En la tercera edición de España en Negro repasamos el Caso Bretón con ayuda del Subinspector de Policía Nacional Alfredo Perdiguero.
El perfil de José Bretón
José Bretón nació en 1973 en Córdoba en el seno de una familia muy religiosa. Bretón entró en el Ejército y fue enviado a la Guerra de Bosnia. Ya en ese momento comienza un tratamiento psicológico, pero luego lo deja. Además, una novia lo deja cuando tenían planes de casarse y, por si fuera poco, no consigue entrar en la Guardia Civil. Es rechazado por dar la altura exigida y se pone a trabajar de transportista.
En 2002 se casa con la veterinaria Ruth Ortiz. En 2005 tienen a Ruth y en 2009 a José. Pronto las cosas no empiezan a ir bien en el matrimonio y, en 2007, Ruth decide irse a su tierra natal, Huelva, aunque habrá una reconciliación. En septiembre de 2011, Ruth comunica oficialmente a José Bretón que su matrimonio a terminado. Él decide acudir a tratamiento pensando que de esta manera Ruth querría volver con él. Comienza a tomar, mediante prescripción Motivan y Orficial.
El crimen
En octubre de 2011, la muerte de dos niños a manos de su padre, conmocionó a todo el país. José Bretón se convirtió en la imagen de la maldad. Conocido como ‘el monstruo de Las Quemadillas’, debido a su crimen descubrimos el concepto de violencia vicaria, esto es cuando una madre o un padre, para hace daño a su cónyuge, comete posiblemente el pero de los crímenes, acabar con la vida de sus propios hijos. El Caso Bretón, además, ha pasado a la historia judicial española por un error que pudo echar por tierra toda la investigación.

José Bretón.
En la mañana del 8 de octubre de 2011, José Bretón trasladó a sus hijos Ruth y José (de 6 y 2 años, respectivamente) a casa de su hermana Catalina. De ahí se iban a trasladar a la casa de los abuelos para comer. Sin embargo, Bretón decide que él y sus hijos irán a comer a casa de sus amigos pero no especifica cuáles.
Lo que realmente hizo fue ir a la finca familiar de Las Quemadillas. A las 13:48 llama en dos ocasiones a su exmujer Ruth que no le coge el teléfono. Para entonces ya había drogado a los pequeños con Motivan y Orfidal. Se desconoce en qué cantidad, organizó una hoguera que llegó a alcanzar temperaturas de casi 1.200 grados, la de un honro crematorio. Después se trasladó al parque, la Ciudad de los Niños a las seis de la tarde. A las 18:41 denunció la desaparición de los pequeños.
Los agentes pusieron bajo sospecha desde el principio. Se mostraba demasiado tranquilo. Además, cayó en demasiadas contradicciones: no supo explicar cómo los perdió, qué estaba haciendo ni con qué amigos supuestamente habían comido él y los pequeños.
Por otra parte, el día 12 de octubre la Policía Nacional accedió a las cámaras y descubrió que Bretón llegó sólo al parque. Esto coincidía con las declaraciones de testigos. La Policía se llevó a Bretón a Las Quemadillas y encuentran restos de ceniza y pequeños huesos. Pasa entonces a prisión provisional acusado de retención ilegal y denuncia falsa.

Francisco Etxeberria.
El análisis de los huesos hecho por la forense Josefina Lamas aseguraba que los huesos eran de pequeños roedores. El forense y antropólogo Francisco Etxeberria, contratado por Ruth Ortiz, descubrió que se trataban de los huesos de los pequeños.
El 26 de junio de 2013 la Audiencia Provincial de Córdoba condenó a 40 años de prisión a José Bretón, 20 por cada hijo. Fue un juicio con jurado popular compuesto por 7 mujeres y 4 hombres. En marzo de 2015, después de rechazarse dos recursos de casación por el Tribunal Supremo, la Provincial rebajó la condena a una máximo de 25 años.
Hoy José Bretón cumple condena en Herrera de la Mancha, la cárcel de máxima seguridad de España junto a otros presos célebres como Miguel Carcaño o, en su momento, Miguel Ricart.