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No se hacen prisioneros.
Y el problema del socialista Sánchez es que esta vez, el enmigo no le tiene miedo alguno.
La batalla por el control del Grupo PRISA ha entrado en una nueva fase con un movimiento estratégico de Joseph Oughourlian, actual presidente y principal accionista de la compañía.
En un giro inesperado, Oughourlian ha sido nombrado nuevo presidente de El País, el buque insignia del grupo mediático, en lo que se interpreta como una maniobra para consolidar su poder y hacer frente a las presiones del Gobierno Sánchez.
El nombramiento de Oughourlian como presidente de El País no es un simple cambio organizativo.
Se trata de un movimiento calculado que envía un mensaje claro tanto al interior del grupo como al Gobierno y a otros accionistas.
El empresario francés de origen armenio sustituye en el cargo a Carlos Núñez, quien dimitió como presidente ejecutivo de Prisa Media el pasado mes de febrero.
Este cambio se produce en un momento de gran tensión interna en Prisa.
Oughourlian, a través de su fondo Amber Capital, controla el 29,7% de las acciones del grupo, pero se enfrenta a una creciente oposición de accionistas españoles que cuentan con el respaldo del Gobierno de Sánchez.
La guerra
La pugna por el control de Prisa tiene implicaciones que van más allá del ámbito empresarial.
El grupo, propietario de medios influyentes como El País, la Cadena SER y AS, es considerado un activo estratégico en el panorama mediático español.
El Gobierno de Sánchez ha mostrado un creciente interés en influir en la línea editorial del grupo, algo que Oughourlian parece decidido a evitar.
En las últimas semanas, se han intensificado los movimientos para desplazar a Oughourlian de la presidencia de Prisa.
El semanario francés Le Point destapaba este sábado un asunto oculto al levantar la alfombra y poner al descubierto que Óscar López, ministro de Transformación Digital y una de las figuras más cercanas al presidente del Gobierno, viajó a París el pasado 12 de febrero con el objetivo de influir sobre una empresa privada.
No lo hizo solo. A la Cumbre por la Acción sobre la Inteligencia Artificial le acompañó Marc Murtra, el recién nombrado presidente de Telefónica, quien es señalado como un simpatizante del PSOE y habría sido colocado en el cargo directamente desde La Moncloa.
Ambos ejercieron presión sobre Arnaud de Puyfontaine, presidente de Vivendi, para que Joseph Oughourlian fuera apartado del consejo de administración de PRISA.
Este empresario francés posee, a través del fondo de inversión Amber Capital, el 29% de las acciones del grupo de comunicación español.
TELE PEDRO
‘Tele Pedro’ -oficialmente ‘La Séptima’, hace aguas.
Sánchez quería que este canal estuviera operativo las 24 horas, a partir de septiembre de 2025, promoviendo dia y noche, por tierra mar y agua, su agenda política.
Un medio de comunicación bajo control directo del Gobierno y del PSOE, similar pero mucho más intenso que RTVE o La Sexta.
Inicialmente, se planeaba usar el Grupo PRISA (dueño de El País y la SER) como plataforma, aprovechando una licencia de TV que ‘privilegiada’.
Sin embargo, ante la resistencia de Oughourlian—, el plan se ha complicado.
Ahora, se recurre a Telefónica (Movistar) como alternativa para poner en marcha Tele Pedro, utilizando su infraestructura y alcance para sortear el rechazo de PRISA.
Un pulso con implicaciones políticas
La decisión de Oughourlian de asumir la presidencia de El País puede interpretarse como una respuesta directa a estas maniobras.
Al situarse al frente del diario más emblemático del grupo, el empresario busca reforzar su posición y dificultar cualquier intento de apartarle del control de Prisa.
Pilar Gil, vicepresidenta de Prisa, ha sido nombrada consejera delegada de El País, formando un tándem con Oughourlian que promete mantener la línea independiente del periódico. En su primer mensaje tras el nombramiento, Oughourlian ha declarado:
«Es más necesario que nunca que mantengamos firmes nuestros valores y nuestra cerrada defensa del periodismo de calidad, pese a las presiones de todo tipo que contaminan el ejercicio de una labor honesta e independiente».
Un futuro incierto
El pulso entre Oughourlian y el sector cercano al Gobierno promete continuar en los próximos meses. La junta de accionistas prevista para junio se perfila como un momento clave, donde podría dirimirse definitivamente el control del grupo.
Mientras tanto, Prisa se enfrenta a importantes desafíos financieros. La compañía negocia la refinanciación de una deuda de 750 millones de euros con el fondo Pimco, en un proceso que podría condicionar el futuro del grupo.
La batalla por Prisa no solo determinará el futuro de uno de los grupos mediáticos más influyentes de España, sino que también podría tener importantes repercusiones en el panorama político y mediático del país.
El nombramiento de Oughourlian como presidente de El País es solo el último episodio de una guerra que está lejos de terminar.
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