Yucatán: El Paraíso desconocido para los viajeros españoles

Sisal: donde el silencio se une a la naturaleza

Ubicado en la costa del Golfo de México, a tan solo una hora de Mérida, Sisal es un rincón paradisíaco que cautiva a quienes buscan una escapada tranquila y rodeada de belleza natural

Nuestro viaje comenzó en la bulliciosa ciudad de Mérida, donde tomamos la carretera que nos llevaría a este pequeño pero encantador puerto pesquero. Conforme avanzábamos, el paisaje iba transformándose, dejando atrás el ruido citadino para sumergirnos en un entorno de extensas lagunas y exuberante vegetación costera.

Una vez en Sisal, nos unimos a un tour organizado por la cooperativa local Ziz Ha Tours Sisal,  con el experimentado José Enrique Mex como nuestro guía. A bordo de una lancha, nos adentramos en las aguas del puerto, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido y donde la historia se mezcla con el presente. El puerto de Sisal, antiguamente el principal punto de exportación del famoso henequén yucateco, conserva su encanto con sus muelles de madera y su brisa salada que invita a la aventura.

Una travesía inolvidable por los manglares

El recorrido en lancha nos llevó a través de 14 kilómetros de aguas serenas, rodeados de un paisaje que parece sacado de una postal. La biodiversidad de la región nos regaló avistamientos de fragatas sobrevolando el cielo, garzas descansando en la orilla y cómo el cormorán se lanzaba en picada al agua, desapareciendo por unos segundos antes de emerger con su presa entre el pico, en una danza perfecta entre el aire y el mar. La sensación de navegar por este paraíso natural es indescriptible: la brisa cálida, el murmullo del agua y la inmensidad del horizonte crean una atmósfera mágica.

Pronto nos adentramos en los misteriosos manglares, un laberinto verde donde el agua y la vegetación se entrelazan para formar un ecosistema único. Aquí, nos ofrecieron la opción de continuar el recorrido en kayak o en chalana, una embarcación típica de la región. Elegimos la chalana, permitiéndonos deslizarnos en silencio por los angostos canales mientras descubríamos la fauna del lugar: serpientes descansando en las ramas, búhos ocultos entre el follaje y peces saltando en el agua. La paz de este sitio es sobrecogedora, una pausa perfecta para conectarnos con la naturaleza en su estado más puro.

Un tesoro escondido: el Ojo de Agua Dzul-Ha

En el corazón del manglar nos esperaba una joya natural: el Ojo de Agua Dzul-Ha, un manantial de aguas cristalinas que parece un oasis en medio de la espesura. Su tonalidad turquesa contrasta con el verde intenso del entorno, invitando a un chapuzón refrescante. Sumergirse en sus aguas es una experiencia revitalizante, una conexión directa con la pureza de la naturaleza. No podíamos dejar pasar la oportunidad de capturar este momento, y las imágenes resultantes hablan por sí solas: un paraíso intacto, escondido a los ojos del mundo.

Ojo de Agua, manglares y flamencos: el plan que no sabías que necesitabas

El recorrido no terminó allí. Siguiendo nuestro viaje, nos dirigimos a un santuario de flamencos rosados, un espectáculo de la naturaleza que parece sacado de un sueño. Estas majestuosas aves, con su elegancia innata, crean postales inolvidables mientras se deslizan sobre el agua, reflejando su vibrante color en la superficie. Observarlas en su hábitat natural, rodeadas de la tranquilidad del entorno, es un regalo para los sentidos.

Para cerrar la jornada con broche de oro, nos esperaba una sorpresa: un almuerzo improvisado en una playa virgen. En menos de diez minutos, el personal de Ziz Ha Tours Sisal, armó un pícnic en el paraíso, con un ceviche de la pesca del día, fresco y rebosante de sabor. La combinación del manjar marino con la suave brisa y el sonido de las olas nos recordó la esencia de este destino: naturaleza, autenticidad y una paz incomparable.

Sisal: un destino que merece ser descubierto

Sisal no es solo un destino turístico, es una experiencia que queda grabada en la memoria. Su mezcla de historia, biodiversidad y paisajes prístinos lo convierten en un rincón inexplorado para muchos, pero que sin duda merece un lugar en la lista de los viajeros que buscan algo más que un destino de sol y playa. Para los españoles que anhelan un encuentro genuino con la naturaleza, este pequeño pueblo pesquero es el secreto mejor guardado de Yucatán.

Si estás buscando una aventura inolvidable, Sisal te espera con los brazos abiertos.

Dónde comer en MÉRIDA

Al volver de Sisal llegamos a Mérida y tuvimos la oportunidad de visitar un restaurante relativamente nuevo en el mismo corazón de la ciudad, un antiguo convento restaurado llamado Nakuh.

El lugar se presenta acogedor para pasar una velada agradable ambientado por música en vivo en el patio del restaurante.

Nakuh, es un restaurante fusión, que combina la cocina tradicional yucateca maya con toques contemporáneos como pudimos degustar.

Tuvimos un buen empezar con un pulpo a la yucateca, asado en recado rojo de achiote e infusionados con naranja agria servido con pétalos de cebolla asada y salsa de tomate con habanero. El recado rojo es una pasta que mezcla varias especias y que es habitual de centro América para adobar carnes. El resultado fue un suculento plato con un sabor muy logrado con unos matices en boca que lo hacían único para empezar la cena.

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