El titulo de la columna de Antonio R. Naranjo es impactante: Contra la propiedad privada. El periodista y tertuliano vuelve este 7 de abril de 2025 a provocar reflexión y polémica con su artículo en El Debate.
En el texto, Naranjo aborda cómo el discurso oficial ha transformado al propietario y al ahorrador en enemigos públicos, lo que considera un ataque deliberado al núcleo del esfuerzo individual y la economía de mercado.
Arranca con una afirmación contundente: «Ya hemos llegado al punto de que todo propietario y todo ahorrador es en sí mismo un «fondo buitre», para alegría de un Gobierno que necesita señalar culpables para justificar sus fracasos».
Con esta frase, establece la idea central del artículo: la demonización de quienes poseen bienes o capital como parte de una estrategia política para desviar la atención de problemas estructurales. El periodista advierte que esta narrativa no es casual, sino que responde a un cambio deliberado en la estrategia gubernamental: «En lugar de fomentar el ahorro y la inversión, elementos esenciales para cualquier economía sana, se opta por criminalizar a quienes logran acumular algún patrimonio».
Según Naranjo, esta visión no solo erosiona los valores tradicionales del esfuerzo y la responsabilidad, sino que también afecta negativamente a la confianza en el sistema económico.
Críticas al intervencionismo estatal
Naranjo también denuncia cómo ciertas políticas públicas están diseñadas para debilitar los derechos fundamentales asociados a la propiedad privada. «Cuando el Estado puede decidir cuánto vale tu casa o tus ahorros, ya no eres dueño de nada. Lo eres solo mientras ellos lo permitan», escribe. Este fragmento subraya el creciente intervencionismo estatal como una amenaza directa a las libertades individuales.
El autor también incide en las consecuencias económicas y sociales de este enfoque: «Con medidas así, lo único que se consigue es espantar a los inversores, hundir el mercado inmobiliario y condenar a las familias a la inseguridad económica». Para Naranjo, estas políticas no solo son perjudiciales, sino también contraproducentes en términos de desarrollo económico.
El papel del discurso público
Un aspecto crucial del artículo es su reflexión sobre el impacto del lenguaje político en la percepción pública. Según Naranjo, frases como «los ricos no pagan impuestos» o «los propietarios son especuladores» forman parte de un relato simplista pero efectivo para polarizar a la sociedad. «Se ha creado un enemigo perfecto: alguien que tiene algo que tú no tienes. Así se desvían todas las frustraciones hacia ellos», afirma.
Esta manipulación discursiva, argumenta el periodista, no solo divide a la ciudadanía, sino que también genera un clima de desconfianza generalizada. Para Naranjo, este fenómeno tiene implicaciones profundas sobre el tejido social: «Cuando conviertes en sospechoso al que trabaja duro para progresar, estás destruyendo los pilares sobre los que se construye una sociedad próspera».
Hacia el final del texto, lanza una advertencia sobre los riesgos de continuar por este camino: «Si seguimos permitiendo que la propiedad privada sea vista como un privilegio ilegítimo en lugar de como un derecho fundamental, estaremos renunciando al progreso y aceptando una pobreza institucionalizada». Este mensaje refuerza su preocupación por lo que considera una deriva peligrosa tanto en términos económicos como éticos.
El artículo concluye con un llamamiento directo a los ciudadanos y las instituciones para defender los valores asociados al esfuerzo personal y la libertad económica. Según Naranjo, más allá de las ideologías políticas, es crucial reconocer la importancia de la propiedad privada como motor del desarrollo y garante del bienestar colectivo.
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