Diplomacia española a la sombra del Vaticano

Sánchez, tras hacer 24 horas de ‘viuda’ del papa, se borra del funeral de Francisco

Asistirán el Rey de España, Donald Trump, Ursula von der Leyen, Javier Milei, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, entre otros

El Papa Francisco, su cadáver en el Vaticano y Sánchez (PSOE)
El Papa Francisco, su cadáver en el Vaticano y Sánchez (PSOE). PD

La gran espantada.

Ni Cagancho en Almagro.

En un giro que ni los guionistas de Netflix habrían imaginado, Pedro Sánchez ha pasado en apenas 24 horas de ejercer como «viuda doliente» del papa Francisco a desaparecer de la lista de asistentes al funeral en Roma.

La escena política española —ya de por sí dada al drama— suma así un nuevo episodio a su colección de gestos simbólicos y ausencias sonadas.

El líder socialista, tan rápido en declarar tres días de luto nacional tras el fallecimiento del pontífice, finalmente no estará presente este sábado en la Plaza de San Pedro junto a los grandes líderes internacionales y el resto de la representación institucional española.

El contraste es llamativo: mientras Donald Trump, Ursula von der Leyen, Javier Milei, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron o Volodímir Zelenski han confirmado su presencia en las exequias, el presidente español ha optado por quedarse en Madrid.

La delegación patria será encabezada por los Reyes y acompañada por una mezcla de socialistas y populares: estarán las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro Félix Bolaños y, atención, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

No faltará nadie relevante… excepto Sánchez.

De lamento público a agenda misteriosa

La decisión final —confirmada por fuentes gubernamentales tras horas de especulaciones— ha sorprendido incluso a miembros del propio Ejecutivo.

Porque si algo caracteriza a Moncloa es su tendencia a estirar los gestos simbólicos hasta el límite: mensajes solemnes en redes sociales, condolencias institucionales y promesas vagas sobre «modificar la agenda» para acudir al funeral o al menos al velatorio público que tendrá lugar durante tres días en la Basílica de San Pedro.

Sin embargo, llegada la hora de la verdad (y con la agenda presidencial sin compromisos ineludibles para el sábado), Sánchez ha decidido borrarse del evento global que reúne a jefes de Estado y primeros ministros de medio mundo.

Resulta curioso que, siendo uno de los países con mayor tradición católica de Europa —y con un peso histórico nada desdeñable en la relación con el Vaticano—, sea precisamente España quien vea cómo su jefe de Gobierno deja el hueco vacío.

Más aún cuando hasta Francia se encuentra maniobrando para posicionar a uno de sus cardenales como posible sucesor del pontífice argentino, en pleno arranque del cónclave romano.

Funeral global: las grandes potencias no fallan

El funeral por el Papa Francisco promete convertirse en una cumbre oficiosa de líderes mundiales.

A la cita acudirán:

  • Donald Trump, demostrando que ni siquiera la distancia con Roma es excusa cuando se trata de estar donde hay focos.
  • Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
  • Javier Milei, quien tras sus recientes encuentros con Francisco no podía faltar.
  • Giorgia Meloni, anfitriona involuntaria pero protagonista indiscutible.
  • Emmanuel Macron, siempre atento a reforzar el peso francés ante la Santa Sede.
  • Volodímir Zelenski, que suma kilómetros diplomáticos allá donde se le requiere.

En este contexto internacional, la ausencia de Sánchez resalta aún más: todos los grandes líderes europeos —y varios pesos pesados extraeuropeos— han hecho hueco en sus agendas para rendir homenaje al Papa argentino, mientras el inquilino de La Moncloa opta por una retirada estratégica.

Delegación española: unidad forzada bajo palio

La representación oficial española estará encabezada por los Reyes, seguidos por las vicepresidentas Montero (PSOE) y Díaz (Sumar), además del ministro Bolaños.

Como guiño a la «unidad nacional», también se ha invitado a Feijóo (PP), que no ha dudado en aceptar.

El Ejecutivo ha dejado claro que se busca una imagen institucional fuerte… aunque sin Sánchez como protagonista.

Resulta difícil no leer entre líneas cierta voluntad gubernamental de evitar exponer al presidente a posibles críticas o situaciones incómodas.

La relación entre Sánchez y sectores eclesiásticos nunca ha sido idílica —basta recordar las tensiones sobre memoria histórica o educación—, pero ni siquiera eso explica una ausencia tan notoria cuando todo el tablero internacional estará mirando hacia Roma.

Reacciones: entre el estupor y la ironía

Las redes sociales y algunos columnistas han hecho leña del árbol caído.

Alfonso Rojo, director de Periodista Digital no ha dudado en calificar como «vergonzoso» el espectáculo ofrecido por Sánchez y su «cuadrilla», acusándoles de ejercer como «viudas del Papa», en un derroche de cinismo y caradura dificil de igualar.

En un país donde los gestos cuentan tanto como las políticas concretas —y donde los funerales papales son casi actos diplomáticos obligados—, la decisión presidencial ha generado tanto estupor como ironía.

Entre los comentarios más repetidos: ¿Se atreverá alguien a preguntarle directamente a Sánchez por qué ha optado por ausentarse?

¿Habrá razones ocultas o simplemente se trata de un cálculo político para evitar polémicas innecesarias? Algunos analistas sugieren que Moncloa prefiere dejar el protagonismo internacional para otros momentos menos «litúrgicos»… o menos incómodos.

Mientras tanto, Francia aprovecha el vacío español para hacer campaña activa a favor de uno de sus cardenales como posible sucesor del Papa Francisco. Las reuniones previas al cónclave han arrancado con un claro componente geopolítico: París mueve ficha mientras Madrid contempla desde lejos cómo evoluciona una partida donde tradicionalmente jugaba un papel relevante. En clave europea, Von der Leyen refuerza su posición institucional y Meloni consolida su papel como anfitriona central.

Un adiós global… sin Sánchez

El funeral se celebrará este sábado en la Plaza de San Pedro.

El féretro será trasladado públicamente este miércoles, permitiendo que miles (y posiblemente millones) pasen ante los restos mortales del pontífice argentino antes del último adiós.

La misa exequial reunirá a dignatarios, líderes religiosos y políticos… pero no contará con la presencia física del marido de Begoña.

Algunos datos curiosos para cerrar:

  • España será uno de los pocos grandes países europeos cuyo jefe de Gobierno no acude personalmente al funeral.
  • En anteriores funerales papales (Juan Pablo II o Benedicto XVI), siempre hubo presencia al más alto nivel político español.
  • Se espera que más de 50 jefes de Estado o Gobierno asistan personalmente al acto.
  • El debate sobre quién sucederá a Francisco ya está abierto —con Francia muy activa— mientras España observa desde la barrera.

Quizá dentro de unos años alguien recuerde esta ausencia como una simple anécdota diplomática… o quizá sea una señal más profunda sobre los nuevos equilibrios entre religión, política e imagen internacional en pleno siglo XXI.

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