La noticia bomba es que el local de la sauna gay del suegro de Pedro Sánchez, el ya fallecido Sabiniano Gómez, no solo era un prostíbulo disfrazado de gimnasio, sino que pertenece a Muface, la mutua de funcionarios.
Lo publica The Objective, que no da puntada sin hilo.
Esto suma un nuevo capítulo a las irregularidades que rodean a la familia del presidente socialista y que tienen al PSOE en un aprieto judicial constante.
La perla del culebrón es el ático que les salió casi regalado.
Está en la calle San Bernardo, Madrid, encima de la famosa sauna Adán.
Tiene 139 metros cuadrados, 24 de ellos en terrazas con vistas a Malasaña y el centro.
Sabiniano, fallecido en 2024, y su hermano Francisco Gómez lo alquilaron a Muface por 850 euros al mes desde 2015.
En 2023, tras una subida por el IPC, llegó a 853 euros.
¿El chiste? En esa zona, un estudio interior de 28 metros cuadrados cuesta lo mismo.
Ellos, con un pisazo cuatro veces más grande, lo convirtieron en un negocio redondo: San Bernardo Rooms, un alojamiento turístico con hasta 14 habitaciones que alquilaban por internet como “miniapartamentos con todas las comodidades”.
Antes, lo usaban clientes de la sauna para sus encuentros.
Pero esto no empieza aquí.
Sabiniano, rey de las saunas gays en los 80 y 90, explotó locales como Adán y Azul en Madrid.
En 2006, cuando Sánchez se casó con Begoña Gómez, él seguía al frente, aunque luego pasó el testigo a sus hermanos.
Según Okdiario, esos negocios movían dinero negro y daban trabajo irregular a chicos de Brasil y Bulgaria.
Hasta Villarejo, el comisario de las cloacas, usó la sauna para grabar a políticos con cámaras que Sabiniano aprobó.
“Tenemos a magistrados y jerarcas de la Iglesia”, decía el policía, cuya relación con la verdad siempre ha sido conflictiva y tiene proclividad a la fabulación, pero ha levantado muchas liebres.
El ático no es el único pelotazo.
Begoña compró en 2013 una casa en Mojácar a San Bernardo 36 SL, empresa familiar de las saunas, por un precio que huele a ganga.
Luego está la vivienda de Pozuelo, valorada en 700.000 euros, que Sabiniano adquirió con ganancias de sus locales y cedió a su hija.
Hoy, Sánchez la disfruta en separación de bienes, pero el rastro del dinero lleva a los prostíbulos.
Y no olvidemos al cuñado, Miguel Ángel Gómez, que tiene un piso de 232 metros cuadrados en el mismo edificio de la sauna, heredado en 2009.
Los aprietos judiciales apilan presión sobre Sánchez y el PSOE.
Begoña está investigada por tráfico de influencias y corrupción tras la querella de Manos Limpias, que destapó sus tratos con empresas que luego recibieron fondos públicos.
El caso del ático y la sauna de Muface podría engordar esa causa: un inmueble público usado para fines privados, con alquileres ventajosos y explotación turística dudosa.
El PSOE también tiembla por el caso Koldo, donde José Luis Ábalos aparece salpicado por comisiones y favores. El Debate apunta que el partido calla mientras el juez Peinado sigue tirando del hilo.
Pienso en voz alta: esto es un boomerang para Sánchez.
Predica contra la prostitución y el abuso del sistema, pero su familia política ha jugado al límite.
El local de la sauna gay en manos de Muface es la guinda: un bien público al servicio de un negocio turbio. El PSOE, que va de progresista, se hunde en su propia ciénaga.
Datos
- Precio ridículo: 853 euros por 139 metros en el centro de Madrid; un parking en Malasaña cuesta más.
- Sauna multiusos: Antes de ser hostal, el ático era el picadero VIP de la sauna Adán.
- Villarejo VIP: El comisario grabó a políticos en la sauna con permiso de Sabiniano.
- Negocio exprés: San Bernardo Rooms ofrecía TV satélite y balcón por 50 euros la noche.
- Heredero discreto: Francisco Gómez, tío de Begoña, sigue en el ático, pero no habla.
EL CULEBRON INMOBILIARIO DEL GOBIERNO SANCHEZ
La telenovela inmobiliaria socialista no para de sumar capítulos.
Los pisos —ya sean para amantes, para gerifaltes socialistas o para enchufes— se han convertido en el talón de Aquiles de un Ejecutivo que presume de ética mientras se enreda cada vez más en sus propios trapos sucios.
Primero, el culebrón de los pisos para amantes.
José Luis Ábalos, exministro y exsanchista de primera hora, se lleva la palma.
Pagó con dinero público un ático en la Torre de Madrid a Jésica Rodríguez, su pareja sacada de un catálogo VIP.
Dos mil euros al mes por un nidito de amor con vistas, mientras ella cobraba 1.200 euros de empresas públicas sin pisar la oficina. Pero no estaba solo: el empresario Víctor Aldama, cerebro del caso Koldo, alquilaba pisos en Madrid para que los jerarcas del PSOE echaran polvos con señoritas, según destapó Okdiario. Apartamentos en Airbnb, pagados a 621 euros por estancia, donde se mezclaban negocios turbios y placeres privados.
Luego, los pisos regalados. El suegro de Sánchez, Sabiniano Gómez, y su hermano Francisco tenían un ático de Muface en San Bernardo por 853 euros al mes. Un chollo de 139 metros con terrazas y vistas a Malasaña, cuando un cuchitril en la zona cuesta lo mismo.
Lo exprimieron como San Bernardo Rooms, un negocio turístico que antes servía de picadero para la sauna gay Adán, también suya. Un pelotazo en toda regla con un bien público, mientras Sánchez critica los alquileres abusivos desde el púlpito.
Y no olvidemos los pisos de más. Ábalos ya tenía casa en Madrid, pero no le bastó: usó fondos públicos para otros menesteres.
Aldama confesó al juez Peinado que alquilaba viviendas para altos cargos socialistas, con facturas que incluían “cuatro huéspedes” y guiños a orgías pagadas con mordidas del PSOE.
Hasta Santos Cerdán, número tres del partido, aparece en mensajes pidiendo favores a Aldama.
