Estremecedor.
Inimaginable el dolor de esos padres.
La noche del sábado 15 de marzo de 2025 se tiñó de luto en Cantabria y Madrid tras un trágico accidente de tráfico que se cobró la vida de cuatro chavales madrileños.
El siniestro tuvo lugar en el puerto de Lunada, una zona montañosa conocida por su belleza paisajística pero también por la peligrosidad de sus carreteras.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 22:00 horas cuando el vehículo en el que viajaban las víctimas, dos chicas y dos chicos de 20 y 21 años, se salió de la vía CA-643 y se precipitó por una ladera de aproximadamente 200 metros de altura.
El Centro de Atención a Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria recibió una alerta automática enviada desde el teléfono móvil de uno de los ocupantes tras detectar el impacto.
Las condiciones meteorológicas en el momento del accidente eran adversas, con presencia de niebla y ligera nevada, según informó la delegada del Gobierno en Cantabria, Eugenia Gómez de Diego. Aunque el puerto estaba abierto al tráfico, estas circunstancias pudieron contribuir al fatal desenlace.
Luto en Vallecas: los cuatro jóvenes celebraban un cumpleaños y pertenecían a la asociación juvenil Krecer.
Los cuerpos de los fallecidos fueron trasladados el domingo por la tarde a Madrid.
Todos eran del barrio de Palomeras.
Una carretera peligrosa
El tramo donde ocurrió el accidente ha sido objeto de críticas por parte de los habitantes de la zona, quienes destacan su peligrosidad, especialmente en condiciones nocturnas o climatológicas adversas. La carretera, descrita como «vieja» y «sin quitamiedos», presenta un riesgo elevado al discurrir al borde de un precipicio.
José Miguel Tolosa, jefe provincial de Tráfico, señaló que el vehículo cayó «en tonel», dando «muchas vueltas de campana». A pesar de que los cuatro jóvenes llevaban puestos los cinturones de seguridad, la magnitud de la caída hizo imposible su supervivencia.
El rescate de los cuerpos se prolongó hasta las primeras horas de la madrugada debido a la dificultad de acceso al lugar del siniestro. Un equipo compuesto por bomberos de Villacarriedo y Santander, técnicos de rescate del Gobierno de Cantabria, Guardia Civil de Tráfico y personal sanitario del 061 trabajó arduamente en la compleja operación.
La recuperación de los cuerpos no se completó hasta las 6:00 horas del domingo, requiriendo maniobras de excarcelación y un delicado proceso de extracción debido a la ubicación del vehículo en una zona de muy difícil acceso.
Impacto en la comunidad
La noticia ha conmocionado tanto a la comunidad local como a los residentes de Vallecas, Madrid, de donde eran originarios los jóvenes fallecidos. Las autoridades desplegaron un equipo de psicólogos para atender a los cuatro amigos que viajaban en otro vehículo detrás del siniestrado y que resultaron ilesos.
Este trágico suceso ha reabierto el debate sobre la seguridad vial en carreteras de montaña y la necesidad de implementar medidas adicionales de protección, como la instalación de barreras quitamiedos y una mejor señalización en tramos especialmente peligrosos.
Llamado a la acción
El accidente, considerado el más grave de los últimos 20 años en Cantabria, ha generado un llamado urgente a las autoridades para que revisen y mejoren las condiciones de seguridad en la carretera del puerto de Lunada.
Residentes y usuarios de la vía han expresado a través de redes sociales la necesidad de una «puesta al día» que incluya la renovación del pavimento, una señalización más efectiva y la instalación de barreras de protección adecuadas.
