Fernando Savater publicó el 3 de abril de 2025 en The Objective un artículo titulado Vista a la derecha, donde despliega una crítica incisiva al progresismo hegemónico en las instituciones académicas y señala un giro hacia el discurso conservador como reacción a la imposición ideológica. El texto, escrito con su característica ironía y profundidad filosófica, explora cómo el «sanchismo» —referido al gobierno de Pedro Sánchez— percibe las universidades privadas como un territorio no colonizado, a diferencia de las públicas, donde el izquierdismo se ha instalado como «rutina».
Savater parte de una observación clave: «Ser progre es la opción del sentido común, la que el ambiente universitario ha tomado por nosotros y a la que todos se resignan creyendo elegirla. Una forma de conformismo como otra cualquiera». Este conformismo, según el autor, se ha radicalizado al adoptar posturas como el separatismo etnicista, la marginación de la educación en español o la imposición de una justicia desigual por género. «Cuando la mentalidad izquierdista asume […] la creencia en que el sexo depende de la voluntad y no de la biología, etc., etc… entonces va dejando las plácidas orillas de un sentido común buenista para convertirse en un trastocamiento y una amenaza para la forma de vida tradicional de la mayoría de los ciudadanos», argumenta.
El artículo destaca cómo esta radicalización ha generado una reacción contraria. «Surgen por doquier rebeldes ante los inquisidores que persiguen cualquier manifestación conservadora o derechista», afirma Savater, comparando esta dinámica con su propia juventud, cuando ser de izquierdas era transgresor. «La sublevación es el estado de ánimo más embriagador para los jóvenes: en mi época estaba prohibido ser públicamente de izquierdas y por tanto nos entusiasmaba serlo, pero ahora es el derechismo lo prohibido y por tanto lo más tentador».
Un ejemplo concreto citado es el caso de la Facultad de Políticas de la Complutense, donde la junta de Sociología y Políticas apoyó a estudiantes que realizaron un escrache contra una charla de Espinosa de los Monteros. Savater critica la manipulación mediática: «No es verdad […] el titular con el que El País da esta noticia: «La Complutense apoya a los denunciados en la protesta contra Espinosa de los Monteros». No, por favor, la junta de Políticas y Sociología no es la Complutense… a Dios gracias».
El autor también aborda la percepción de grupos como Libertad sin Ira o Neos, calificados por algunos medios como «ultraderecha», pero que Savater defiende como «no ultras en el sentido reprobable que aplicaría a Podemos o a Bildu». «Cómodos han estado hasta hace poco los grupos izquierdistas, fuesen profesores o estudiantes. Esa comodidad sí que parece que afortunadamente se va acabando», señala, anticipando un cambio en el equilibrio de poder dentro de las universidades.
Savater concluye con una crítica al gobierno de Sánchez, que tras perder elecciones proclamó «¡Somos más!», pero que hoy debería reconocer «Cada vez somos menos». Este declive, según el filósofo, se acelera al perder el control sobre espacios clave como las universidades, donde el discurso conservador gana terreno. «Al sanchismo no le gustan las universidades privadas no por sus defectos sino porque no las tiene colonizadas como hasta hace poco tenía a toda la pública», resume.
El artículo, leído en el contexto de la polarización política española, plantea una reflexión sobre la libertad de expresión y el papel de las instituciones educativas. Savater alerta sobre cómo la censura a ideas conservadoras —ejemplificada en titulares como «La ultraderecha se acomoda en la Universidad»— refleja un intento de mantener un monopolio ideológico que ya no es sostenible. Su análisis, cargado de matices, invita a repensar los límites entre progresismo y autoritarismo, y a cuestionar quién define hoy qué es «transgresor» en el ámbito académico.
Palabras clave: universidades, progresismo, derechismo, colonización ideológica, libertad de expresión, Sánchez, Complutense, Espinosa de los Monteros.