INTELIGENCIA ARTIFICIAL

El Gran Hermano Sánchez: ¿Control Ideológico o Avance Tecnológico?

El gobierno del marido de Begoña, la corrupción, la censura y los periodistas en España

Pedro Sánchez (PSOE), Gran Hermano
Pedro Sánchez (PSOE), Gran Hermano. PD

«Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.»

Es la frase más siniestra y emblemática de 1984 de George Orwell y podría hacerla suya el socialista Pedro Sánchez.

El Partido no solo vigila y reprime, sino que reescribe la realidad misma, eliminando cualquier posibilidad de resistencia al controlar la percepción del tiempo y la historia.

Es un recordatorio escalofriante de cómo el dominio de la información equivale al dominio de las mentes.

La obsesión censora del marido de Begoña es proverbial.

Desde propuestas para limitar el anonimato en plataformas digitales hasta intentos de regular el contenido bajo justificaciones ambiguas como los «discursos de odio», el amo del PSOE, acosado por la corrupción, está decidido a moldear el relato público a su conveniencia.

Y como es un tipo al que la ley importa un comino y está dispuesto a cualquier cosa para seguir en el poder, las probabilidades de que esa obsesión derive en un escenario similar al de un «Gran Hermano» siniestro son cada vez más palpables, especialmente con el avance de la inteligencia artificial (IA) como herramienta de vigilancia y manipulación.

Si el Gobierno impulsa el desarrollo de sistemas de IA para monitorear y filtrar la información que circula entre los ciudadanos, como han sugerido algunas de sus propuestas, podría establecerse un mecanismo de control masivo capaz de rastrear opiniones, identificar disidentes y silenciar críticas.

No es mera especulación: iniciativas recientes, como el fallido «decretazo ómnibus», que incluía medidas para otorgar a organismos estatales acceso a algoritmos y datos de plataformas digitales, son un paso claro hacia la supervisión orwelliana.

Para los españoles, este panorama representa una erosión progresiva de sus derechos fundamentales, reemplazados por una narrativa oficial impuesta desde arriba.

La combinación de una prensa cada vez más presionada, redes sociales vigiladas y una ciudadanía potencialmente intimidada podría convertir a España en un laboratorio de control social, donde la disidencia se vuelva un lujo inalcanzable.

Si Sánchez logra consolidar estas políticas, el resultado no será solo una democracia debilitada, sino un estado donde la vigilancia y la censura se disfrazan de protección, dejando a los ciudadanos atrapados en una distopía que George Orwell habría reconocido al instante.

En los últimos días, el gobierno Sánchez ha generado un intenso debate con el lanzamiento de ALIA, una inteligencia artificial en español, dentro de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial 2024.

Este proyecto ha sido visto por algunos como un paso hacia un «Gran Hermano» tecnológico, capaz de controlar ideológicamente a la población.

El lanzamiento de ALIA se produce en un momento de enorme tensión política en España.

El gobierno Frankenstein enfrenta críticas por su debilidad parlamentaria y las dificultades para aprobar legislaciones clave, como la creación de una Agencia de Salud Pública, que fue rechazada recientemente en el Congreso.

Además, el presidente ha sido objeto de críticas por su gestión y por las acusaciones de corrupción en su entorno.

La Inteligencia Artificial en el Centro del Debate

La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado numerosos sectores, desde la atención médica hasta la gestión de datos. Sin embargo, su aplicación en el ámbito político y social plantea interrogantes sobre la privacidad y el control. En el caso de ALIA, se argumenta que podría usarse para mejorar la eficiencia en servicios públicos, pero también se teme que pueda ser utilizada para monitorear y controlar a los ciudadanos.

Posibles Usos de ALIA

  • Mejora de Servicios Públicos: La IA puede ayudar a optimizar servicios como la sanidad, la educación y la gestión de infraestructuras.
  • Análisis de Datos: Puede procesar grandes cantidades de datos para tomar decisiones informadas en políticas públicas.
  • Control Ideológico: La preocupación es que se utilice para monitorear y manipular opiniones políticas.

El Partido Popular (PP) ha expresado su preocupación por el potencial uso de ALIA para el control ideológico, comparándolo con un «Gran Hermano». Esta crítica refleja la tensión política actual entre el gobierno y la oposición, donde cada movimiento es visto con desconfianza.

En el pasado, proyectos similares han generado debates sobre la privacidad y el control gubernamental. La implementación de tecnologías avanzadas en la gestión pública puede tener consecuencias significativas:

  • Privacidad y Seguridad: La recopilación y análisis de datos personales plantean riesgos para la privacidad y la seguridad de los ciudadanos.
  • Transparencia y Rendición de Cuentas: Es crucial que el gobierno sea transparent

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