ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DEBATE

Bieito Rubido sobre Chiqui Montero, Dani Alves y la evanescente presunción de inocencia

La vicepresidenta cuestiona un principio fundamental del Estado de Derecho al criticar la absolución de Dani Alves

María Jesús Montero (PSOE)
María Jesús Montero (PSOE). PD

Es Bieito Rubido un firme y constante defensor de los usos democráticos y de elementos como la presunción de inocencia.

Por aplicarla y a pesar de la avalancha de indicios en contra, s ela aplica a toda la recua de Sánchez incluida su histéca y vocinglera vicepresidenta.

Titula el director de El Debate su columna: «La presunción de inocencia de María Jesús Montero».

Con estas palabras, el experimentado periodista abre su análisis sobre las polémicas declaraciones de la vicepresidenta primera del Gobierno, publicado el 30 de marzo de 2025.

El artículo de Rubido se centra en las declaraciones de la vicepresidente de Sánchez tras la absolución del futbolista Dani Alves por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

Montero, en un acto del PSOE en Jaén, calificó de «vergüenza» la sentencia y cuestionó que se priorice la presunción de inocencia sobre el testimonio de la denunciante.

«Pocas frases más terribles que la que pronunció la vicepresidenta de Sánchez. Llegó a decir que «el testimonio de una mujer prima sobre la presunción legal de inocencia», desprestigiando así el trabajo de tres magistradas que absolvieron a Dani Alves», señala Rubido, poniendo de manifiesto la gravedad de las palabras de Montero.

El periodista argumenta que estas declaraciones no solo son un ataque directo a uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho, sino que también suponen una falta de respeto hacia la labor de las tres magistradas que formaron parte del tribunal que absolvió a Alves.

Es importante destacar que la presunción de inocencia es un derecho reconocido tanto en la Constitución Española como en tratados internacionales de derechos humanos.

Rubido profundiza en las implicaciones de las palabras de Montero, sugiriendo que reflejan una peligrosa tendencia a politizar la justicia y a socavar principios legales fundamentales en aras de ganar rédito político. El autor advierte sobre los riesgos de este tipo de discursos, que pueden minar la confianza de la ciudadanía en el sistema judicial y en las instituciones democráticas.

«Vamos a ser benévolos e imaginar que lo que ayer escuchamos de boca de María Jesús Montero, también conocida por «Lady Juanola» —por aquella explicación que dio de la técnica presupuestaria con una caja de estas pastillas—, fue un error», escribe Rubido, intentando dar el beneficio de la duda a la vicepresidenta, pero sin dejar de señalar la gravedad de sus palabras.

El director de El Debate no se limita a criticar las declaraciones de Montero, sino que también reflexiona sobre el contexto más amplio en el que se producen. Sugiere que este episodio es sintomático de una tendencia preocupante en la política española actual, donde algunos líderes parecen dispuestos a sacrificar principios democráticos fundamentales en aras de objetivos políticos a corto plazo.

«Es terrible y grave lo que ha dicho la vicepresidenta —cuyos méritos se desconocen para estar ahí— porque ponen en evidencia el proyecto dictatorial que alienta el actual Gobierno», afirma Rubido, elevando el tono de su crítica y sugiriendo que las palabras de Montero podrían ser indicativas de tendencias autoritarias dentro del gobierno.

El artículo también aborda las posibles consecuencias de este tipo de declaraciones en el ámbito judicial. Rubido advierte que cuestionar la presunción de inocencia puede tener efectos negativos en la administración de justicia, creando un clima de presión sobre los jueces y tribunales que podría comprometer su independencia.

«Según ella, a partir de ahora debe primar sobre un derecho fundamental (que procede del tiempo de los romanos) la acusación, así provenga de una mujer o de un fiscal o de un anónimo o de cualquiera que actúe para eliminar al disidente o al adversario», señala el autor, subrayando lo peligroso de esta línea de pensamiento.

Rubido concluye su artículo con una reflexión sobre la importancia de defender los principios democráticos y el Estado de Derecho, incluso cuando hacerlo pueda resultar políticamente incómodo.

Sugiere que la defensa de estos valores debe estar por encima de cualquier consideración partidista o ideológica.

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