¿Y si el objetivo de Donald Trump es esencialmente erosionar a China y que EEUU sea la única superpotencia mundial?
Porque lo suyo o mejor dicho, lo que nos está administrando es una ducha escocesa.
El presidente de Estados Unidos sorprendió al mercado este 9 de abril de 2025 al anunciar una pausa de 90 días en los aranceles recíprocos para la mayoría de los países, reduciendo el gravamen general al 10%.
Sin embargo, endureció su postura frente a China, aumentando los aranceles a un drástico 125% con efecto inmediato.
Esta medida busca presionar a Pekín en medio de una prolongada guerra comercial, mientras responde a las represalias arancelarias chinas que han escalado en las últimas semanas.
Trump justificó su decisión señalando la «falta de respeto» de China hacia los mercados globales y acusando al país asiático de años de prácticas comerciales desleales.
Aunque más de 75 países han solicitado negociaciones durante esta pausa, no se prevén avances inmediatos con China, dado el deterioro de las relaciones entre ambas potencias económicas.
Impacto inmediato en Wall Street
El anuncio provocó un rally en los mercados financieros estadounidenses. El índice Dow Jones subió un 5,76% (2.169 puntos), alcanzando los 39.801 puntos, mientras que el S&P 500 avanzó un 6,46% y el Nasdaq trepó un impresionante 8,04%, situándose en 16.497 puntos. Este repunte refleja el alivio temporal que sienten los inversores tras la suspensión parcial de los aranceles, aunque persisten preocupaciones sobre las tensiones con China y su impacto en el crecimiento económico global.
Sin embargo, esta euforia podría ser efímera. La postura agresiva contra China sigue generando incertidumbre entre los analistas. Las cadenas de suministro globales y sectores como tecnología y manufactura se enfrentan a costos más altos y posibles disrupciones. Empresas como Apple, que dependen significativamente del mercado chino tanto para la producción como para la venta, ya han experimentado caídas en sus acciones desde el inicio del conflicto.
Predicciones económicas: ¿Qué esperar?
La guerra comercial entre Estados Unidos y China sigue siendo un factor desestabilizador para la economía global.
Los nuevos aranceles impuestos por Trump podrían incrementar aún más las tensiones inflacionarias en Estados Unidos y ralentizar el crecimiento económico chino. Según proyecciones recientes:
- Estados Unidos: Goldman Sachs ha elevado la probabilidad de recesión al 45%, mientras que JP Morgan estima un riesgo del 60%, reflejando las preocupaciones sobre el impacto negativo de esta política comercial.
- China: Aunque Pekín ha implementado paquetes de estímulo para contrarrestar las tensiones comerciales, algunos analistas han ajustado sus previsiones del PIB chino para 2025 a la baja, situándolo alrededor del 4,2%-4,5%.
En este contexto, sectores estratégicos como tecnología y energías renovables podrían convertirse en puntos clave para mantener la competitividad económica en ambos países.
Sin embargo, las presiones internas y externas complican las perspectivas para ambos gobiernos.
¿Quién ganará la pelea comercial?
La estrategia estadounidense busca corregir décadas de desequilibrios comerciales mediante medidas proteccionistas, pero enfrenta resistencia tanto dentro como fuera del país.
Por su parte, China ha dejado claro que no cederá fácilmente ante lo que considera «chantajes» económicos. Los dos países parecen estar atrapados en una guerra de desgaste cuyo desenlace dependerá tanto del impacto interno como de las dinámicas globales.
En términos económicos:
- Estados Unidos puede obtener ganancias fiscales temporales gracias a los aranceles elevados y cierta repatriación industrial incentivada por estas políticas. Sin embargo, enfrenta riesgos significativos como inflación y pérdida de competitividad internacional.
- China, con su estrategia centrada en estimular el consumo interno y diversificar sus mercados internacionales, podría resistir más tiempo si logra minimizar el impacto en sectores clave como tecnología avanzada.
Recomendaciones para inversores
Ante este panorama incierto:
- Diversificación es clave: Evite concentrarse excesivamente en sectores vulnerables a las tensiones comerciales (como tecnología o manufactura con alta exposición a Asia). Considere opciones más defensivas como consumo básico o servicios públicos.
- Monitoree políticas monetarias: La Reserva Federal podría ajustar tasas si las tensiones comerciales afectan significativamente la economía estadounidense; esto influiría directamente en bonos del Tesoro y otros activos refugio.
- Apuesta por mercados emergentes: Algunos países podrían beneficiarse indirectamente al posicionarse como alternativas frente a China o Estados Unidos en cadenas de suministro globales.
- Mantenga liquidez: La volatilidad seguirá siendo alta; asegúrese de tener suficiente liquidez para aprovechar oportunidades o cubrir posibles pérdidas ante movimientos bruscos del mercado.
La pausa anunciada por Trump ofrece un respiro momentáneo a los mercados financieros globales, pero no resuelve las cuestiones estructurales subyacentes que alimentan esta guerra comercial. Para los inversores, esto significa navegar con cautela y estar preparados ante escenarios impredecibles que podrían redefinir el equilibrio económico mundial.