La mayoría de los conductores lavan mal el coche, cometiendo errores comunes que echan a perder el tiempo y dinero invertidos.
¿Alguna vez has lavado tu coche y, al terminar, te has dado cuenta de que ha quedado peor que cuando empezaste? Eso significa que no lo haces correctamente. Aquí te contamos cuáles son los errores más frecuentes y cómo evitarlos.
Usar productos inadecuados
Si quieres proteger bien tu vehículo, aparte de contratar el mejor seguro de coche, te recomendamos que uses productos adecuados a la hora de lavarlo.
Evita usar detergentes caseros, como lavavajillas o productos abrasivos, que pueden deteriorar la pintura y los acabados. Utiliza siempre jabones específicos para coches, que limpian sin dañar la capa protectora de la pintura.
Lavar el coche bajo el sol
El calor hace que el agua y los productos de limpieza se evaporen rápidamente. Esto deja marcas de agua y residuos de jabón en la carrocería, echando a perder todo el esfuerzo realizado.
Para que esto no pase, te recomendamos lavar el coche a la sombra o en los momentos del día que hace menos sol: a primera hora de la mañana o al atardecer.
Usar esponjas sucias o toallas inadecuadas
Las esponjas y toallas pueden acumular suciedad y pequeñas partículas, que arañan la pintura. Por eso, es importante asegurarse de que van a realizar su función correctamente. Prueba en alguna superficie similar o en alguna zona del coche que no se vea demasiado antes de usarlas.
Además, para un lavado más eficaz, utiliza guantes de microfibra y cambia el agua regularmente. Así evitarás que el coche se ensucie con los residuos acumulados.
No enjuagar bien
Es un error muy frecuente que tiene consecuencias negativas. Y es que dejar restos de jabón puede dejar manchas y dañar la pintura con el tiempo.
Asegúrate de enjuagar muy bien el coche con agua a presión para que no queden residuos en la superficie. Empieza por el techo y ve bajando poco a poco hacia las ruedas.
Olvidarse de las llantas y los bajos
Las llantas y los bajos acumulan más suciedad que otras zonas del coche. Descuidarlas provoca una acumulación de residuos que, a la larga, puede afectar a su correcto funcionamiento.
Para evitarlo, usa productos especiales para limpiar estas zonas y prevenir la corrosión. Enjuaga bien para eliminar cualquier resto de jabón o suciedad.
No secar adecuadamente
Si dejas secar tu coche al aire después de lavarlo, lo estás haciendo mal. Este gesto tan habitual echa a perder todo tu trabajo porque provoca la aparición de manchas debido a la presunción de cal y minerales y en el agua.
Aunque te lleve más tiempo, usa una toalla de microfibra absorbente y sécalo con movimientos suaves.
Aplicar cera en una superficie sucia
Encerrar la suciedad bajo una capa de cera puede dañar la pintura. Antes de encerar, asegúrate de que el coche esté completamente limpio y seco.
Para conseguir un acabado óptimo, utiliza antes una arcilla descontaminante para eliminar todas las impurezas invisibles y aplica la cera con una esponja haciendo movimientos circulares.