La elegancia y el peso de la historia se dieron cita este miércoles con el nombramiento de Rahim Al-Hussaini como el nuevo Aga Khan, un título de linaje ininterrumpido por más de 1.300 años que lo convierte en la guía espiritual de los millones de musulmanes ismailitas en el mundo. Su proclamación como Aga Khan V llega tras el fallecimiento de su padre, Karim Al-Hussaini, Aga Khan IV, quien partió rodeado de su familia el pasado martes en Portugal.
El príncipe Rahim, de 53 años, recibió esta designación en el testamento de su padre, tal como dicta la tradición. Educado en Estados Unidos y con una formación en literatura comparada en la prestigiosa Universidad de Brown, su vida ha estado marcada por la filantropía y la administración de la Red de Desarrollo Aga Khan, la vasta organización humanitaria que vela por la salud, la educación y el progreso económico de numerosas comunidades alrededor del mundo.
El peso del título es monumental: para sus seguidores, el Aga Khan es un descendiente directo del profeta Mahoma, lo que lo coloca en una posición de reverencia absoluta. No es solo un líder espiritual, sino también una figura con estatus de jefe de estado, un símbolo de continuidad en una comunidad con raíces en múltiples continentes, desde Asia hasta América del Norte.
El difunto Aga Khan IV recibió en 1957 el título de “Su Alteza” de manos de la reina Isabel II, y desde entonces supo moverse con impecable destreza entre lo sagrado y lo terrenal. Hombre de negocios, mecenas de la cultura islámica y un incansable constructor de puentes entre Oriente y Occidente, su legado trasciende lo religioso para incluir el arte, la arquitectura y el desarrollo social. Hospitales, universidades y programas de asistencia marcan su huella en países como Bangladesh, Afganistán y Tayikistán, donde dejó una red de ayuda con impacto tangible.
Su hijo mayor, el príncipe Rahim, asume ahora la misión de continuar este legado, con un énfasis particular en la lucha contra el cambio climático y la preservación del medio ambiente. Su compromiso con la filantropía no es reciente: ha sido miembro activo de los consejos directivos de la Red de Desarrollo Aga Khan y ha trabajado de cerca en múltiples proyectos de sostenibilidad.
El nuevo Aga Khan no está solo en su camino. Proviene de una familia numerosa, con dos hermanos y una hermana, y lidera una comunidad que, desde tiempos inmemoriales, ha considerado su deber contribuir con una parte de sus ingresos a la causa ismailita. Para muchos de sus seguidores, Rahim Al-Hussaini representa no solo la continuidad de la fe, sino también la certeza de un liderazgo moderno y consciente de los desafíos del siglo XXI.