Hoy, 23 de febrero de 2025, el mundo mira con horror a India.
Una adolescente de 18 años, cuyo nombre no se revela por leyes locales, ha denunciado que desde los 13 sufrió abusos sexuales de casi 60 hombres: vecinos, compañeros de colegio, familiares y desconocidos.
Ocurrió en Kerala, un estado al sur del país.
Esta adolescente ha puesto voz a un dolor colectivo.
Su caso muestra cómo las castas, la cultura de la violación y la dote tejen una red de sufrimiento en India.
Las leyes existen, pero la mentalidad no cambia. Quemar con queroseno, violar por poder o matar por dinero son reales y frecuentes.
El mundo mira ahora, pero ¿hasta cuándo?
La chica de Kerala no está sola: es una de millones atrapadas en un país que avanza, pero no para todas.
LA CASTA DALIT
La víctima pertenece a la comunidad dalit, los “intocables” del sistema de castas, y eso no es casualidad. Este espanto destapa la cultura de la violación en India, el peso de las castas y los dramas de muchas mujeres, desde la dote hasta atrocidades como quemas con queroseno. Vamos a desgranarlo.
La joven creció en un pueblo humilde. Hija de trabajadores pobres, su vida cambió a los 13, cuando un vecino la agredió sexualmente. No fue un hecho aislado. Según documentos revisados por CNN y la policía local, los abusos se repitieron durante cinco años. Entre los acusados hay menores y hombres de hasta 45 años.
Nadie ha hablado aún públicamente, y los 58 detenidos esperan cargos. La chica calló por miedo y vergüenza, algo común en un país donde la cultura de la violación sigue arraigada.
El caso salió a la luz tras una denuncia reciente. La policía actuó rápido, pero el daño ya estaba hecho. ¿Cómo pudo pasar esto tanto tiempo? Las respuestas están en el sistema social de India.
El espanto de las castas
El sistema de castas tiene 3.000 años. Divide a la sociedad en grupos desde el nacimiento.
Arriba están los brahmanes (sacerdotes), luego los kshatriyas (guerreros), los vaishyas (comerciantes) y los shudras (trabajadores). Fuera quedan los dalits, los “intocables”.
Esta chica es dalit, y eso la hizo blanco fácil. Un informe de Equality Now dice que la violencia sexual contra mujeres dalit es una herramienta de opresión de castas altas. En 2022, el National Crime Records Bureau registró 4.241 casos de violación contra mujeres de castas bajas.
Ser dalit es una condena social. Viven marginados, con menos acceso a justicia. La policía y los tribunales suelen ignorarlos si el agresor es de casta alta. En este caso, los acusados vienen de todos los entornos, lo que muestra cómo la vulnerabilidad trasciende incluso el círculo cercano.
La cultura de la violación en India
La violencia sexual no es nueva en India. El caso de Jyoti Singh, violada y asesinada en un autobús en Delhi en 2012, marcó un antes y después. Llamada Nirbhaya (“sin miedo”), su muerte desató protestas y leyes más duras. Pero poco ha cambiado. Según BBC, muchas víctimas no denuncian por estigma o desconfianza en la policía. En Kerala, el 98% de las violaciones son cometidas por conocidos, dice el gobierno estatal.
La cultura de la violación se alimenta de patriarcado y sexismo. Hombres de todas las edades ven a las mujeres como objetos. Las leyes existen, pero no se aplican bien. Esta adolescente sufrió en silencio mientras el sistema miraba a otro lado. Su historia no es única, es un eco de miles.
La dote y los dramas de las mujeres
La dote agrava todo. Aunque ilegal desde 1961, sigue viva. Las familias de las novias pagan dinero o bienes al novio. Si no cumplen, las consecuencias son brutales. En 2024, el National Commission for Women recibió 4.383 quejas de acoso por dote y 292 de “muertes por dote”. Muchas mujeres son golpeadas, humilladas o asesinadas.
Las peores atrocidades son las quemas. Algunas suegras o maridos rocían a la novia con queroseno y la prenden fuego si la dote no satisface. Hindustan Times informó en noviembre de 2024 sobre Harshita Brella, una joven india en Reino Unido presuntamente asesinada por su marido por este motivo. En zonas rurales, estas prácticas son silenciosas pero comunes.
Otras mujeres enfrentan violencia diaria. Un estudio del gobierno dice que el 32% de las casadas sufren abuso físico o sexual por sus maridos. El 82% reporta violencia sexual. La dote no solo es económica, es un símbolo de control.
Los números del horror
Aquí van datos clave:
- Violaciones reportadas: 31.677 en 2022, según National Crime Records Bureau. Muchas no se denuncian.
- Dote: 17% de las quejas al NCW en 2024 fueron por acoso relacionado.
- Quemadas vivas: Cientos de casos anuales, estima The Times of India.
- Impunidad: En Kerala, el 98% de agresores son conocidos, pero pocos enfrentan castigo.
El sistema falla. Las mujeres pagan el precio.
¿Quién es esta adolescente?
No hay un perfil público por protección legal. Sabemos que tiene 18 años y es dalit. Creció en Kerala, hija de jornaleros pobres. Su vida era sencilla hasta los 13, cuando empezó el infierno. No hay detalles de su personalidad, pero su valentía al denunciar rompe el silencio de muchas. Es un símbolo, no solo una víctima.
Las castas
El sistema de castas tiene rarezas que explican mucho:
- Origen religioso: Viene de los Vedas, textos hindúes antiguos. Cada casta tenía un rol divino.
- Colores: Los brahmanes se asocian al blanco (pureza), los shudras al negro (servicio).
- Prohibiciones: Los dalits no podían entrar a templos ni usar pozos de castas altas hasta el siglo XX.
- Matrimonios: Cruzar castas era tabú. Hoy, un 5% lo hace, según The Economist.
- Apellidos: Revelan tu casta. Por ejemplo, Sharma es típico de brahmanes.
El sistema está prohibido por la Constitución desde 1950, pero sigue en la práctica.
Los dalits son 200 millones, el 16% de la población.
Su lucha por igualdad choca con tradiciones arraigadas.