El caso de Álvaro Prieto, el joven fallecido el pasado 12 de octubre en Sevilla, resulta realmente extravagante.
Desde su desaparición, cuando ya había avisado a su familia de que salía de la capital hispalense para llegar hasta Córdoba, su ciudad, en AVE, hasta la aparición del cadáver y ahora, la causa de la muerte: todo es extravagante y con poca lógica.
Recordemos que después de tres días desaparecido y con pocas pistas para la Policía, el cuerpo del malogrado Álvaro Prieto apareció en plena señal televisiva de TVE al cuarto día después de su desaparición. Tremendo horror en pleno directo que se cobrará alguna ‘cabeza’ en la tele pública.
El joven apareció entre dos vagones, ya fallecido, y con muchas dudas a su alrededor. Pero las siguientes horas despejaron algunas. La autopsia preliminar marcó enseguida que el joven murió electrocutado, con marcas propias de entrada y salida de una fuerte descarga eléctrica de su cuerpo y quemaduras en las manos. Lo adelantó el diario El Mundo, que también señaló que una cámara de seguridad de una gasolinera grabó al joven en el techo del vagón.
«De acuerdo con las imágenes, Álvaro Prieto se agarra de la catenaria, lo que provoca que se electrocute y caiga entre los vagones del tren, donde queda atrapado sin que nadie lo advierta […] Estuvo sometido, tal como revela el primer examen forense, a 3.500 voltios».
Tren fuera de servicio
Son muchas aún las incógnitas que se ciernen en torno al caso. Y otras tantas preguntas. ¿Qué hacía el joven subido a lo más alto de un tren fuera de servicio desde agosto?
Cuenta el mismo periódico que:
«Según Renfe, el tren estaba averiado y no prestaba servicio desde agosto. Desde entonces ni se había movido ni había pasado revisión. Hoy realizaba unas maniobras sin pasajeros».
De hecho fue entonces cuando apareció en las narices de la cámara de TVE.
Parado pero encendido
Es Nacho Abad quien ofrece más detalles del tren en cuestión en El Debate:
«Ha estado tanto tiempo estacionado en una vía apartada porque tras arrollar a un vehículo todoterreno ese mismo día faltaban piezas para repararlo. Se trata de un tren 449 en el que el «4» indica que se trata de un vehículo eléctrico. Durante este tiempo la pequeña batería que tiene se le fue y el pantógrafo (lo que une el tren con la catenaria por donde va la electricidad) estaba bajada. Es decir, no había contacto».
«Hace tres semanas se dieron cuenta de este hecho y el jefe ordenó que se diese corriente al tren. Se hizo como con un coche cuando se queda sin batería. Se aparcó un tren al lado y con unos cables se cargó la batería. Entonces, el pantógrafo subió y quedó conectado a la catenaría. El responsable ordenó que lo dejaran parado, pero encendido, es decir, en marcha, para que no se le fuese la batería: funcionaba la luz, el aire acondicionado y todo».
En cualquier caso, los hechos comprobables van cerrando el círculo en la investigación de la Policía y el terrible caso va descifrándose. Por ejemplo, parece más claro cada vez que se trata de una muerte accidental y no un tema de otra índole.
Sin duda una de las cuestiones más difíciles de desentrañar es la del por qué:
¿Por qué el joven no intentó comunicarse con su familia o amigos a través de otro teléfono cuando se le apagó el suyo? Quizás hubiera sido lo más lógico, pedir ayuda de algún tipo o de alguna manera. Pero Álvaro Prieto no ofrecerá ya respuesta, todo parece indicar que intentó a la desesperada coger un tren de regreso a Córdoba.
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