Este miércoles, 28 de mayo de 2025, la guerra en Gaza ha sumado un nuevo capítulo con la confirmación por parte del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de la muerte del máximo dirigente de Hamás en la Franja, Mohamed Sinwar, durante un bombardeo ejecutado por el ejército israelí.
El anuncio se produce tras semanas de rumores y especulaciones sobre el paradero y estado del líder islamista, considerado uno de los hombres más buscados por Israel desde el inicio de la ofensiva tras el ataque del 7 de octubre de 2023.
La noticia supone un golpe decisivo para la estructura directiva de Hamás y reconfigura las dinámicas internas del movimiento palestino. Aunque el brazo militar del grupo aún no ha confirmado oficialmente el fallecimiento, el silencio mantenido hasta ahora por parte de Hamás refuerza la tesis israelí sobre el éxito de la operación.
De Yahya a Mohamed: una dinastía al frente de Hamás
Mohamed Sinwar asumió las riendas del movimiento en Gaza tras la muerte de su hermano mayor, Yahya Sinwar, abatido por Israel en octubre de 2024. Yahya fue señalado como el cerebro detrás del ataque múltiple perpetrado contra territorio israelí el 7 de octubre del año anterior, que dejó más de 1.200 muertos y unos 250 secuestrados. Su muerte marcó un antes y un después para Hamás, que se vio obligado a reorganizar su cúpula bajo una presión militar sin precedentes.
Con la desaparición ahora confirmada de Mohamed Sinwar, Israel asesta un duro revés a una organización ya castigada por meses ininterrumpidos de bombardeos y operaciones terrestres. Según fuentes israelíes, Sinwar murió junto a varios asesores clave al refugiarse en un túnel situado bajo el Hospital Europeo en el sur de Gaza durante una ofensiva aérea masiva realizada el pasado 13 de mayo. El ataque formó parte del esfuerzo continuado por descabezar a Hamás y acelerar el colapso operativo y logístico del grupo.
Impacto inmediato: vacío de poder y desafíos internos
El silencio oficial por parte del movimiento islamista palestino podría interpretarse como señal tanto del desconcierto interno como de una posible crisis sucesoria. Las informaciones apuntan a que entre los fallecidos se encontraría también Mohammed Shabanah, comandante de la Brigada Rafah y considerado uno de los principales candidatos para suceder a Sinwar. Esta doble pérdida deja a Hamás ante un vacío estratégico difícil de cubrir a corto plazo.
Israel considera que la eliminación sucesiva de los hermanos Sinwar representa una victoria táctica decisiva. El propio Netanyahu lo ha presentado ante el Parlamento como prueba irrefutable del avance militar israelí y como advertencia a los mandos intermedios que aún permanecen ocultos en Gaza.
Repercusiones geopolíticas y humanitarias
La muerte del líder viene acompañada por una intensificación en los combates. La nueva ofensiva israelí en zonas urbanas densamente pobladas ha causado más víctimas civiles —más de 132 fallecidos solo en los últimos días— y mantiene bloqueados numerosos intentos internacionales para alcanzar un alto el fuego duradero.
Algunos analistas advierten que la eliminación sistemática del liderazgo histórico puede provocar tanto fragmentación interna en Hamás como una mayor radicalización entre las facciones más jóvenes o incontroladas. Al mismo tiempo, aumenta la presión sobre Israel desde actores regionales e internacionales preocupados por las consecuencias humanitarias y el riesgo de desestabilización más allá de Gaza.
Cronología reciente: ataques, rehenes y presión internacional
Desde octubre pasado, las Fuerzas Armadas israelíes han centrado su estrategia en neutralizar a los líderes responsables directos del ataque terrorista que desencadenó esta escalada bélica. Tras semanas sin rastro público alguno, la inteligencia israelí localizó a Mohamed Sinwar oculto junto con sus asesores bajo instalaciones hospitalarias —una táctica habitual según denuncian fuentes militares— y lanzó una operación quirúrgica que habría acabado con su vida.
Durante estos meses, Sinwar había supervisado tanto las operaciones militares como la gestión política respecto a los rehenes israelíes aún retenidos por Hamás —de los cuales se estima que unos 21 seguirían vivos— incrementando así su valor estratégico como objetivo prioritario para Israel.
La confirmación definitiva se produce después de que informes previos filtrados desde las Fuerzas Armadas apuntaran ya a “indicios crecientes” sobre su muerte e incluso señalaran que su cadáver habría sido hallado junto al resto del núcleo duro directivo. La publicación este miércoles del anuncio oficial zanja uno de los grandes interrogantes abiertos desde hace semanas.
Perspectivas: ¿hacia dónde evoluciona el conflicto?
El futuro inmediato presenta varias incógnitas. Por un lado, Israel refuerza su posición negociadora ante cualquier posible alto el fuego o intercambio; por otro, Hamás deberá reestructurarse bajo nuevos liderazgos o afrontar divisiones internas. Mientras tanto, la población civil sigue soportando las consecuencias directas: cortes eléctricos generalizados, infraestructuras sanitarias colapsadas y desplazamientos masivos dentro del enclave.
La comunidad internacional permanece atenta al desarrollo sobre el terreno. Los mediadores regionales temen que esta nueva fase agrave aún más la crisis humanitaria e impulse represalias descontroladas dentro y fuera del territorio gazatí.
En definitiva, hoy, miércoles 28 de mayo de 2025, Oriente Medio amanece con menos certezas pero con una realidad incontestable: la cúpula tradicional de Hamás ha quedado descabezada tras meses de operaciones selectivas israelíes. Falta ver si esta estrategia contribuirá realmente a frenar la violencia o simplemente abrirá nuevas etapas —más fragmentadas e imprevisibles— en uno de los conflictos más enquistados del planeta.