El mundo del fútbol español se encuentra conmocionado ante las últimas noticias que involucran a uno de sus personajes más influyentes de las últimas décadas. Ángel María Villar, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se enfrenta a una posible condena de 15 años y medio de cárcel por su presunta implicación en una trama de corrupción relacionada con la organización de partidos amistosos de la selección española.
La acusación de la Fiscalía Anticorrupción
La Fiscalía Anticorrupción ha presentado un demoledor escrito de acusación contra Ángel María Villar, en el que se le imputan graves delitos que habrían perjudicado seriamente a la RFEF. Entre los cargos que se le atribuyen se encuentran administración desleal, corrupción en los negocios, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil.
El caso, que forma parte de una pieza separada del conocido como «caso Soule», no solo implica al expresidente de la RFEF, sino que también salpica a su hijo Gorka Villar, para quien se solicitan siete años de prisión. La investigación se centra en las actividades desarrolladas entre 2007 y 2017, periodo durante el cual Villar habría aprovechado su posición de poder para beneficiar a personas de su entorno, especialmente a su hijo.
Los amistosos bajo sospecha
El núcleo de la acusación gira en torno a la organización de partidos amistosos de la selección española entre 2010 y 2013. Según la Fiscalía, Ángel María Villar habría permitido que su hijo Gorka tuviera un papel decisivo en la elección de los rivales y en la negociación de las condiciones económicas de estos encuentros.
Los partidos que se encuentran bajo la lupa de la justicia son:
- Dos encuentros contra Corea del Sur (junio de 2010 y mayo de 2012)
- Partidos contra Chile, Venezuela, Perú y Colombia
Estos amistosos habrían generado un perjuicio económico para la RFEF de al menos 3.830.000 euros, mientras que Gorka Villar y su empresa, Sport Advisers SL, habrían obtenido beneficios por valor de 366.583,08 euros.
El modus operandi de la trama
La Fiscalía detalla en su escrito cómo se habría desarrollado esta presunta trama de corrupción. Según la acusación, Ángel María Villar habría atribuido a su hijo la responsabilidad de elegir a los equipos rivales de la selección española en partidos amistosos, así como de negociar las condiciones económicas de estos encuentros.
Lo más grave es que Gorka Villar no tenía ninguna relación laboral ni contractual con la RFEF, ni ostentaba poder de representación alguno. A pesar de ello, su empresa se encargaba de determinar contra quién jugaba España, dónde se celebraba el partido y cuáles eran las condiciones económicas.
El caso de los partidos contra Corea del Sur
Un ejemplo paradigmático de esta presunta irregularidad son los dos partidos disputados contra Corea del Sur en junio de 2010 y mayo de 2012. Según la Fiscalía, estos encuentros se pactaron en contra del criterio de la intermediaria contratada por la RFEF para la organización de este tipo de eventos.
Esta intermediaria se había comprometido a pagar a la Federación medio millón de euros por cada partido y a cubrir los gastos a cambio de los derechos audiovisuales. Sin embargo, en lugar de seguir este procedimiento, fue la empresa de Gorka Villar la que organizó los encuentros, haciendo valer su condición de hijo del presidente. Como resultado, la Fiscalía estima que el perjuicio para la RFEF en estos dos partidos habría ascendido a 630.000 euros.
Las consecuencias para Villar y la RFEF
Si las acusaciones se prueban, las consecuencias para Ángel María Villar serían devastadoras. Además de la pena de prisión de 15 años y medio, la Fiscalía solicita que se le imponga una multa de cerca de un millón de euros. Asimismo, se reclama una indemnización para la RFEF que supera los 4,5 millones de euros.
El caso ha sacudido los cimientos del fútbol español y ha puesto en entredicho la gestión de la RFEF durante más de una década. La imagen de Villar, que presidió la Federación desde 1988 hasta 2017, ha quedado seriamente dañada, y su legado en el fútbol español está ahora bajo escrutinio.
El impacto en el fútbol español
Este escándalo no solo afecta a Ángel María Villar y su entorno más cercano, sino que también pone en tela de juicio la transparencia y la integridad de la gestión del fútbol español durante años. La RFEF se enfrenta ahora al desafío de recuperar la confianza de los aficionados y de las instituciones deportivas internacionales.
El caso también plantea interrogantes sobre los mecanismos de control y supervisión en las federaciones deportivas, y podría llevar a una revisión de los procedimientos y normativas que rigen la organización de partidos internacionales y la gestión de los recursos en el fútbol.
Curiosidades sobre Ángel María Villar y la RFEF
- Villar fue jugador profesional de fútbol, llegando a jugar en el Athletic Club de Bilbao y la selección española.
- Ocupó la presidencia de la RFEF durante 29 años, siendo uno de los dirigentes más longevos del fútbol español.
- Durante su mandato, la selección española vivió su época dorada, ganando dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010).
- Villar también ocupó cargos de relevancia en la UEFA y la FIFA, siendo vicepresidente de ambas organizaciones.
- El «caso Soule», del que deriva esta acusación, debe su nombre a la expresión francesa «soulever de l’argent», que significa «levantar dinero».
- La investigación que ha llevado a estas acusaciones comenzó en 2017, cuando Villar aún estaba al frente de la RFEF.
- El escándalo provocó la dimisión de Villar de sus cargos en la RFEF, UEFA y FIFA en 2017.
- La RFEF ha experimentado una profunda renovación desde la salida de Villar, con cambios significativos en su estructura y funcionamiento.
El caso de Ángel María Villar y los partidos amistosos de la selección española se ha convertido en uno de los mayores escándalos del fútbol español en las últimas décadas. A medida que avance el proceso judicial, se irán conociendo más detalles de esta presunta trama de corrupción que ha sacudido los cimientos del deporte rey en España.