Los mercados se desploman en el Viejo Continente

Se abren fisuras en Unión Europea: crecen las voces de los que aconsejan negociar con EEUU

Consecuencias potenciales: ¿hacia una recesión global?

Trump y la UE
Trump y la UE. PD

No hay evidencia concluyente de que Europa haya «claudicado» completamente ante Donald Trump, pero empiezan a verse signos e indicios de que el frente se cuartea y aumentan en la UE las voces de los que instan a negociar.

La propia Ursula von der Leyen parece en esa línea.

La presidenta de la Comisión ha señalado este 7 de abril de 2025 que la Unión Europea está lista para negociar una salida con Estados Unidos a la crisis por la imposición de un 20 % de aranceles a todas las mercancías:

«Estamos dispuestos a negociar con Estados Unidos. De hecho, hemos ofrecido aranceles cero por cero para los bienes industriales»

La reciente decisión de Estados Unidos de incrementar significativamente los aranceles a las importaciones ha sacudido los mercados globales, generando incertidumbre económica a nivel mundial.

Esta medida, promovida por la administración del presidente Trump, incluye un aumento del 20 % en los aranceles para productos europeos, lo que ha encendido alarmas en la Unión Europea (UE) y en otras economías afectadas.

En respuesta, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado la disposición de Europa para negociar una solución que beneficie a ambas partes. En un gesto significativo, la UE ha ofrecido un acuerdo de «aranceles cero» para bienes industriales, similar a los pactos logrados previamente con otros socios comerciales.

Von der Leyen enfatizó que Europa busca «un buen acuerdo» y sigue abierta al diálogo con Washington. Sin embargo, dejó claro que el bloque europeo no esperará indefinidamente. Si las negociaciones fracasan, la UE está preparada para implementar contramedidas proporcionales para proteger sus intereses comerciales.

El ministro europeo de Comercio, Maros Sefcovic, reiteró que el bloque prefiere resolver las diferencias mediante conversaciones, pero advirtió que cualquier acción unilateral de Estados Unidos sería respondida con firmeza. Estas declaraciones se producen en un momento crítico, ya que el aumento de los aranceles estadounidenses está programado para entrar en vigor esta misma semana.

Impacto en los mercados y la economía global

La incertidumbre generada por este conflicto comercial ya está teniendo repercusiones significativas. Los principales índices bursátiles han registrado caídas generalizadas. En Wall Street, el Dow Jones perdió más de 2 % en una sola jornada debido al temor de los inversores a una escalada en las tensiones comerciales.

Además, el efecto dominó amenaza con extenderse a otras regiones. Economías dependientes del comercio internacional, como China y Canadá, están observando de cerca estos desarrollos, ya que también podrían ser objeto de medidas similares por parte de Estados Unidos.

El trasfondo de las políticas comerciales estadounidenses

La administración Trump justifica sus acciones comerciales como parte de una estrategia para reducir el déficit comercial crónico de Estados Unidos y fortalecer su capacidad industrial. Según datos oficiales, el déficit comercial estadounidense ha debilitado sectores clave como la fabricación avanzada y la defensa industrial.

En este contexto, Trump ha adoptado una política de «reciprocidad» en el comercio internacional. Esto implica imponer aranceles adicionales a países cuyos sistemas comerciales son percibidos como desiguales o perjudiciales para las exportaciones estadounidenses.

Divergencias dentro del bloque europeo

Mientras tanto, dentro de la UE también hay desacuerdos sobre cómo abordar esta crisis. Países como Francia y Alemania han pedido una respuesta más agresiva contra Estados Unidos, incluyendo medidas que podrían afectar sectores clave como la tecnología y los servicios financieros estadounidenses. Por otro lado, países como Irlanda, que dependen fuertemente de la inversión estadounidense, han mostrado reticencias hacia una postura confrontativa.

Francia incluso ha sugerido utilizar herramientas comerciales inéditas como el «instrumento anti-coerción» (ACI), apodado como un «bazuca» económica, para contrarrestar las políticas estadounidenses. Sin embargo, estas propuestas no cuentan aún con consenso entre los estados miembros.

El riesgo más temido es que estas tensiones desemboquen en una guerra comercial global que afecte gravemente a consumidores y empresas en todo el mundo. Un aumento generalizado en los precios debido a los aranceles podría reducir el consumo y ralentizar el crecimiento económico tanto en economías desarrolladas como emergentes.

Además, este escenario podría intensificar las tensiones geopolíticas entre bloques económicos rivales y complicar futuros esfuerzos diplomáticos para resolver disputas comerciales.

Con el reloj avanzando hacia la implementación de nuevas tarifas esta semana, las expectativas están puestas en si Estados Unidos aceptará o no la oferta europea de «aranceles cero». La UE espera evitar un conflicto mayor manteniendo abierto el canal diplomático hasta el último momento.

Sin embargo, si Washington decide seguir adelante con su estrategia proteccionista sin concesiones significativas, Europa y otros afectados podrían verse obligados a adoptar represalias equivalentes. Esto marcaría un punto crítico en las relaciones transatlánticas y podría redefinir las dinámicas del comercio global durante los próximos años.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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