(Jesús Bastante).- La noticia ha caído como un mazazo entre los que nos dedicamos a la información religiosa. Y, a buen seguro, a todo español que haya viajado en alguna ocasión a Roma: Paloma Gómez Borrero nos acaba de dejar, tras unos días ingresada, por el agravamiento su enfermedad, en el hospital de Sanchinarro (Madrid).
Tenía 82 años. Era la decana de los vaticanistas españoles, y seguramente, la mujer que mejor conoció el interior del Vaticano. Pero, sobre todo, una gran mujer, una gran amiga.
«Sigo en la brecha. Te pueden jubilar las circunstancias: la salud, que te falle la voz o tengas que ir en silla de ruedas, bastón y comiendo sopitas, pero yo sigo en la brecha» decía en una reciente entrevista al diario ABC. Hasta el final, ha continuado viajando, escribiendo e informándonos acerca de la vida en Roma y en Italia. Su cadáver ha sido trasladado al tanatorio madrileño de Tres Cantos, donde a partir del mediodía de mañana sábado se instalará la capilla ardiente.
La periodista madrileña desarrolló gran parte de su actividad profesional en Italia y el Vaticano como corresponsal de RTVE y la COPE. De hecho, Gómez Borrero era sobre todo conocida por su información sobre la Iglesia católica. Cubrió tres cónclaves y realizó numerosos viajes con los Papas, más de un centenar con Juan Pablo II. Fue la primera mujer corresponsal en el extranjero de TVE y había sido reconocida con numerosos premios y distinciones.
Paloma era un pozo de sabiduría, y una fuente inagotable de anécdotas. Pero, ante todo, una gran persona. Siempre atenta y dispuesta a ayudar a compañeros, amigos o, simplemente, turistas de paso en la Ciudad Eterna. Fue la gran viajera durante el Pontificado de Juan Pablo II (llegó a dar 29 veces la vuelta al mundo), a quien acompañó en más de un centenar de viajes, deleitándonos con toda suerte de detalles. Gracias a Paloma conocimos el lado más humano de los Papas. Siempre explicando, con su voz dulce e incontenible, las claves de la Iglesia romana.
En 2012, abandonó la corresponsalía de Cope, pero no se resignó a abandonar esta bendita profesión. En la actualidad, además de escribir y colaborar en la radio, participaba en el programa «Amigas y conocidas» de TVE. Nunca dejó la información de la Santa Sede, y se mantenía informada, prácticamente al minuto, de todo lo que ocurría tras los muros vaticanos.
Paloma Gómez Borrero fue una mujer incombustible, amable, siempre dispuesta a ofrecer su casa, su coche, los secretos de la Ciudad Eterna, sin pedir nada a cambio. Muchos obispos, sacerdotes o periodistas se hubieran perdido irremisiblemente por las calles de Roma sin el consejo, la compañía y la ternura de Paloma, que ya estará disfrutando de un nuevo viaje, seguramente muy cerca de Karol Wojtyla. Adiós, Paloma, vuela alto. Ya te echamos de menos.
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