Marta Hermoso siempre se movió entre exclusivos hoteles, eventos de lujo y colaboraciones con marcas de alto standing.
Su perfil en redes sociales, ahora desaparecido, retrataba una vida aspiracional: viajes, moda, fiestas y amistades en la élite social española.
Pero tras la detención por el robo de 400.000 euros en joyas y dinero a un empresario mexicano en el Hotel Wellington de Madrid, su imagen pública se ha resquebrajado y la opinión pública se pregunta quién es realmente la influencer sevillana.
El relato oficial es tan llamativo como su feed de Instagram.
Las cámaras del hotel grabaron a Marta Hermoso entrando con el empresario Enrique Abascal justo antes del millonario asalto.
La Policía la identificó como presunta autora intelectual del robo, según testimonios de otros implicados, que aseguran que fue ella quien planificó y facilitó toda la información para ejecutar el golpe mientras distraía a la víctima.
Ella lo niega todo y ha contratado defensa legal para limpiar su nombre, alegando un error de identificación.
Un historial que va más allá del caso Wellington
El caso no es aislado. El pasado reciente de Hermoso revela una biografía plagada de episodios controvertidos:
- Está documentada su detención previa en 2021, tras ser acusada de apropiarse de un reloj valorado en más de 10.000 euros.
- Registros policiales apuntan a antecedentes por estafa, falsedad documental y hurto, aunque muchos detalles no han trascendido aún a la prensa generalista.
- Un empresario denunció que Marta le robó una tarjeta bancaria con la que habría retirado hasta 20.000 euros.
- Existen relatos de personas cercanas que aseguran que Hermoso exageraba sobre sus orígenes, inventando conexiones familiares con embajadas y altos cargos inexistentes.
Incluso en su adolescencia hay testimonios incómodos: amigas de infancia han hecho público que les robaba dinero de la hucha para gastarlo en caprichos personales.
Operaciones estéticas y transformación radical
Más allá del escándalo judicial, Marta Hermoso también ha llamado la atención por su transformación física. Según medios especializados y fuentes cercanas, ha invertido más de 50.000 euros en al menos doce intervenciones estéticas. El cambio ha sido tan radical que algunos seguidores llegaron a cuestionar si se trataba realmente de la misma persona que empezó a despuntar hace años en las redes sociales.
Estas operaciones incluyeron desde rinoplastia hasta remodelaciones corporales completas y tratamientos faciales avanzados. Hermoso nunca ocultó su apuesta por el bisturí; al contrario, lo mostraba con naturalidad en sus stories para normalizarlo ante sus miles de seguidoras.
La caída: del glamour digital al anonimato
Tras estallar el escándalo del robo en septiembre del año pasado —y agravarse con las últimas revelaciones policiales— Hermoso decidió borrar todos sus perfiles públicos. Su desaparición digital fue inmediata: no solo cerró Instagram o TikTok sino también cualquier canal donde pudiera recibir preguntas incómodas o comentarios negativos.
La reacción mediática no se hizo esperar. Programas televisivos y prensa rosa han convertido el caso en uno de los temas más seguidos estas semanas:
- Testimonios directos, grabaciones y documentos judiciales han salido a la luz.
- Los detalles sobre cómo se planeó el robo son cada vez más minuciosos: desde las coartadas contradictorias hasta los movimientos dentro del hotel.
- Las marcas con las que colaboraba han cortado relaciones ante el impacto negativo en su reputación.
Influencers bajo lupa: ¿modelo aspiracional o riesgo social?
El caso Marta Hermoso abre una reflexión más amplia sobre el fenómeno influencer:
- ¿Hasta qué punto es real lo que muestran estos perfiles? En el caso de Hermoso, buena parte del supuesto éxito se basaba —según fuentes policiales— en mentiras, imposturas e incluso delitos.
- La presión por mantener un nivel de vida elevado puede llevar a decisiones extremas o incluso al delito.
- Marcas y agencias empiezan a reforzar sus controles antes de asociarse con figuras públicas ante posibles daños reputacionales.
No deja de ser paradójico que quienes inspiran —especialmente entre adolescentes— sean personas cuyas vidas privadas distan mucho del ejemplo ético o legal esperado.
Expectación ante un futuro incierto
Mientras tanto, Marta Hermoso espera juicio. Su defensa insiste en que todo se trata de un error policial y mediático; los investigadores sostienen lo contrario apoyados en pruebas directas e indirectas. El caso sigue abierto y se espera que los próximos meses arrojen nuevos detalles sobre una trama donde lujo, ambición y mentira parecen ir demasiado juntos.
En este escenario, queda claro que la cara oculta e inconfesable de algunos influencers supera cualquier guion televisivo. La historia reciente demuestra que detrás del filtro perfecto pueden esconderse realidades mucho más turbias e inquietantes.