TENSIONES HISTÓRICAS Y NUEVAS EXPECTATIVAS ENTRE EL VATICANO Y LA CASA BLANCA

¿Que relación tendrán el papa León XIV y el presidente Donald Trump?

La elección de Robert Prevost como León XIV abre un nuevo capítulo en las relaciones entre el catolicismo y la administración Trump

Trump y León XIV
Trump y León XIV. PD

La fumata blanca en la Plaza de San Pedro ha marcado un hito histórico para la Iglesia Católica.

Robert Prevost, estadounidense con amplia experiencia misionera en Perú, se ha convertido en el primer papa de nacionalidad estadounidense (y peruana) de la historia, adoptando el nombre de León XIV.

Este acontecimiento sin precedentes ha generado inmediatas reacciones, entre ellas la del presidente Donald Trump, quien no tardó en manifestar su satisfacción por este nombramiento que considera «un gran honor para el país».

No existe evidencia pública de una relación personal directa entre el cardenal Robert Francis Prevost -ahora Papa León XIV y Donald Trump antes de su elección como sucesor de San Pedro.

Como prefecto del Dicasterio para los Obispos (2023-2025) y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Prevost mantuvo un perfil discreto, centrado en cuestiones eclesiásticas y no en la política estadounidense.

Su vida, mayormente vivida fuera de Estados Unidos (en Perú, Roma y otros países), lo mantuvo alejado de los círculos políticos de Washington. “Prevost es un hombre de Iglesia, no un actor político”, señaló un vaticanista cercano al cónclave.

Sin embargo, el contexto político-religioso de 2025 sitúa a Prevost en un entorno donde Trump, conocido por su relación complicada con el papa Francisco, tuvo un impacto indirecto.

Trump asistió al funeral de Francisco en abril de 2025 y generó controversia al publicar una imagen generada por inteligencia artificial de sí mismo vestido como papa, un acto que fue duramente criticado por líderes católicos como el cardenal Timothy Dolan y el obispo Thomas Paprocki, quienes lo calificaron de “ofensivo” y “burlón” durante el período de luto por Francisco.

No hay registro de que Prevost, entonces cardenal, comentara públicamente sobre este incidente, probablemente debido a su enfoque en la preparación del cónclave y su estilo reservado. “Es un diplomático nato, evita controversias innecesarias”, comentó un sacerdote agustino que lo conoce.

Es probable que, como prefecto del Dicasterio para los Obispos, Prevost estuviera al tanto de las tensiones entre el Vaticano y la administración Trump, especialmente por las críticas de Francisco a las políticas migratorias de Trump.

En febrero de 2025, Francisco condenó los planes de deportaciones masivas de Trump, afirmando que “lo que se construye sobre la fuerza, y no sobre la verdad de la dignidad humana, comienza mal y terminará mal”.

Prevost, alineado con la visión pastoral de Francisco, probablemente compartía estas preocupaciones, dado su énfasis en los pobres y los migrantes, pero no hay declaraciones directas suyas sobre Trump en el período previo al cónclave.

Declaraciones de León XIV sobre Donald Trump

Hasta mayo de 2025, no se han registrado declaraciones públicas de Robert Francis Prevost, ya sea como cardenal o como León XIV, que mencionen explícitamente a Donald Trump. Su estilo, descrito como “prudente y pastoral”, sugiere que evita referirse a figuras políticas específicas para mantener el foco en la misión espiritual de la Iglesia. En una entrevista de 2023 con Vatican News, Prevost afirmó: “Nuestra primera tarea no es enseñar doctrina, sino comunicar la belleza y la alegría de conocer a Jesús”, una declaración que refleja su prioridad evangelizadora sobre el debate político.

Como papa, es probable que León XIV mantenga una postura similar a la de Francisco en temas como la inmigración y el cambio climático, áreas donde Trump ha sido criticado por el Vaticano. Sin embargo, su experiencia como estadounidense y su tiempo en Perú podrían llevarlo a buscar un diálogo constructivo con líderes mundiales, incluido Trump, en línea con la tradición vaticana de reunirse con figuras controvertidas para encontrar puntos en común. “El Vaticano siempre toma la reunión”, señaló un experto en diplomacia vaticana, recordando encuentros pasados con líderes como Yasser Arafat.

Importancia de un papa estadounidense

La elección de León XIV como el primer papa estadounidense es un hito histórico para la Iglesia católica, que en sus 2.000 años nunca había tenido un pontífice de América del Norte. Esta elección tiene varias implicaciones:

  • Romper el eurocentrismo papal: Durante siglos, el papado estuvo dominado por europeos, especialmente italianos. La elección de Prevost, siguiendo al primer papa latinoamericano (Francisco), señala una globalización de la Iglesia. “Es un reconocimiento de que el catolicismo ya no es solo europeo”, afirmó un analista religioso. Estados Unidos, con su influencia cultural y económica, aporta un nuevo peso simbólico al Vaticano.
  • Equilibrio en el poder global: Algunos cardenales temían que un papa estadounidense reforzara la percepción de un “superpoder” dominando también la esfera religiosa. Sin embargo, la trayectoria internacional de Prevost, su ciudadanía peruana y su vida misionera en América Latina mitigaron estas preocupaciones. “No es el típico americano; es un hombre del mundo”, dijo un cardenal elector anónimo. Su capacidad para hablar inglés, español, italiano y algo de quechua lo posiciona como un comunicador global.
  • Relevancia para los católicos estadounidenses: Con unos 70 millones de católicos (aproximadamente el 20% de la población de EE.UU.), un papa estadounidense podría revitalizar la fe en un país donde la Iglesia enfrenta desafíos como la secularización y la pérdida de fieles. “Un papa de Chicago podría inspirar a los católicos estadounidenses a redescubrir su identidad”, comentó un obispo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
  • Desafíos diplomáticos: Como papa estadounidense, León XIV deberá navegar las expectativas de neutralidad del Vaticano en un mundo donde EE.UU. es un actor político dominante. Su experiencia en el Dicasterio para los Obispos, donde trabajó con cardenales de todo el mundo, lo prepara para manejar estas tensiones. “Necesitamos un estadista que pueda dialogar con los Trump, los Putin y los Xi”, señaló un vaticanista, destacando la idoneidad de Prevost.

Estado de la Iglesia católica en Estados Unidos

La Iglesia católica en Estados Unidos es vibrante pero enfrenta retos significativos en 2025:

  • Demografía y diversidad: Con 70 millones de católicos, EE.UU. es el cuarto país con más católicos del mundo, después de Brasil, México y Filipinas. La comunidad es diversa, con un creciente número de hispanos (cerca del 40% de los católicos), asiáticos y afroamericanos. “La Iglesia en EE.UU. es un mosaico cultural”, señala un informe de la USCCB.
  • Polarización: La Iglesia está dividida entre católicos progresistas, que apoyan la agenda inclusiva de Francisco, y conservadores, alineados con movimientos tradicionales y, en algunos casos, con figuras como Trump. Esta división se intensificó durante el papado de Francisco, quien galvanizó a tradicionalistas críticos de sus reformas. “La polarización en la Iglesia refleja la polarización en la sociedad”, afirmó un teólogo de Notre Dame.
  • Escándalos de abuso sexual: La credibilidad de la Iglesia se ha visto afectada por décadas de escándalos de abuso sexual. Aunque se han implementado reformas, casos como los manejados por Prevost en Chicago y Perú siguen generando críticas. “La transparencia será clave para recuperar la confianza”, dijo un líder de SNAP (Survivors Network of those Abused by Priests).
  • Secularización y declive: La asistencia a misa ha disminuido, y muchos jóvenes católicos se identifican como “espirituales pero no religiosos”. Sin embargo, movimientos como el renacimiento eucarístico y las comunidades latinas están revitalizando algunas parroquias. “La Iglesia necesita líderes que hablen al corazón de la gente”, comentó un sacerdote de Chicago.
  • Influencia política: Los católicos conservadores, incluidos miembros del gabinete de Trump como Marco Rubio y JD Vance, han ganado protagonismo. Esto contrasta con la postura de obispos progresistas como el cardenal Robert McElroy, quien critica las políticas antiinmigrantes. Conclusión: Un papa para un mundo dividido.

Una relación históricamente compleja

El vínculo entre el Vaticano y la Casa Blanca ha estado marcado por tensiones durante los últimos años. Durante el pontificado de Francisco, la relación con Trump fue particularmente difícil, caracterizada por desacuerdos fundamentales en temas como la inmigración, el cambio climático y las políticas sociales. Estas diferencias ideológicas crearon una brecha significativa entre ambos líderes, algo que podría cambiar con la llegada de León XIV.

La elección de un Papa estadounidense plantea interrogantes sobre cómo se reconfigurará esta relación. Por un lado, Trump ya ha mostrado su entusiasmo calificando el nombramiento como «un honor», lo que sugiere una predisposición positiva hacia el nuevo pontífice. Sin embargo, los analistas se preguntan si las diferencias doctrinales entre la Iglesia y las políticas de la administración republicana podrán reconciliarse o si, por el contrario, se acentuarán bajo este nuevo escenario.

El poder de la Iglesia estadounidense

La designación de León XIV refleja el creciente peso de la Iglesia Católica norteamericana en el panorama global. Estados Unidos alberga aproximadamente 55 millones de católicos, constituyendo una de las comunidades más influyentes dentro del catolicismo mundial. Este crecimiento se debe principalmente a la inmigración latina, que ha transformado el panorama religioso del país.

La Iglesia estadounidense destaca por ser la más sólida económicamente del mundo, lo que le confiere un poder considerable dentro de las estructuras vaticanas. Sin embargo, no es una entidad monolítica, sino que refleja la polarización del país: está dividida entre sectores conservadores y progresistas, reproduciendo a menor escala las tensiones que existen en la Iglesia global.

La influencia católica en la política estadounidense es innegable: uno de cada tres políticos en Estados Unidos se declara católico, incluyendo figuras prominentes como el actual vicepresidente J.D. Vance y el expresidente Joe Biden. Esta presencia en las esferas de poder podría facilitar ciertos puentes de diálogo entre la Santa Sede y Washington bajo el liderazgo de León XIV.

Un Papa con experiencia misionera

El perfil de Robert Prevost como misionero con años de servicio en Perú aporta una dimensión adicional a su pontificado. Su experiencia en América Latina, región que concentra el mayor número de católicos del mundo (el 50,5% de los fieles viven entre Alaska y Tierra del Fuego), podría influir significativamente en su enfoque pastoral y en sus prioridades geopolíticas.

La tradición misionera, tan arraigada en órdenes como los Agustinos Recoletos (aunque las fuentes no especifican si Prevost pertenece a esta orden), enfatiza el compromiso con la evangelización y el servicio a los más necesitados. Este espíritu misionero, que busca llevar el mensaje evangélico a todos los rincones del mundo, podría marcar el estilo de su pontificado y su relación con líderes políticos como Trump.

Desafíos inmediatos

Entre los retos más urgentes que deberá afrontar León XIV está la gestión de temas sensibles como la inmigración, especialmente relevante considerando que el 28% de las parroquias católicas estadounidenses ofrecen misas en español, reflejando la importancia de la comunidad hispana dentro del catolicismo norteamericano.

La postura de Trump sobre la inmigración, particularmente restrictiva hacia los latinoamericanos, podría generar fricciones con un pontífice que conoce de primera mano la realidad de estas comunidades. Sin embargo, su condición de estadounidense también podría facilitar un diálogo más fluido y directo con la administración republicana.

Otro punto de potencial tensión será la posición sobre el cambio climático y las políticas medioambientales. El fallecido Papa Francisco había hecho del cuidado de la «casa común» una prioridad de su magisterio, mientras que Trump ha mostrado escepticismo hacia este tema y ha revertido políticas de protección ambiental.

Perspectivas de futuro

La elección de León XIV inaugura un capítulo inédito en la historia de la Iglesia Católica y en sus relaciones con Estados Unidos. Su nacionalidad estadounidense no implica necesariamente un alineamiento con las políticas de Trump, pero sí podría facilitar canales de comunicación más directos y un entendimiento cultural que trascienda las diferencias ideológicas.

El nuevo Papa deberá navegar entre su identidad nacional y su responsabilidad universal como líder de más de 1.300 millones de católicos en todo el mundo. Su experiencia misionera en América Latina podría aportar una sensibilidad especial hacia las periferias y los marginados, en línea con el legado de su predecesor.

En un mundo polarizado, la figura de León XIV emerge como un potencial puente entre diferentes visiones políticas y sociales. Su capacidad para tender puentes con la administración Trump, sin comprometer los principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia, definirá en gran medida el éxito de su pontificado y el futuro de las relaciones entre el Vaticano y la Casa Blanca.

El nombramiento histórico de un Papa estadounidense representa tanto una oportunidad como un desafío para la Iglesia Católica global. La forma en que León XIV gestione su relación con Donald Trump y con su país de origen será determinante para el rumbo que tome el catolicismo en los próximos años, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y transformaciones sociales profundas.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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