Titula lapidario Eduardo Inda su columna:Que lo condenen directamente y ya está.
En el artículo publicado el 5 de abril de 2025 en La Razón, el periodista y director de OKDiario aborda con contundencia el impacto que tienen los juicios paralelos en la sociedad actual, con especial énfasis en las pifias, tropelñias y barrabasadas de algunos políticos.
Desde las primeras líneas, Inda plantea una tesis clara: vivimos en una época donde las sentencias sociales parecen adelantarse a las judiciales, erosionando principios básicos como la presunción de inocencia.
El autor no escatima críticas hacia aquellos que, desde sus tribunas públicas o redes sociales, dictan veredictos sin pruebas concluyentes.
Según él, esta dinámica no solo afecta a los implicados sino también al sistema judicial mismo.
En palabras del propio Inda: “Lo más grave es que se ha instalado entre nosotros una especie de tribunal popular permanente que dicta sentencias antes incluso del juicio”.
Este fenómeno, del que la vicepresidenta de Sánchez, Chuiqui Montero acaba de ser vergonzoso ejemplo, pone en jaque valores fundamentales en toda democracia que haga honor a su nombre.
La presión social frente a los tribunales
Inda desarrolla su análisis señalando cómo ciertos casos mediáticos se convierten rápidamente en espectáculos públicos donde prima más el ruido que la verdad. En este sentido afirma: “Los medios juegan un papel crucial; algunos han dejado atrás su función informativa para convertirse en auténticos linchadores”.
Esta afirmación subraya uno de los puntos centrales del texto: el rol ambiguo e influyente del periodismo contemporáneo.
El autor también menciona cómo esta tendencia afecta tanto a figuras públicas como anónimas.
Para ilustrarlo comenta: “No importa si eres famoso o desconocido; basta con estar señalado para ser condenado por esa opinión pública voraz”.
Aquí resalta cómo cualquier persona puede verse atrapada bajo este escrutinio colectivo sin posibilidad real de defensa.
Justicia versus espectáculo
Otro aspecto destacado por Eduardo Inda es cómo estos «juicios paralelos» desvirtúan procesos legales legítimos al generar expectativas irreales entre la ciudadanía.
Según explica: “Cuando finalmente llega el fallo judicial —siempre basado exclusivamente en pruebas— muchos lo consideran insuficiente porque no satisface ese clamor popular previamente alimentado”.
Este desencuentro entre justicia formal y percepción pública genera frustración e incrementa aún más las tensiones sociales.
Además critica duramente aquellas plataformas digitales donde proliferan opiniones infundadas o manipuladoras capaces incluso —según él—de influir indirectamente sobre decisiones legales reales debido al temor generalizado hacia represalias mediáticas posteriores.
Un llamado final
Hacia cierre texto hace llamado reflexión colectiva instando recuperar confianza instituciones jurídicas evitando caer tentaciones simplistas propias cultura cancelación moderna .
Concluye diciendo : “Debemos recordar siempre presunción inocencia piedra angular cualquier democracia sana robustez sistema depende respeto mutuo equilibrio poderes”.
En definitiva , análisis profundo incisivo Eduardo invita lector cuestionarse hasta qué punto estamos dispuestos sacrificar principios éticos altar inmediatez sensacionalismo .