Un golpe directo al mentón de Nicolás Maduro y sus compinches.
Y dónde más duele, que en el caso de los chavistas es la bolsa.
Hoy, 24 de marzo del 2025, Donald Trump, ha lanzado una nueva ofensiva en su política de presión contra la Venezuela bolivariana al anunciar la imposición de aranceles del 25% a los países que compren petróleo y gas al gobierno del tirano Maduro.
Esta medida, que entrará en vigor el próximo 2 de abril, amenaza con tener un impacto significativo en varios países, entre ellos España, que se encuentra entre los principales importadores de crudo venezolano.
El anuncio del presidente de Estados Unidos, realizado a través de su red social Truth Social, justifica esta acción argumentando que Venezuela «ha sido muy hostil hacia Estados Unidos y las libertades que defendemos».
Además, acusa al gobierno venezolano de enviar deliberadamente «decenas de miles de delincuentes de alto nivel» a territorio estadounidense, incluyendo miembros de la banda criminal Tren de Aragua, recientemente designada como organización terrorista extranjera por Washington.
La medida arancelaria no solo busca presionar al régimen de Maduro, sino que también pretende disuadir a otros países de mantener relaciones comerciales con Venezuela en el sector energético.
Trump ha sido claro al afirmar que «cualquier país que compre petróleo o gas de Venezuela estará obligado a pagar un arancel del 25% a Estados Unidos sobre cualquier comercio que realice con nuestro país».
Impacto en España y la política energética de Sánchez
Esta decisión de la administración Trump pone en una situación complicada al gobierno Sánchez.
España ha sido tradicionalmente uno de los principales compradores de petróleo venezolano en Europa, y esta nueva medida arancelaria podría tener consecuencias significativas para la economía española y su política energética.
Venezuela se ha consolidado como uno de los principales proveedores de petróleo de España, representando aproximadamente el 4% de las importaciones totales de crudo del país en 2024, superando a países como Argelia o Irak, aunque sigue por detrás de Estados Unidos, Nigeria, Brasil y México.
Con la última medida de Trump, el sector petrolero español, que ya enfrenta desafíos debido a la transición hacia energías más limpias, podría verse obligado a buscar alternativas al crudo venezolano o asumir costos adicionales que podrían repercutir en los precios de los combustibles para los consumidores españoles.
Reacciones y posibles escenarios
La noticia ha generado preocupación en los círculos diplomáticos y empresariales españoles. Fuentes del gobierno de Sánchez han expresado su inquietud por el impacto que estos aranceles podrían tener en las relaciones comerciales entre España y Estados Unidos, así como en el suministro energético del país.
Algunos analistas sugieren que esta medida podría llevar a España a diversificar aún más sus fuentes de importación de petróleo, posiblemente acelerando los planes de transición energética del país. Otros ven en esta situación una oportunidad para que España refuerce sus lazos con otros proveedores de petróleo, como los países del Golfo Pérsico o Nigeria.
Implicaciones geopolíticas y económicas más amplias
El anuncio de Trump no solo afecta a España, sino que tiene implicaciones más amplias en el panorama geopolítico y económico global. Otros países importadores de petróleo venezolano, como Italia y China, también podrían verse afectados por esta medida.
La decisión de imponer estos aranceles se enmarca en la estrategia de «máxima presión» de la administración Trump contra el gobierno de Maduro, que incluye sanciones económicas y diplomáticas. Sin embargo, críticos de esta política argumentan que podría tener consecuencias no deseadas, como el fortalecimiento de las relaciones entre Venezuela y potencias como Rusia y China, que podrían aprovechar el vacío dejado por los países occidentales.
Desafíos para el mercado petrolero global
El anuncio de Trump también plantea desafíos para el mercado petrolero global. Venezuela, a pesar de la disminución de su producción en los últimos años, sigue siendo un actor importante en el mercado energético internacional. La imposición de estos aranceles podría llevar a una reconfiguración de los flujos comerciales de petróleo a nivel mundial.
Algunos expertos advierten que esta medida podría provocar un aumento en los precios del petróleo, lo que tendría repercusiones en la economía global, especialmente en un momento en que muchos países luchan por recuperarse de los efectos de la pandemia de COVID-19.
Cuánto petróleo compra España
En 2024, bajo la sombra del socialista Sánchez, España ha importado cantidades récord de petróleo venezolano, alcanzando niveles no vistos en más de una década.
Según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores):
- De enero a julio de 2024: España importó 1,7 millones de toneladas de crudo venezolano, casi triplicando las 652.000 toneladas del mismo período en 2023. Esto representa un aumento del 160% interanual.
- Total estimado para 2024: Hasta octubre de 2024, se estima que España adquirió alrededor de 3 millones de toneladas, un 116% más que las 1,4 millones de toneladas importadas en todo 2023. Si la tendencia continúa, las proyecciones sugieren que las compras podrían acercarse a los 4 millones de toneladas al cierre del año.
- Valor económico: Entre enero y julio de 2024, España gastó más de 1.300 millones de euros en crudo venezolano, y las estimaciones del sector indican que la factura podría alcanzar los 2.500 millones de euros para finales de 2024.
En términos específicos por meses:
- Mayo de 2024: Se registró la mayor compra mensual en 20 años, con 632.000 toneladas.
- Julio de 2024: Las importaciones subieron un 80,9% respecto a julio de 2023, alcanzando 354.600 toneladas por un valor de 164,1 millones de euros.
Cómo compra España este petróleo
El proceso de compra no es una decisión directa del Gobierno español, sino que está gestionado principalmente por empresas privadas, en particular Repsol, la mayor petrolera española. Aquí te explico cómo funciona:
- Acuerdo con Repsol y PDVSA:
- Repsol, presente en Venezuela desde 1993, opera en el país bajo un acuerdo con la estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA). Este acuerdo permite a Repsol recibir petróleo como forma de pago por una deuda histórica de PDVSA, estimada en unos 200 millones de euros, más otras cuentas pendientes.
- En abril de 2024, Repsol firmó nuevos acuerdos de colaboración con PDVSA para explotar conjuntamente campos petroleros, como Petroquiriquire, lo que ha facilitado un flujo constante de crudo hacia España.
- Excepciones de sanciones de EE.UU.:
- Tras la invasión de Ucrania en 2022, Estados Unidos levantó progresivamente algunas sanciones al petróleo venezolano para garantizar el suministro energético global, permitiendo a empresas como Repsol operar en el país. En mayo de 2022, la administración de Joe Biden autorizó a Repsol (junto con Chevron y Eni) a reanudar actividades en Venezuela. Aunque las sanciones generales volvieron a endurecerse en abril de 2024 tras las elecciones cuestionadas en Venezuela, Repsol obtuvo una licencia individual para continuar operando más allá del 31 de mayo de 2024.
- Este petróleo no implica un pago directo en efectivo al régimen de Maduro, sino que se entrega «en especie» como compensación por la deuda, lo que evita inyectar divisas frescas al gobierno chavista.
- Logística y refinación:
- El crudo venezolano, mayormente pesado y con alto contenido de azufre, llega a puertos españoles como Murcia, Vizcaya o Tarragona, donde es refinado por Repsol en sus instalaciones. Este tipo de petróleo es adecuado para las refinerías españolas, que están adaptadas para procesarlo.