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La renovación del estadio del Barça se convierte en un símbolo de gestión fallida

El Camp Nou: un laberinto de retrasos, pifias, incompetencia y promesas incumplidas del Barça

Las obras del Spotify Camp Nou acumulan retrasos, problemas burocráticos y críticas a la gestión de Laporta, mientras el equipo sigue exiliado en Montjuïc

Fernando Veloz 08 Mar 2025 - 19:04 CET
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El Spotify Camp Nou sigue siendo un gigantesco solar con grúas y estructuras a medio construir, mientras el FC Barcelona lucha por cumplir con un calendario que parece escrito en arena.

A fecha de 8 de marzo de 2025, las obras avanzan a ritmo de caracol, con un retraso acumulado de al menos tres meses según fuentes internas.

La directiva mantiene el discurso de priorizar la seguridad sobre la urgencia, pero la realidad es que cada día que pasa, el regreso a casa se aleja más.

El Spotify Camp Nou, que deberá ser campo emblemático del Barça se ha convertido en un símbolo de la gestión fallida.

Mientras el equipo lucha por títulos en el campo, la directiva sigue batallando con la burocracia.

¿Lograrán finalmente abrir las puertas antes de que el césped se convierta en hierba silvestre?

Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es cierta: el Barça ya no es el dueño de su destino.

Actualmente, el FC Barcelona juega en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc.

El club paga alrededor de 20 millones de euros anuales por el alquiler del Estadi Olímpic, que tiene una capacidad de 49.000 espectadores

Los problemas clave que han paralizado el proyecto incluyen:

Antecedentes: de promesas a excusas

La historia de las obras del Camp Nou es un ciclo de optimismo y decepción. En 2022, Joan Laporta prometió un regreso para noviembre de 2023, pero la realidad fue otra.

Primero se habló de marzo o abril de 2024, luego de mayo, y ahora se especula con septiembre de 2025. Cada retraso viene acompañado de explicaciones técnicas, pero la afición ya no cree en los plazos.

El error estratégico de Laporta fue confiar en Limak, una constructora turca con experiencia limitada en estadios de fútbol. Su único proyecto relevante fue el Mersin Arena (25.000 espectadores), muy lejos del alcance del Camp Nou. La empresa subestimó la complejidad del proyecto, lo que obligó a reestructurar los plazos y afrontar problemas de mano de obra cualificada y salarios bajos.

Pronósticos: ¿El Barça jugará en el Camp Nou antes de 2026?

Los expertos son pesimistas. Montjuïc podría seguir siendo el «hogar» del equipo no solo hasta final de temporada, sino también en los primeros meses de la 2025/26. La cubierta del estadio, inicialmente prevista para 2026, podría retrasarse aún más, convirtiendo el proyecto en un monumento a la ineficiencia.

Factores que podrían acelerar el proceso:

  1. Verano de obras intensivas: la directiva confía en que los meses sin competición permitan avanzar en sistemas técnicos y permisos.
  2. Flexibilidad de LaLiga: el club podría solicitar jugar los primeros partidos de la próxima temporada como visitante, ganando tiempo.
  3. Presión mediática y social: la afición exige transparencia, y cada retraso alimenta la crítica hacia Laporta.

Las «mentiras» de Laporta: entre el silencio y la evasión

El presidente del Barça ha adoptado una estrategia de comunicación opaca. Cuando las cosas van mal, desaparece de los medios; cuando van bien, se atribuye los méritos. Su silencio sobre los retrasos contrasta con su activismo en otros temas, como la renovación de jugadores o la crítica a la UEFA.

Ejemplos de falta de transparencia:

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