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La administración Trump ha vuelto a sacudir el tablero del comercio internacional.
Y lo ha hecho este 12 de marzo de 2025, al imponer aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, sin excepciones.
Esta medida, que entró en vigor a medianoche, marca una nueva escalada en la guerra comercial iniciada por el presidente estadounidense y ha provocado reacciones inmediatas de los principales socios comerciales de EE.UU.
Donald Trump, fiel a su política de «América Primero», ha justificado la imposición de estos aranceles como una medida necesaria para proteger la industria nacional y recuperar la «riqueza robada» por otros países.
«Estados Unidos de América va a recuperar mucho de lo que le fue robado por otros países y, francamente, por un liderazgo estadounidense incompetente», declaró el mandatario.
Los aranceles afectan principalmente a Canadá, Brasil, México y Corea del Sur en acero, y a Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China en aluminio. La medida elimina todas las exenciones y cuotas previamente establecidas, lo que ha generado una ola de críticas por parte de aliados tradicionales de EE.UU.
Mientras EE.UU. argumenta que estas medidas son necesarias para proteger su industria nacional, el resto del mundo ve en ellas una amenaza para el sistema de comercio global.
Reacciones y represalias
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. La Unión Europea anunció contramedidas por valor de 26.000 millones de euros (28.000 millones de dólares) que entrarán en vigor a partir del 1 de abril. Por su parte, Canadá ha respondido con aranceles de represalia por 21.000 millones de dólares.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, calificó los aranceles estadounidenses como «injustificados» y «perturbadores del comercio transatlántico». Mientras tanto, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, describió la medida como «totalmente injustificada» y «contraria al espíritu de amistad duradera de nuestras dos naciones».
Los mercados financieros han reaccionado con nerviosismo ante esta nueva escalada comercial. El índice S&P 500 cayó un 0,8%, llegando a perder hasta un 1,5% durante la jornada. El Dow Jones también experimentó una caída significativa de 478 puntos.
Los economistas advierten sobre las posibles consecuencias negativas de esta guerra comercial. Jose Torres, de Interactive Brokers, señaló: «A nivel de la economía del consumidor, el consumidor se está echando para atrás un poco como los gastos porque hay incertidumbre en la economía sobre los precios».
Perspectivas y preocupaciones
La imposición de estos aranceles ha reavivado los temores de una guerra comercial a gran escala. Expertos y líderes mundiales coinciden en que estas medidas podrían ralentizar el crecimiento económico global y aumentar la inflación.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, calificó la medida como un «ataque» tanto a los trabajadores y empresas como a las familias canadienses. Por su parte, la Unión Europea ha expresado su disposición a «entablar un diálogo significativo» para encontrar mejores soluciones.
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