Tenía 31 años

Muere Belén Domínguez, la joven que inspiró a miles mostrando su lucha contra el cáncer en redes sociales

La sevillana, símbolo de esperanza y superación, nunca dejó que el miedo o la tristeza eclipsaran su mensaje: "La vida es bonita incluso ahora"

Belén Domínguez
Belén Domínguez. PD

La noticia ha sacudido a Sevilla y a toda España.

Belén Domínguez, la joven que convirtió su habitación de hospital en un altavoz de esperanza para cientos de miles de personas, falleció este sábado a los 31 años en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Su luz se apaga tras casi dos años de batalla contra un agresivo glioma difuso de la línea media de grado 4, un tumor intramedular extremadamente raro y letal, pero su huella queda indeleble como ejemplo de optimismo y fortaleza frente a la adversidad.

Desde su diagnóstico en el verano de 2023, la vida de Belén dio un vuelco inesperado. Aquellos dolores en la espalda que parecían una simple contractura resultaron ser el primer síntoma de un cáncer que cambiaría para siempre su día a día. Con apenas 31 años, esta sevillana afincada en Madrid pasó de disfrutar del deporte y planear su boda a enfrentarse a meses enteros postrada en una cama, con una movilidad cada vez más limitada.

Sin embargo, nunca dejó que el miedo o la tristeza eclipsaran su mensaje: «La vida es bonita incluso ahora».

El poder del testimonio en redes sociales

Belén decidió mostrar al mundo su proceso, sin edulcorar el dolor ni ocultar la dureza del tratamiento. A través de Instagram —donde llegó a sumar cerca de 200.000 seguidores— compartía cada avance, cada retroceso, cada pequeña alegría y cada duda existencial. Su actitud vitalista y sincera cautivó no solo a anónimos seguidores, sino también a figuras públicas como Alejandro Sanz o Mario Vaquerizo, quienes no dudaron en visitarla o enviarle mensajes públicos de apoyo.

«Enseño cómo relativizo frente a los problemas», explicaba Belén en una entrevista reciente. «Cómo vemos la vida desde esta perspectiva y seguimos siendo felices». Esa transparencia y honestidad sobre el sufrimiento físico y emocional —nunca exenta de humor ni ternura— la convirtieron en referente para otros pacientes oncológicos y para muchas personas ajenas a la enfermedad que encontraron en su mensaje una lección sobre cómo afrontar lo inesperado.

Durante los 16 meses que duró su estancia hospitalaria —en la ya simbólica habitación 717 del Ramón y Cajal— Belén relató los intensos efectos secundarios del tratamiento: dolores constantes, náuseas extremas y una progresiva pérdida casi total de movilidad. Pero también narraba las visitas entrañables, los mensajes desde todos los rincones del país e incluso la fuerza encontrada en la fe católica, que abrazó con intensidad durante sus últimos meses gracias al consuelo espiritual y al aliento recibido en forma de carta por parte del papa Francisco.

Un legado que trasciende la enfermedad

Pese al pronóstico devastador —los médicos llegaron a sugerirle cuidados paliativos ante la falta de opciones terapéuticas— Belén nunca quiso que se le mirase con lástima: «No quiero que la gente me mire con pena porque es mi día a día y es lo que me ha tocado vivir», afirmaba con entereza. Su historia no solo sensibilizó sobre el impacto devastador del cáncer medular, sino que visibilizó las necesidades emocionales y sociales de pacientes jóvenes ante enfermedades terminales.

El apoyo incondicional de sus padres, Charo y Francisco —quienes se trasladaron temporalmente a Madrid— así como el amor constante de su prometido Emilio marcaron profundamente este proceso. La familia siempre estuvo presente en sus publicaciones como pilar fundamental para sostener los días difíciles y celebrar los pequeños logros cotidianos.

Entre los hitos personales más destacados figura la publicación en octubre de 2024 del libro ‘La vida es bonita incluso ahora’ (Nube de Tinta), donde relata con sensibilidad cómo afrontó el diagnóstico repentino y el sentido vital hallado entre pruebas médicas e incertidumbre. Para muchos lectores y seguidores se ha convertido ya en un manual sobre resiliencia.

El impacto social: más allá del caso personal

La historia de Belén ha servido para dar visibilidad a un tipo de cáncer poco frecuente —apenas representa el 2% de todos los tumores del sistema nervioso central— cuyos síntomas iniciales suelen confundirse con dolencias menores hasta llegar a estadios avanzados. Su caso fue especialmente complejo porque el glioma difuso apenas deja margen para intervenciones quirúrgicas efectivas: se extiende por zonas delicadas del sistema nervioso central haciendo inviable una extirpación segura.

El neurocirujano Francisco Villarejo subrayaba recientemente las dificultades técnicas para tratar tumores intramedulares como el suyo: “El dolor suele ser el síntoma más frecuente, pero las pérdidas musculares y la disminución progresiva de movilidad acaban condicionando toda la vida del paciente”. Los avances médicos actuales apuestan por tratamientos experimentales como ensayos clínicos o nuevas terapias dirigidas.

Belén se convirtió así en portavoz involuntaria pero poderosa para otras personas afectadas por cánceres raros. Su relato ha impulsado campañas informativas y animado iniciativas solidarias centradas tanto en la investigación oncológica como en el acompañamiento psicosocial.

Reacciones y actos conmemorativos

Desde que se anunció su fallecimiento este sábado, las redes sociales se han inundado de mensajes recordando su optimismo inquebrantable. Amigos, seguidores anónimos y personalidades públicas han expresado su admiración por “la chica capaz de encontrar belleza incluso en medio del dolor”. En Sevilla está previsto un acto íntimo organizado por familiares y allegados; mientras tanto, decenas de perfiles digitales comparten fragmentos emotivos del libro o recuperan vídeos donde Belén bailaba aún desde su silla hospitalaria.

La despedida pública ha subrayado ese legado intangible pero profundo: la capacidad para humanizar el relato sobre el cáncer y transformar el miedo en comunidad.


Datos biográficos esenciales

  • Nombre completo: Belén Domínguez
  • Fecha y lugar de nacimiento: Sevilla, 1993
  • Fallecimiento: 26 abril 2025, Hospital Ramón y Cajal (Madrid), por glioma difuso de línea media grado 4
  • Formación: Residía en Madrid donde trabajaba antes del diagnóstico; datos académicos no especificados públicamente
  • Hitos importantes:
    • Visibilidad nacional e internacional por compartir su proceso oncológico desde redes sociales (Instagram: @belendominguezb)
    • Publicación del libro testimonial ‘La vida es bonita incluso ahora’ (octubre 2024)
    • Recibió carta personal del papa Francisco reconociendo su testimonio vital
    • Referente juvenil para pacientes oncológicos por actitud positiva ante enfermedad terminal
  • Premios/Reconocimientos: No constan galardones oficiales; sí amplio reconocimiento social e institucional por su labor divulgativa
  • Familia: Padres (Charo y Francisco), prometido (Emilio), amplia red afectiva

El legado luminoso de Belén Domínguez perdura ya como símbolo moderno contra el desánimo: una invitación constante —y valiente— a mirar la vida con gratitud incluso cuando parece imposible hacerlo.

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Autor

Fernando Veloz

Economista, comunicador, experto en televisión y creador de formatos y contenidos.

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