Donald Trump está alterando el juego político mundial.
Desde que retornó a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero de 2025, su lema de “Hacer América Grande Otra Vez” no es solo un eslogan: es una revolución en marcha.
Este martes, su discurso ante el Congreso dejó claro que no va de farol.
6 FRASES MEMORABLES DE SU DISCURSO:
- «Vamos a conseguir Groenlandia de un modo u otro».
- «Ya es hora de que EE.UU. le declare la guerra a los carteles».
- «Recuperaremos el Canal de Panamá. No se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá, y vamos a recuperarlo».
- «Quiero que el Congreso apruebe una ley que prohíba y criminalice los cambios de sexo en niños»
- «Europa ha gastado más dinero en comprar petróleo y gas rusos que en defender a Ucrania»
- «Para combatir aún más la inflación (…) terminaremos con el flagrante despilfarro de los dólares de los contribuyentes. Y con ese fin, he creado el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Está encabezada por Elon Musk, quien está en la sala esta noche. Gracias, Elon. Está trabajando muy duro. Y no necesitaba esto».
Prometió menos intervención en guerras lejanas y más presión a aliados como la OTAN para que paguen lo suyo.
En Ucrania, ya avisó a Zelensky que el grifo de dólares se cierra si no hay avances.
Trump no pide permiso: cambia las reglas y el mundo se adapta o se queda atrás.
Dentro de Estados Unidos, cumple promesas a velocidad de vértigo y su base lo celebra, mientras los demócratas gritan.
En su discurso, este martes, fue interrumpido por legisladores progresistas cuando habló de deportaciones.
BREAKING: Speaker Mike Johnson just ejected Deranged Democrat Al Green from the House Chamber for disrupting President Trump's speech. pic.twitter.com/lBiXAYwTHS
— George (@BehizyTweets) March 5, 2025
No se inmutó: firmó una orden para expulsar a 50.000 indocumentados en 45 días.
Con Elon Musk a su lado recortando gasto público, el gobierno se adelgaza y la agenda woke se desmorona.
Trump no solo dinamiza: transforma. Estados Unidos ya no es el mismo, y el mundo lo nota cada día.
Cumple lo que promete. Y lo hace a su manera, dinamizando el mundo y Estados Unidos con una agenda que no deja indiferente a nadie.
Junto a Elon Musk, su aliado clave, está poniendo patas arriba las prioridades de la izquierda progresista, la llamada agenda woke.
Trump no pierde el tiempo.
Su discurso de este 4 de marzo de 2025, cortado por las protestas demócratas, tuvo en las calles norteamericanas una recepción positiva.
Una encuesta de CNN post-discurso mostró un 60% de aprobación entre televidente
Habló de inmigración, Ucrania, Colombia y la lucha contra lo woke. No se anduvo con rodeos.
Prometió deportaciones masivas y ayer mismo firmó una orden ejecutiva para reforzar la frontera sur.
Los cárteles mexicanos están en el punto de mira.
En energía, otro golpe sobre la mesa. Trump quiere que Estados Unidos sea líder en gas y petróleo otra vez.
Ayer anunció una emergencia energética para bajar costos.
Reuters dice que las petroleras ya celebran, mientras los ecologistas protestan.
Es polémico, sí, pero cumple lo que dijo en campaña. Y el mundo lo nota: los mercados subieron tras el discurso, según WSJ.
El Dow cerró en 43,191, aunque bajó 650 puntos durante el día. La volatilidad refleja el impacto global de sus palabras.
Luego está Elon Musk. Este hombre no se queda atrás.
Su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ya tiene resultados.
En las últimas 24 horas, WSJ informó que el Pentágono prepara recortes en programas militares obsoletos.
Musk identificó gastos absurdos, como 1,9 millones en “transformación DEI” en la Fuerza Aérea.
También señaló 1,6 millones para un estudio climático en la Universidad de Florida. “Esto se acaba”, dijo en X.
Y Trump lo respalda. Juntos, están desmantelando lo que llaman burocracia inútil.
La agenda woke, esa obsesión por la corrección política, retrocede.
Trump lo dejó claro en su discurso: no más fondos federales para programas de diversidad forzada.
CBS reporta que varias agencias ya cancelan iniciativas similares.
Musk, por su parte, usa X para ridiculizar estas políticas.
Ayer tuiteó: “La eficiencia no entiende de sentimientos”. Es un mensaje directo. La izquierda grita, pero ellos avanzan.
Aquí va una lista de lo que Trump y Musk han hecho desde el 20 de enero:
- Trump:
- Declaró emergencia nacional en la frontera sur.
- Inició deportaciones masivas: 50.000 en 45 días, según FOX News.
- Aumentó la extracción de petróleo y gas.
- Propuso aranceles del 10% a importaciones, informa Reuters.
- Cortó fondos a programas woke en agencias federales.
- Musk:
- Redujo 2.500 millones en gastos gubernamentales vía DOGE.
- Propuso eliminar 15% de empleos federales, dice WSJ.
- Asesoró a Trump en recortes militares.
- Pagó 10 millones para resolver una demanda de Trump contra X, según Reuters.
- Lanza críticas diarias a lo woke en X.
El impacto global es innegable.
En Ucrania, Trump presiona a Zelensky. Tras su reunión tensa de febrero, ayer dijo: “No vamos a seguir pagando sin resultados”.
En Colombia, promete mano dura contra el narcotráfico.
Bogotá ya negocia con Washington. Esto dinamiza el mundo, guste o no.
Claro, no todo es aplauso. CNN dice que su agenda divide.
Los demócratas lo acusan de autoritario. Pero los números no mienten: su base lo adora.
Trump y Musk no solo hablan: actúan. Su enfoque práctico choca con ideologías abstractas. La agenda woke pierde terreno porque ellos priorizan resultados sobre discursos.
Estados Unidos se mueve, y el mundo lo sigue. ¿Hasta dónde llegarán? Eso lo dirá el tiempo.
Por ahora, a 5 de marzo de 2025 queda como el día en que dejaron claro que van en serio.
