La historia de supervivencia más extraordinaria del siglo XX ha perdido a uno de sus protagonistas. Álvaro Mangino Schmid, uno de los 16 supervivientes del trágico accidente aéreo en los Andes en 1972, falleció el sábado 29 de marzo de 2025 en Montevideo a los 71 años. Su muerte, causada por complicaciones derivadas de una neumonía que venía padeciendo desde hacía semanas, ha conmocionado no solo a Uruguay, sino al mundo entero, que aún recuerda con asombro la hazaña de aquellos jóvenes que lucharon contra todo pronóstico para mantenerse con vida durante 72 días en una de las zonas más inhóspitas del planeta.
Una vida marcada por la tragedia
Álvaro Mangino tenía apenas 19 años cuando el 13 de octubre de 1972 abordó el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya junto a sus compañeros del equipo de rugby Old Christians Club. El destino del viaje era Chile, pero el avión nunca llegó a su destino. En su lugar, se estrelló contra la cordillera de los Andes a 3.600 metros de altura, dando inicio a una odisea que cambiaría para siempre la vida de los supervivientes.
En el impacto, Mangino sufrió la fractura de la tibia y el peroné izquierdos, una lesión que lo obligaría a pasar la mayor parte de los 72 días de incertidumbre en la montaña arrastrándose o en hamacas improvisadas. Sin embargo, esta limitación física no impidió que Mangino se convirtiera en una pieza fundamental para la supervivencia del grupo.
Un espíritu inquebrantable
A pesar de su discapacidad, Álvaro Mangino será recordado por su incansable labor en la montaña. Según relata el director J.A. Bayona, quien llevó la historia de los supervivientes a la gran pantalla en «La sociedad de la nieve», Mangino «no dejó nunca de trabajar en la montaña, fundiendo nieve constantemente para abastecer de agua a sus compañeros». Esta determinación y espíritu de sacrificio fueron cruciales para mantener con vida al grupo durante los más de dos meses que permanecieron atrapados en los Andes.
El amor como motor de supervivencia
En medio de las condiciones más adversas, Mangino encontró en el recuerdo de su novia Margarita la fuerza para seguir adelante. «Todas las noches me aferraba a ese crucifijo», confesó Mangino, refiriéndose a la cadena que había intercambiado con Margarita antes del fatídico viaje. Este amor, que lo mantuvo con vida en la montaña, se convertiría más tarde en el pilar de su existencia. Tras el rescate, Álvaro y Margarita se casaron, formando una familia con cuatro hijos y seis nietos.
Un legado de resiliencia
La vida de Álvaro Mangino tras el rescate estuvo marcada por la superación constante. A lo largo de los años, regresó en diez ocasiones al lugar del accidente, enfrentando sus recuerdos con valentía. Su testimonio y experiencia fueron fundamentales para mantener viva la memoria de lo sucedido y para la realización de obras como «La sociedad de la nieve» de J.A. Bayona, donde Mangino colaboró generosamente, siendo su ayuda «fundamental para el éxito de la película».
El adiós a un héroe
La noticia del fallecimiento de Mangino ha generado una ola de tributos y condolencias. El Old Christians Club, equipo al que pertenecía en el momento del accidente, expresó su profundo dolor por la partida de Álvaro. Por su parte, el director J.A. Bayona compartió un emotivo mensaje en redes sociales, destacando la fortaleza y generosidad de Mangino.
Con la partida de Álvaro Mangino, solo quedan 13 supervivientes de los 16 que lograron ser rescatados en diciembre de 1972. Su muerte no solo marca el fin de una vida extraordinaria, sino que también nos recuerda la fragilidad de la existencia y la increíble capacidad del ser humano para sobreponerse a las circunstancias más extremas.
Un ejemplo de superación
La historia de Álvaro Mangino trasciende la mera supervivencia física. Representa un testimonio de resiliencia, compañerismo y amor que ha inspirado a generaciones. Su lucha diaria en la montaña, su determinación por ayudar a sus compañeros a pesar de sus propias limitaciones, y su capacidad para reconstruir su vida tras el trauma, son un ejemplo de superación que perdurará en la memoria colectiva.
Álvaro Mangino Schmid nos deja un legado de coraje y humanidad. Su vida nos recuerda que, incluso en las circunstancias más desesperadas, el espíritu humano puede encontrar la fuerza para seguir adelante. Descanse en paz este héroe de los Andes, cuya historia seguirá inspirando a quienes se enfrenten a sus propias montañas en la vida.