Kazajistán/ Los otroras «Guerreros kazajos»: Una historia de honor, resistencia y tradición

Invitado por el Gobierno de Kazajistán, tuve el placer de visitar la ciudad de Shymkent y presenciar in situ una de sus festividades más importantes: el Nauryz, la "Fiesta de la Primavera"

Kazajistán/ Los otroras "Guerreros kazajos": Una historia de honor, resistencia y tradición

Durante esta festividad que simboliza la renovación de la naturaleza, de las personas y el comienzo de una nueva vida, pude conocer a un tándem de personajes que, ataviados con indumentaria, representaba a los otroras feroces guerreros kazajos. Eran actores, según me enteré después. Y gigantes.

Los antiguos guerreros, no eran necesariamente corpulentos en el sentido moderno de la palabra.

Su constitución física estaba más adaptada a la vida nómada y las exigencias de la guerra a caballo, por lo que tendían a ser más delgados, ágiles y resistentes, en lugar de corpulentos y musculosos.

¿Pero quiénes fueron estos antiguos guerreros kazajos que, forjados en las vastas estepas de Asia Central, encarnaron el espíritu indomable de un pueblo nómada y que hoy se les recuerda con admiración?

En las vastas y desoladas estepas de Asia Central, donde los vientos soplan sin cesar y las montañas se alzan como guardianes eternos, se forjó uno de los grupos de guerreros más legendarios de la historia: los guerreros kazajos. Durante siglos, estos hombres y mujeres no solo defendieron su tierra de invasores, sino que también cultivaron un profundo sentido de identidad y orgullo que aún perdura en la Kazajistán moderna. Este reportaje se adentra en la historia, las costumbres y el legado de los guerreros kazajos, explorando cómo su espíritu sigue vivo hoy en día.

Nómadas en una tierra indómita

El autor con un actor que encarna a un antiguo guerrero kazajo

Los kazajos tienen sus raíces en los pueblos nómadas que habitaron las estepas de Asia Central durante milenios. Descendientes de turcos y mongoles, sus ancestros formaron parte del vasto Imperio Mongol de Genghis Khan, y más tarde, del Kanato kazajo, que emergió en el siglo XV como una potencia regional. El estilo de vida nómada de los kazajos, basado en la ganadería y el pastoreo, moldeó a estos pueblos como guerreros endurecidos por las adversidades del clima y las constantes amenazas de tribus rivales y fuerzas extranjeras.

La cultura de la guerra

Para los kazajos, la guerra no era solo una necesidad; era un arte y una expresión de honor. Desde una edad temprana, los niños kazajos eran entrenados en las artes marciales, la equitación y el manejo de armas. La dombra, un instrumento musical tradicional, y las canciones épicas, narraban las hazañas de héroes pasados, inspirando a las nuevas generaciones a emular el valor de sus antepasados.

El caballo, considerado un compañero indispensable, fue el alma de la cultura guerrera kazaja. Los guerreros kazajos eran conocidos por su habilidad para luchar a caballo, utilizando arcos, lanzas y sables con una destreza impresionante. Sus tácticas de combate eran ágiles y móviles, aprovechando el vasto y abierto terreno de las estepas para realizar ataques rápidos y retiradas estratégicas.

La lucha por la supervivencia

A lo largo de los siglos, los kazajos enfrentaron una serie de invasiones y conflictos que pusieron a prueba su resistencia y unidad. Entre los siglos XVI y XVIII, el Kanato kazajo se enfrentó a invasiones de los dzungaros, una tribu mongola que amenazaba con aniquilar a los kazajos. Esta fue una de las guerras más devastadoras para los kazajos, pero también una de las más gloriosas, ya que sus guerreros lograron resistir y, eventualmente, expulsar a los invasores.

Además de defender su territorio, los kazajos también establecieron alianzas estratégicas. En el siglo XVIII, viendo la creciente amenaza del Imperio Ruso, algunos líderes kazajos optaron por unirse al imperio en un intento de preservar su cultura y autonomía. Sin embargo, esto también marcó el comienzo de la pérdida gradual de su independencia, culminando en la colonización completa por parte de Rusia en el siglo XIX.

El legado

Con la llegada del siglo XX, Kazajistán pasó por una serie de transformaciones drásticas, desde la colonización rusa hasta la integración en la Unión Soviética. Durante este periodo, muchos aspectos de la cultura kazaja, incluidas sus tradiciones guerreras, fueron suprimidos o transformados. Sin embargo, la esencia del guerrero kazajo nunca desapareció. La resistencia a la opresión, el orgullo en la herencia cultural y la valentía en tiempos de adversidad siguen siendo valores centrales en la identidad kazaja.

Hoy en día, Kazajistán es un país independiente, y sus ciudadanos celebran su rica historia con orgullo. Festivales, competiciones de equitación y recreaciones históricas mantienen viva la memoria de los guerreros kazajos. Además, el servicio militar es visto como una continuación del legado de aquellos antiguos guerreros, un recordatorio de la importancia de proteger y honrar la tierra de los antepasados.

El espíritu inquebrantable

Los guerreros kazajos no solo fueron defensores de su tierra; fueron también custodios de una cultura rica y única, transmitida a través de generaciones en las vastas estepas de Asia Central. Hoy, ese espíritu guerrero se mantiene vivo en el corazón de cada kazajo, simbolizando la resistencia, el honor y la unidad frente a la adversidad. Aunque las batallas físicas hayan cesado, la lucha por preservar la identidad y el orgullo nacional sigue siendo tan relevante como siempre. Así, los guerreros kazajos continúan cabalgando, no solo en las historias y canciones, sino en el alma de una nación que se niega a olvidar su pasado.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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