México desconocido

Yucatán: Un viaje al ‘inframundo’ maya

Periodista Digital explora los impresionantes 'Cenotes' de la Península de Yucatán junto con una Fotógrafa de National Geographic

Si alguna vez has soñado con sumergirte en un mundo donde la luz se filtra entre formaciones ancestrales y el silencio del agua te envuelve en un aura mística, entonces debes conocer los cenotes de Yucatán. En esta aventura, tuvimos el honor de contar con Nelly Quijano, fotógrafa colaboradora de National Geographic, quien nos guió y asesoró en la exploración de estos portales subterráneos al pasado.

Para esta experiencia, confiamos en los expertos de Waternauts Dive Center, en Mérida, una operadora de buceo especializada en cenotes, que nos proporcionó el equipo y la seguridad para adentrarnos en estos santuarios naturales.

Cenote Noh Mozón: un espejo azul de profundidad infinita

Tras preparar nuestro equipo de buceo, partimos desde Mérida rumbo al cenote Noh Mozón, una joya oculta entre la selva yucateca. Al llegar, nos encontramos con una entrada discreta que no dejaba entrever la maravilla que nos esperaba en su interior. Pero al asomarnos y ver su espejo de agua cristalina, supimos que nos adentrábamos en un sitio fuera de este mundo.

El descenso al agua reveló un espectáculo visual impresionante: las paredes de piedra caliza parecían esculpidas por el tiempo, y entre ellas, la luz se filtraba creando destellos hipnóticos. La profundidad del cenote nos invitaba a explorar sus secretos, y entre sus maravillas, una carabela sumergida, un enigmático cráneo fosilizado que parecía vigilar desde las sombras. La claridad del agua permitía ver cada detalle con una nitidez que desafiaba la realidad, mientras peces y pequeños crustáceos nadaban en un vaivén tranquilo, como si fueran guardianes de este universo azul.

El autor (en primer plano) buceando en el cenote Noh Mozón

Cenote Nah Yah: un mensaje del pasado en el fondo del agua

Con la adrenalina a flor de piel, emprendimos el camino hacia nuestra siguiente parada: el cenote Nah Yah, ubicado a pocos minutos de distancia. Este cenote, más íntimo y rodeado de una densa vegetación, nos recibió con una atmósfera mágica. Su entrada es un círculo perfecto de agua que, visto desde el aire, parece un ojo celeste perdido entre la selva.

Nelly Quijano, colaboradora de National Geographic

La inmersión en Nah Yah fue un viaje a través del tiempo. Mientras descendíamos, la cámara de Nelly capturaba la belleza de las formaciones rocosas y las corrientes de luz que bailaban entre las estalactitas sumergidas. Pero la mayor sorpresa nos esperaba en el fondo: una pintura rupestre de una mano impresa en la roca. Este vestigio prehistórico, testimonio de antiguas civilizaciones, nos recordó que los cenotes no son solo maravillas naturales, sino también archivos vivos de la historia de la humanidad.

Los cenotes: portales a otro mundo

Sumergirse en los cenotes de Yucatán es más que una experiencia de buceo, es una conexión con lo desconocido, un viaje al más allá de las aguas. Es sentir la inmensidad del tiempo atrapado en cada gota, en cada roca y en cada vestigio que descansa en sus profundidades.
Si alguna vez te has preguntado qué se esconde bajo la superficie de la tierra, esta es tu señal para descubrirlo. Yucatán te espera con sus cenotes, guardianes de secretos milenarios y escenarios de una belleza indescriptible.

¡Atrévete a explorar lo inexplorado!

Nuestro agradecimiento a Turismo de Yucatán, Sefotur, Hotel Los Aluxes, Nelly Quijano, Guia y experta en Espelobuceo de Waternauts Dive Center, Restaurante Nakuh y Zizha Tours de Sisal Yucatan.

Cenote Noh Mozon – Foto: Nelly Quijano

 

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