales en contextos modernos sin renunciar ni al progreso ni al humanismo. Sus páginas web siguen activas; sus frases circulan como memes inspiradores; sus videos son vistos por miles cada semana.
Para muchos jóvenes católicos —y también para quienes simplemente buscan sentido vital— Carlo es ya un referente ineludible del siglo XXI. Un adolescente normal que supo aprovechar las herramientas digitales para dejar huella espiritual real.
Ahora solo queda esperar cuándo será finalmente proclamado santo. Pero incluso antes del acto formal, Carlo Acutis ya ha sido adoptado popularmente como patrón oficioso de internet, símbolo del puente entre fe e innovación.
Curiosidades y datos locos sobre Carlo Acutis
La figura del “influencer de Dios” no solo fascina por su espiritualidad, sino también por detalles singulares que lo acercan al público más joven:
- Decía frases icónicas como: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”, animando así a vivir con autenticidad.
- Su devoción por la Eucaristía era tan fuerte que llegó a definirla como “mi autopista al cielo”.
- Aunque amaba los videojuegos, se autoimponía límites estrictos para evitar distracciones.
- Su web sobre milagros eucarísticos ha recorrido exposiciones físicas en más de 17 países.
- Soñaba con viajar por todo el mundo investigando milagros; tenía especial interés por el caso argentino del Milagro Eucarístico en Buenos Aires.
- Tenía una relación muy especial con la Virgen María; según su madre, vivió experiencias místicas relacionadas con las apariciones de Fátima.
- El cuerpo incorrupto de Carlo reposa hoy en Asís (Italia), vestido con vaqueros y zapatillas deportivas Nike, símbolo inequívoco del cristiano contemporáneo.