En un giro irónico que roza lo surrealista, el Gobierno Sánchez, conocido por su prolífico historial de bulos y manipulaciones, ha decidido erigirse como paladín de la verdad y defensor de la democracia frente a la desinformación.
Este fin de semana, varios dirigentes socialistas participaron en Pamplona en una mesa redonda titulada «Bulos y desinformación, una amenaza para Europa», donde advirtieron sobre los peligros que las falsedades suponen para el sistema democrático.
El ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, afirmó durante el evento que «la democracia tiene viejos enemigos, que tienen nuevas herramientas«, aludiendo a la proliferación de «pseudomedios que, con dinero público, publican todos los días bulos«.
Esta declaración resulta particularmente irónica viniendo de un gobierno que ha hecho de la mentira su estrategia principal para mantenerse en el poder.
El presidente de Asturias, Adrián Barbón, llegó incluso a afirmar que «las noticias falsas, las mentiras son la mayor amenaza para el sistema democrático».
Esta declaración adquiere tintes de comedia negra cuando se considera el extenso catálogo de falsedades propagadas por el propio Gobierno de Sánchez.
Un historial de engaños
El Ejecutivo socialista ha acumulado un largo historial de mentiras sobre las que ha sustentado su legislatura y su supervivencia política en La Moncloa. Algunos ejemplos notables incluyen:
- La moción de censura: Sánchez llegó al poder prometiendo luchar contra la corrupción, pero ahora ataca a los jueces que investigan las múltiples causas que afectan a su gobierno y entorno familiar.
- Pactos con Podemos y Bildu: El presidente aseguró que nunca gobernaría con Podemos ni pactaría con Bildu, para luego hacer exactamente lo contrario.
- Indultos y amnistía: Prometió no indultar a los condenados por el golpe independentista en Cataluña, pero lo hizo. También afirmó que la amnistía era inaceptable, para luego aprobarla a medida del independentismo catalán.
- Gestión de la pandemia: Durante la crisis del COVID-19, el Gobierno mintió repetidamente sobre la existencia de un comité de expertos y minimizó la gravedad de la situación en sus etapas iniciales.
Ante el creciente número de escándalos y revelaciones sobre corrupción que afectan a personas cercanas a su entorno, Sánchez ha optado por sustituir su estrategia inicial de negación («no hay caso, son bulos») por una de silencio y ataques a jueces y periodistas críticos.
El presidente socialista parece haber olvidado sus propias palabras cuando afirmó: «Yo no voy a mentir nunca. Si miento, dimito». La realidad es que Sánchez ha convertido la mentira en el pilar fundamental de su gestión, acumulando un récord de falsedades que abarca desde promesas electorales incumplidas hasta manipulaciones estadísticas y ocultación de información relevante.
Un gobierno en crisis
La situación actual del Gobierno de Sánchez es precaria. Enfrenta múltiples frentes abiertos, desde investigaciones por corrupción hasta la pérdida de apoyo de sus socios parlamentarios. La reciente decisión de no presentar los Presupuestos Generales del Estado al Congreso, asumiendo que no podría aprobarlos, es un claro indicador de su debilidad política.
Esta maniobra, aunque le permite evitar un posible bochorno parlamentario, es en sí misma ilegal. La ley exige la presentación de las Cuentas al Parlamento, incluso si luego se prorrogan automáticamente.
El intento del Gobierno Sánchez de posicionarse como defensor de la verdad y la democracia frente a la desinformación es, en el mejor de los casos, una muestra de cinismo político sin precedentes.
En el peor, es una prueba más de su desconexión con la realidad y su desprecio por la inteligencia de los ciudadanos.
Mientras el PSOE organiza mesas redondas sobre los peligros de los bulos, su propio historial de engaños y manipulaciones crece día a día. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo podrá el marido de Begoña mantener esta farsa antes de que la realidad lo alcance definitivamente?
Algunas mentiras y bulos de Pedro Sánchez
- Moción de censura y elecciones (2018): Sánchez afirmó el 25 de mayo de 2018 que, de prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy, convocaría elecciones de inmediato. Sin embargo, tras asumir el poder el 2 de junio, no llamó a elecciones hasta febrero de 2019, tras el rechazo de los Presupuestos, lo que fue interpretado como un incumplimiento.
- Pactos con Bildu (2015-2020): En campaña en 2015, Sánchez aseguró: «Con Bildu no vamos a pactar». Sin embargo, Bildu apoyó su investidura en 2020 y 2023, y el PSOE ha pactado con ellos en Navarra y Pamplona, incluyendo la entrega de la alcaldía en diciembre de 2023.
- Indultos del procés (2019-2021): En 2019, afirmó que no indultaría a los líderes independentistas catalanes condenados por sedición. En junio de 2021, otorgó indultos a nueve de ellos, justificándolo como un gesto para la «convivencia».
- Podemos en el Gobierno (2019): En septiembre de 2019, Sánchez dijo que no dormiría tranquilo con ministros de Podemos en el Gobierno. Tras las elecciones de noviembre de 2019, formó una coalición con Podemos, incluyendo a Pablo Iglesias como vicepresidente.
- Sedición y amnistía (2018-2023): En 2018, calificó los hechos del procés como posibles delitos de rebelión. Posteriormente, negó la rebelión, derogó el delito de sedición en 2022 y aprobó una ley de amnistía en 2024 para los implicados, contradiciendo posturas previas.
- Datos económicos y paro juvenil (2023): En el debate electoral de julio de 2023 con Feijóo, afirmó que España tenía «la tasa de paro juvenil más baja» y que el PIB se había multiplicado por cuatro. Los datos reales mostraban un paro juvenil del 27,2% (el más alto de la UE) y un crecimiento del PIB del 3,8% en el primer trimestre, no una multiplicación por cuatro.
- Pandemia y comité de expertos (2020): Durante la gestión de la COVID-19, Sánchez afirmó que un comité de expertos decidía las fases de desescalada. Más tarde se reveló que no existía tal comité formal, lo que generó acusaciones de opacidad.
- Peajes en autovías (2023): Negó en el debate de 2023 que su Gobierno implantaría peajes en autovías. Sin embargo, el Plan de Recuperación enviado a Bruselas en 2021 incluía un compromiso para establecer un pago por uso a partir de 2024.
Mentiras y bulos de dirigentes del PSOE y ministros
- María Jesús Montero (Ministra de Hacienda):
- Pensiones (2023): Afirmó que «los abuelos no quieren las pensiones para ellos, sino para ayudar a sus hijos y nietos», una declaración vista como una simplificación irreal de la política de pensiones.
- Ferrovial (2023): Criticó a Ferrovial por «falta de patriotismo» al trasladar su sede a Países Bajos, omitiendo que la empresa seguiría tributando en España, lo que fue interpretado como una distorsión.
- Félix Bolaños (Ministro de Justicia):
- CGPJ (2020): En 2014, Sánchez y el PSOE prometieron un Consejo General del Poder Judicial independiente. En 2020, Bolaños defendió una reforma que reducía las mayorías necesarias para su renovación, vista como un intento de control político.
- Pilar Alegría (Ministra Portavoz):
- DANA Valencia (2024): Tras las inundaciones, afirmó que el Gobierno había actuado con rapidez y eficacia, pese a críticas por retrasos en alertas y coordinación, lo que fue cuestionado como una exageración.
- Óscar López (Ministro de Transformación Digital):
- RTVE (2024): Defendió un decreto que modificaba las mayorías para renovar RTVE como un refuerzo del «pluralismo», cuando en realidad consolidaba el control del PSOE y sus socios, según la oposición.
- Patxi López (Portavoz parlamentario):
- Corrupción (2024): Declaró que «la corrupción es incompatible con el PSOE», pese a casos como el de Tito Berni o Koldo García, vinculados al partido, lo que fue visto como una afirmación contradictoria.
- Elma Saiz (Ministra de Seguridad Social):
- Fondo de Reserva (2024): Tuiteó que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social cerraría 2024 «por encima de lo previsto», un dato optimista que expertos cuestionaron por falta de evidencia concreta.
- Irene Montero (exministra de Igualdad, coalición con PSOE):
- Ley Trans (2022): Prometió que la ley no afectaría a los derechos de las mujeres, pero críticas posteriores señalaron vacíos legales que permitían el acceso de hombres a espacios femeninos, generando debate sobre su veracidad.