Ha acusado directamente a algunos jueces, policías y políticos con nombre y apellido
Televisión Española emite este domingo un reportaje sobre José Luis Azcona Hermoso, agustino recoleto y obispo de Marajó (Brasil), que vive amenazado de muerte por denunciar el tráfico de personas y defender los derechos humanos.
El equipo del programa de TVE «Pueblo de Dios» ha convivido varios días con este navarro de 72 años recorriendo parte del inmenso territorio donde trabaja. El documental se podrá ver en todo el mundo a través del canal internacional de la televisión pública española y de su plataforma digital www.RTVE.es.
Azcona está marcado para morir por denunciar la explotación sexual de mujeres y niños en Marajó, un archipiélago formado por más de 3.000 islas en la gigantesca desembocadura del Amazonas. Como él, otros dos obispos de Pará, también están en el punto de mira de las mafias en este estado brasileño.
El documental, de media hora de duración, se estrena con el título: «Dom Jose: marcado para morir», el domingo 14 de octubre a las 11:30 en La2 de TVE. El mismo domingo se podrá ver por el canal internacional de TVE en distintos horarios, dependiendo de cada país, y a través de RTVE.es al mismo tiempo que se emite en España. Se volverá a emitir el viernes, 19 de octubre, a las 09:00 horas de España en La2 y estará disponible en internet a partir del lunes 15 de octubre para verlo a cualquier hora y en cualquier lugar que tenga conexión a internet.
Jueces, policías y políticos corruptos
Monseñor Azcona ha declarado en la comisión que abrió el Parlamento de Brasilia para investigar el tráfico de personas. Ante los diputados habló sobre la explotación de menores en su Iglesia marajoara. Azcona, de la Orden de Agustinos Recoletos, ha acusado directamente a algunos jueces, policías y políticos con nombre y apellido.
Las actuaciones de monseñor Azcona en favor de los derechos humanos tienen un largo historial. El Congreso de los Diputados de Brasilia ha recibido largos informes firmados por el obispo. En ellos denuncia desde la situación de las reclusas en las cárceles hasta las muertes producidas en su prelatura por una enfermedad desconocida, sin que las autoridades sanitarias hayan tomado ninguna medida. El obispo ha llegado a denunciar a un juez por su supuesta participación en fiestas donde promovían el sexo con menores.
El tráfico de mujeres ha sido uno de los fenómenos que más problemas ha traído a la sociedad local. La Iglesia ha actuado en este caso poniéndose al frente de las investigaciones y denuncias. Por último, Azcona también ha prestado declaración en la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre el tráfico ilegal de animales y plantas autóctonas.
Protección policial
La Conferencia Episcopal Brasileña apoya incondicionalmente a los tres pastores marcados para morir. En una de las notas hechas públicas por el conjunto de los obispos brasileños se avisa a los mafiosos de que «cualquier agresión contra ellos atenta contra todos los obispos y contra el pueblo al que sirven con celo y coraje». Cada vez que los obispos de Brasil se reúnen en asamblea general, los tres que están marcados para morir reciben protección policial.
En la última reunión celebrada en Aparecida, en el estado de São Paulo, los tres obispos del Pará fueron constantemente vigilados. Durante las diez jornadas que duró la asamblea, cinco agentes de seguridad impuestos por el gobierno federal se relevaron día y noche para salvaguardar a los obispos marcados para morir.
Cabeza a precio
El 26 de febrero de 2008 salió a la luz una conversación telefónica grabada por la policía en la que se ponía precio a la cabeza de uno de ellos: un millón de reales. Al cambio, unos 375.000 euros. Según el periódico «El Liberal», la «lista de la muerte» en el estado de Pará tiene 100 nombres relacionados con la defensa de los derechos humanos. Todos forman parte de un Programa Estatal de Protección. Las amenazas suelen producirse mediante llamadas telefónicas, cartas anónimas, correos electrónicos y hasta en artículos de prensa.
Orden de Agustinos Recoletos, más de 400 años de historia
La Orden de Agustinos Recoletos (OAR) hunde sus raíces en la reforma que vivió la Iglesia en el siglo XVI. Su nacimiento tuvo lugar en un capítulo de la Provincia agustina de Castilla celebrado en la ciudad española de Toledo el año 1588.
Actualmente los agustinos recoletos se organizan en 8 provincias religiosas que están presentes en 19 países con 195 comunidades. En la actualidad cuenta con 1.136 religiosos distribuidos a lo largo y ancho del mundo. Tienen una especial implantación en España, Filipinas y en el continente americano. Atienden 184 parroquias, medio centenar de centros educativos y universitarios con 75.000 alumnos a su cargo, además de los 8 territorios de misión en África, América y Asia. La comunidad agustino-recoleta cuenta, entre sus religiosos, con 19 obispos.