El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado una seria advertencia al Gobierno de Pedro Sánchez en su último informe sobre la economía española. Aunque el organismo destaca el crecimiento económico del país, recalca que el sistema de pensiones enfrenta una presión insostenible debido al envejecimiento acelerado de la población y a un gasto que supera las contribuciones de los trabajadores activos. Esta situación, según el FMI, exige reformas inmediatas para evitar un colapso financiero a medio plazo.
La creciente brecha entre ingresos y gastos
El principal problema identificado por el FMI radica en la descompensación estructural del sistema contributivo. Actualmente, en España, por cada pensionista hay menos de dos trabajadores activos, una proporción crítica que seguirá empeorando debido a las proyecciones demográficas. Se estima que en 2050 habrá menos de 1,7 trabajadores por jubilado, mientras que el número de personas mayores de 65 años alcanzará los 16,6 millones, frente a los 9,9 millones actuales.
El gasto en pensiones ya representa un 13,1% del PIB, y se espera que continúe aumentando hasta niveles insostenibles. Además, las recientes subidas de las prestaciones por encima del Índice de Precios al Consumo (IPC) han intensificado esta problemática. A pesar de que estas medidas buscan proteger el poder adquisitivo de los jubilados en un contexto inflacionario, han generado un déficit estructural más profundo.
Las recomendaciones del FMI: reformas impopulares pero necesarias
Para abordar esta crisis inminente, el FMI propone una serie de medidas enfocadas en equilibrar el sistema:
- Aumentar la edad efectiva de jubilación: Aunque la edad legal se ha elevado progresivamente hasta los 67 años, muchas personas aún se retiran antes. El FMI sugiere incentivar vidas laborales más largas para reducir la presión sobre el sistema.
- Revisar los periodos de cotización: Una opción sería ampliar los años utilizados para calcular las pensiones, lo que podría reducir las prestaciones futuras y equilibrar el gasto.
- Alternativas a subir las cotizaciones: Aunque elevar las contribuciones podría parecer una solución directa, penalizaría la creación de empleo. Por ello, se insiste en fomentar políticas activas que incrementen la tasa de ocupación laboral.
- Controlar la revalorización anual: Ligarlas estrictamente al IPC sin añadir incrementos adicionales podría aliviar las finanzas públicas.
Estas recomendaciones no están exentas de polémica. Retrasar la jubilación o reducir los beneficios no es popular entre la ciudadanía ni políticamente atractivo. Sin embargo, el FMI subraya que estas decisiones son cruciales para evitar un colapso del sistema a largo plazo.
Un desafío demográfico sin precedentes
El envejecimiento acelerado no es exclusivo de España, pero su impacto aquí es especialmente pronunciado debido a una baja natalidad crónica y al aumento continuo de la esperanza de vida. Para 2050, se prevé que uno de cada tres españoles tendrá más de 65 años, lo que situará al país entre los más envejecidos del mundo.
Además, esta realidad afectará no solo a las pensiones sino también a otros servicios esenciales como la sanidad y los cuidados prolongados. Según proyecciones oficiales, más del 76% de la población será dependiente en 2050, lo que incrementará significativamente la demanda en estos sectores.
El contexto político y económico
La advertencia del FMI llega en un momento complejo para el Gobierno español. Aunque la economía muestra un crecimiento sólido (2,5% proyectado para este año), persisten riesgos internos como la fragmentación política y tensiones fiscales derivadas del alto endeudamiento público y las presiones sociales. En este contexto, abordar reformas estructurales como las propuestas por el FMI requiere un amplio consenso político, algo difícil de lograr dada la polarización actual.
Por otro lado, medidas como la reducción reciente de la jornada laboral a 37,5 horas semanales o los límites al precio del alquiler han sido señaladas por el Fondo como potencialmente contraproducentes para el empleo y el crecimiento económico a largo plazo. Estas políticas podrían incrementar aún más las dificultades financieras si no se gestionan cuidadosamente.
¿Qué futuro le espera al sistema?
Sin cambios significativos en el diseño actual del sistema público de pensiones, España corre el riesgo de enfrentarse a una crisis fiscal severa en las próximas décadas. La solución pasa por encontrar un equilibrio entre garantizar prestaciones dignas para los jubilados actuales y futuros sin comprometer excesivamente a las generaciones jóvenes ni al tejido productivo del país.
En palabras del FMI: «Las decisiones tomadas hoy determinarán si España puede mantener su modelo social o si deberá enfrentarse a ajustes mucho más drásticos e inesperados en el futuro». La sostenibilidad del sistema no solo afecta a los pensionistas sino también al conjunto del modelo económico y social del país.