En España, pocos platos evocan tanto la Semana Santa como el potaje de vigilia. Esta receta, sencilla en su origen pero rica en matices, es mucho más que un guiso: es una tradición viva que sigue reuniendo a familias y amigos en torno a la mesa cuando llega la Cuaresma.
Su base de garbanzos, bacalao y espinacas lo convierte en un plato sustancioso, saludable y, sobre todo, muy sabroso.
El término vigilia hace referencia a los días en los que la Iglesia Católica prescribe la abstinencia de carne.
Así surgió este guiso humilde, donde el bacalao en salazón —fácil de conservar y transportar— sustituyó a los productos cárnicos prohibidos durante este periodo religioso.
El resultado: un plato completo que ha trascendido generaciones y fronteras regionales.
“El potaje de vigilia nace en los hogares humildes, donde los ingredientes eran sencillos pero sabrosos. El bacalao, por su facilidad de conservación en sal, era uno de los pocos pescados disponibles en el interior del país durante siglos”.
Ingredientes esenciales y variantes regionales
La receta tradicional suele incluir:
- Garbanzos (remojados o de bote)
- Bacalao desalado
- Espinacas (frescas o congeladas)
- Huevo duro (opcional pero muy habitual)
- Sofrito de cebolla, ajo y pimentón
- Aceite de oliva virgen extra
- Laurel
- Sal y pimienta
- Pan (para el majado o como acompañamiento)
Algunas versiones enriquecen el guiso con patata, zanahoria, acelgas o calabaza. En Galicia, por ejemplo, se añade grelos; en Extremadura, un toque de vinagre; en Murcia, pelotas de bacalao; y en Andalucía, se acompaña a menudo con una ensalada de naranja con cebolleta.
La clave está siempre en usar ingredientes frescos y un buen aceite de oliva. El pimentón —mejor si es de La Vera— aporta ese color característico y un aroma inconfundible.
Paso a paso: cómo preparar el potaje de vigilia tradicional
A continuación te detallo la receta clásica para 4 personas. Puedes ajustarla según tus preferencias o el tiempo del que dispongas.
Ingredientes
- 300 g de garbanzos secos (o 400 g cocidos)
- 200 g de bacalao desalado y desmigado
- 200 g de espinacas frescas
- 1 cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1 hoja de laurel
- 2 huevos duros
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- 1 rebanada de pan (opcional para majado)
Elaboración
- Remojar los garbanzos la noche anterior si usas secos. Escurrirlos antes de cocerlos.
- Cocer los garbanzos con agua caliente, laurel y una pizca de sal durante 1 a 1,5 horas (20 minutos si usas olla exprés). Si usas garbanzos cocidos, simplemente escúrrelos.
- En paralelo, prepara un sofrito con cebolla picada y ajo en aceite de oliva hasta que la cebolla esté transparente. Añade el pimentón fuera del fuego para evitar que se queme.
- Incorpora las espinacas troceadas al sofrito; saltea brevemente hasta que reduzcan su tamaño.
- Añade el bacalao desmigado al sofrito y mezcla bien.
- Vierte el sofrito con las espinacas y el bacalao sobre los garbanzos ya cocidos. Deja cocer todo junto unos 10 minutos para que se mezclen los sabores.
- Mientras tanto, cuece los huevos aparte (10 minutos), pélalos y córtalos en cuartos.
- Si quieres dar más cuerpo al guiso, puedes hacer un majado con pan frito y ajo para añadir al final del guiso.
- Rectifica la sal antes de servir.
Sirve bien caliente, decorando cada plato con huevo duro.
Trucos para ahorrar tiempo
Si vas justo o justa de tiempo:
- Usa garbanzos cocidos de bote: solo hay que lavarlos bien antes.
- Compra bacalao ya desalado.
- Opta por espinacas frescas embolsadas o congeladas.
Así puedes tener tu potaje listo en unos 20 minutos sin perder apenas sabor ni propiedades.
Valor nutricional y sostenibilidad
El potaje de vigilia es una opción muy equilibrada:
Ingrediente | Beneficio principal |
---|---|
Garbanzos | Proteínas vegetales, fibra |
Bacalao | Proteína animal baja en grasa |
Espinacas | Hierro, vitaminas A y C |
Huevo | Proteína completa |
Además es económico, sostenible —por aprovechar productos locales— y apto para preparar en grandes cantidades. Es perfecto tanto para quienes siguen la tradición religiosa como para quienes buscan platos sanos sin carne.
Un plato con historia… ¡y futuro!
Hoy el potaje de vigilia se disfruta no solo por devoción sino porque representa la esencia misma de la cocina española: aprovechar lo sencillo, disfrutar del sabor auténtico y compartir mesa con quienes más queremos.
“Aunque ya no todos respeten el ayuno cuaresmal, el potaje de vigilia sigue ocupando un lugar en las mesas españolas por su sabor auténtico”.
En definitiva: prueba este clásico esta Semana Santa —o cuando te apetezca— y descubre por qué sigue siendo uno de los platos más queridos del recetario nacional.
Consejos finales
- Acompáñalo siempre con pan artesano.
- Si sobra, aguanta bien varios días; incluso gana sabor reposado.
- Anímate a personalizarlo: añade comino, azafrán o incluso una pizca picante si te gusta innovar.
Y recuerda: cocinar potaje de vigilia es también celebrar nuestras raíces.