FANATISMO ISLÁMICO

Donald Trump: «Era Abu Bakr al Bagdadi y murió como un perro, lloriqueando como un cobarde»

Era él”. Donald Trump confirmó así, este 27 de octubre de 2019, que el tipo que se suicidó el sábado, haciendo estallar su chaleco de explosivos, cuando se vio atrapado por comandos de las fuerzas especiales de Estados Unidos al noroeste de Siria, era el siniestro líder del grupo terrorista Estado Islámico y que provocó la muerte de sus tres hijos pequeños.

“Abu Bakr al Bagdadi ha muerto”, ha anunciado el presidente estadounidense en una declaración especial a la prensa a las nueve de la mañana (hora local de Washington).

La operación se saldó sin ninguna baja por parte estadounidense.

“Murió como un perro, murió como un cobarde y sus seguidores en todo el mundo deberían saberlo”.

Eso ha asegurado Trump del terrorista más buscado del mundo.

Las pruebas de ADN han confirmado la identidad del fallecido, al que ya se había dado erróneamente por muerto en varias ocasiones.

Donald Trump, el vicepresidente Mike Pence, el Secretario de Defensa Mark Esper, junto a miembros del equipo de seguridad nacional, observan la operación.

Desde hace dos semanas, los servicios de inteligencia estadounidenses tenían localizado a Al Bagdadi pero tuvieron que cancelar “dos o tres” operaciones en el último minuto porque el hombre había cambiado de planes.

Este sábado 26 de octubre estaban seguros de su localización y fueron a por él.

El siniestro fanático fue cazado por efectivos de la Fuerza Delta y los Rangers del Ejército de Estados Unidos. En la operación también participaron seis helicópteros de combate que partieron desde Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí.

Las fuerzas especiales estadounidenses, 70 comandos especiales, estuvieron dos horas sobre el terreno recolectando inteligencia, y se han incautado de numerosa información sensible relacionada con el grupo terrorista islámico.

Comandos Navy SEAL.

Las fuerzas especiales estadounidenses fueron recibidas con fuego cuando entraron a la casa donde se encontraba.

No hubo bajas por parte estadounidense.

“Los pillaron por sorpresa y Al Bagdadi y otras personas intentaron esconderse. Murió después de meterse en un túnel sin salida, sollozando, lloriqueando y gritando hasta el final”.

Acorralado por los perros de los atentes especiales estadounidenses, Al Bagdadi hizo estallar el chaleco de explosivos que portaba, causando su propia muerte y la de “tres de sus hijos pequeños”.

“El matón que tanto hizo por intimidar a otros pasó sus últimos momentos sumido en el miedo, en pánico total, aterrorizado por las fuerzas estadounidenses que lo atacaban”.

«Abu Bakr al Bagdadi murió como un perro, como un cobarde. El mundo es ahora un mundo más seguro”.

 

La muerte del líder político y espiritual del Estado Islámico, de estructura descentralizada, tiene un fuerte componente simbólico, más que estratégico, al tratarse del fundador del grupo terrorista.

Al Bagdadi fue una inspiración para miles de personas de todo el mundo, que respondieron a su llamada yendo a Siria o Iraq para luchar por la restauración del mítico califato islámico o cometiendo atentados terroristas en otros puntos del planeta, como Barcelona, París o Sri Lanka.

La operación refuerza el argumento de Trump de que el trabajo de Estados Unidos en Siria ya ha terminado y da oxígeno al presidente después de tres semanas criticado incluso desde sus propias filas por la forma en que se retiró del país para dejar paso a la ofensiva turca .

“Este año derrotamos el califato físico, ahora a su líder”, ha celebrado Mark Esper, secretario de Defensa en la cadena CNN después de la intervención de Trump.

El presidente estadounidense siguió toda la operación desde la sala de crisis de la Casa Blanca, el mismo lugar desde donde Barack Obama supervisó la operación contra Osama Bin Laden, que ha sugerido que tenía menos relevancia que la realizada ayer bajo su mandato.

“Es seguramente el mayor [terrorista] que hemos capturado jamás”.

“No había nadie mayor que él. Era el peor. Osama Bin Laden era grande, sí, pero se hizo grande con el [atentado contra el ] World Trade Center. Este hombre construyó un país entero, como a él le gustaba llamarlo”.

Desde que llegó a la Casa Blanca, asegura, cada día preguntaba a sus servicios de inteligencia “dónde está Al Bagdadi”.

Este sábado pudo seguir su final en directo.

“Fue como ver una película”, ha comentado el presidente, destacando tanto la tecnología con que las fuerzas especiales van equipadas como su profesionalidad. Los rusos y los turcos sabían de la operación, pero no el Congreso, debido –ha dicho– al riesgo de filtraciones .

“Tuvimos muy buena cooperación aunque no necesitamos mucha ayuda, teníamos nuestra propia información”.

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