CIBERESTAFAS QUE APROVECHAN LA TECNOLOGÍA Y LA CONFIANZA

Vuelve el timo del ‘falso hijo’: la Guardia Civil alerta de una oleada de estafas digitales en España

Los ciberdelincuentes perfeccionan el engaño del ‘falso hijo’, logrando robar miles de euros a familias españolas mediante mensajes urgentes y suplantación de identidad

Vuelve el timo del ‘falso hijo’: la Guardia Civil alerta de una oleada de estafas digitales en España

La Guardia Civil ha vuelto a encender las alarmas ante el resurgir, y perfeccionamiento, de un viejo conocido en el mundo del fraude: el timo del ‘falso hijo’.

Esta modalidad de estafa, que ya se ha cobrado nuevas víctimas en la costa granadina y otras zonas de España en las últimas semanas, demuestra que la creatividad criminal no descansa y siempre busca adaptarse a los tiempos tecnológicos.

En 2025, la ciberdelincuencia lo tiene más fácil que nunca para colarse en nuestros teléfonos y en nuestra buena fe.

Los datos no dejan lugar a dudas: decenas de familias han denunciado pérdidas económicas considerables, con transferencias únicas que oscilan entre los 4.000 y los 10.000 euros por víctima.

Los delincuentes aprovechan la inmediatez de servicios como Bizum o las transferencias instantáneas para hacerse con el dinero en cuestión de minutos, antes de que las víctimas puedan reaccionar o comprobar lo que realmente está ocurriendo.

¿Cómo funciona este fraude tan efectivo?

El mecanismo es sencillo, pero muy eficaz por lo emocional y urgente:

  • El estafador envía un mensaje desde un número desconocido, normalmente vía WhatsApp o SMS.
  • Se hace pasar por un hijo o hija (o incluso un nieto), alegando haber perdido o cambiado su móvil.
  • El mensaje apela a una situación urgente: un supuesto problema económico, una factura inesperada o incluso un accidente.
  • Solicita una transferencia inmediata de dinero para “solucionar” el contratiempo.
  • Si la víctima accede, muchas veces recibe poco después una nueva petición bajo otro pretexto (por ejemplo, una llamada fingiendo ser del banco), pidiendo una segunda transferencia.

En este tipo de fraudes se juega con tres factores clave: la sorpresa, la urgencia y la confianza familiar. La víctima, preocupada por su ser querido, suele actuar rápido sin verificar la identidad real del interlocutor.

“Aprovechan el desconcierto de la víctima, la prisa en solventar el problema y la imposibilidad de poder comprobar la veracidad del relato con sus familiares en ese momento”, explica la Guardia Civil.

Un fenómeno que crece gracias a la tecnología

Lo alarmante es que estas estafas no son casos aislados ni fruto de improvisados solitarios. Detrás hay redes organizadas que lanzan campañas masivas utilizando bases de datos filtradas o generando mensajes automatizados. La facilidad para cambiar números virtuales complica rastrear a los responsables.

La digitalización de los pagos ha sido un catalizador: Bizum y las transferencias instantáneas permiten mover grandes sumas sin apenas dejar margen para el arrepentimiento. El propio Instituto Armado reconoce que los delincuentes aprovechan “la agilidad que les permite el hecho de que los envíos de dinero mediante transferencia instantánea o Bizum facilitan la materialización de la estafa en tiempo récord”.

Y si crees que esto solo afecta a personas mayores, te equivocas. Aunque sí es cierto que las generaciones menos digitalizadas suelen caer con más frecuencia —por desconocimiento o miedo a no poder ayudar a sus hijos—, cualquiera puede ser objetivo si baja la guardia ante una situación emocionalmente intensa.

El impacto: economía familiar destrozada y desconfianza digital

Las consecuencias van mucho más allá del dinero perdido. Muchas víctimas sufren ansiedad, vergüenza e incluso deterioro en las relaciones familiares por culpa del engaño. En algunos casos, solo descubren el fraude tras hablar directamente con sus hijos verdaderos, cuando ya han realizado una o varias transferencias.

Las fuerzas de seguridad reconocen que este repunte está relacionado con otros fraudes digitales basados en suplantación de identidad. Es una tendencia internacional; solo en Estados Unidos las estafas por suplantación costaron más de mil millones de dólares en 2023. En España, la facilidad para falsificar perfiles o mensajes hace que cada vez sea más difícil distinguir un engaño digital bien construido.

¿Cómo protegerse? Consejos prácticos

La Guardia Civil insiste: desconfía siempre ante cualquier solicitud urgente de dinero recibida por mensajería instantánea desde un número desconocido. Algunos consejos útiles:

  • Verifica siempre llamando al número habitual del familiar.
  • Nunca envíes dinero sin antes hablar directamente con tu hijo/a o familiar.
  • No te fíes solo del nombre o foto del perfil; son fáciles de falsificar.
  • Si tienes dudas, consulta rápidamente a otro familiar o contacta con las autoridades (teléfono 062).
  • Manténte informado sobre los nuevos métodos de fraude digital.

La educación digital es clave: compartir estos casos y alertar a familiares mayores puede evitar muchos disgustos económicos y emocionales.

La lucha policial: investigación y prevención ciudadana

Actualmente, unidades especializadas en delitos telemáticos están investigando estos casos para identificar a los responsables y minimizar daños. Además, se están reforzando campañas preventivas para concienciar sobre este tipo de fraudes —en charlas presenciales y campañas digitales— porque lo mejor sigue siendo prevenir antes que lamentar.

Mientras tanto, los ciberestafadores seguirán afinando su puntería emocional y tecnológica. La picaresca española se ha mudado al móvil… pero también lo ha hecho la capacidad ciudadana para detectarla si estamos atentos.

La moraleja: Si recibes un mensaje raro diciendo “Papá/mamá, tengo un problema”, tómate dos minutos antes de actuar. Quizá el único problema sea un ladrón digital con mucha prisa… y poco corazón.

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